(CNN Español) – El presidente Iván Duque “no escuchó a la oposición” tal como establecen los estatutos, dijo el senador Roy Barreras en referencia a los abucheos que recibió el mandatario mientras daba su último discurso durante la inauguración del nuevo Congreso de Colombia que él preside.
En entrevista con Jennifer Montoya de CNN en Español, Barreras también explicó cómo podría ser un proceso de desmovilización de las bandas criminales y sus diferencias con el proceso que se siguió con la desmovilizada guerrilla de las FARC, y respondió a las críticas a su trayectoria política.
Está fue la entrevista con Café CNN, ligeramente editada para facilitar su lectura.
¿Había visto o asistido a una instalación del Congreso tan desordenada como la que vivió Colombia?
Roy Barreras: Hay que explicarle a quienes nos siguen en CNN que en Colombia, cuando cambia el Congreso, la ceremonia de cambio la organiza el Congreso saliente que hoy, por supuesto, corresponde a las mayorías del gobierno que acaba de terminar.
Se generó este ruido porque en Colombia hay un estatuto de la oposición sano para la democracia que exige que el presidente, después de su intervención, debe escuchar a la oposición. El presidente no escuchó a la oposición y por supuesto, las voces nuevas, casi todas nuevas, de defensores de derechos humanos, de víctimas, de animalistas, de ambientalistas —que vienen con unos reclamos y unas voces de la Colombia profunda que quieren salidas de la violencia hacia la paz—, pues querían que el presidente escuchara y gritaron su voz de protesta.
Pero digamos que es un episodio menor, porque ya se instaló un nuevo Congreso que será el Congreso del cambio.
Usted en su discurso hablaba de dar una oportunidad a las bandas criminales y en medios locales está circulando una carta firmada por 27 de esos grupos en donde dicen que están dispuestos a sentarse con el gobierno a hablar. Le pregunto: ¿Ustedes ya han tenido acercamientos con esos grupos criminales?
Primero, la norma en Colombia exige que sea exclusivamente el fuero presidencial. Es el gobierno nacional que inicia el 7 de agosto el que tiene la potestad para abrir esos caminos y ordenar cuáles serán esas condiciones de sometimiento a la justicia. Pero desde mi perspectiva como negociante y negociador del acuerdo de paz con las FARC hace ya seis años, debo hacer estas precisiones.
La justicia transicional, que en Colombia se llama la JEP, está habilitada como camino para las insurgencias, es decir, para las organizaciones que han tenido algún tipo de relación política con su lucha armada, pero no para las organizaciones de narcotráfico. Las organizaciones criminales comunes tienen en Colombia la justicia penal ordinaria, el Código Penal.
Sin embargo, para facilitar el sometimiento colectivo a la justicia de esas organizaciones y que dejen de matar, que dejen de hacer daño, yo celebro que la primera respuesta a esa voluntad del Congreso de tramitar normas que permitan su desmovilización sea esta carta en la que anuncian que van a dejar de matar. Siempre es una buena noticia que dejen de matar.
El 7 de agosto, seguramente el gobierno del presidente Petro, que quiere la paz, justicia social y justicia ambiental, nosotros obedecemos a sus directrices, nos dirá a todos (…) cuáles van a ser los mecanismos de ese sometimiento a la justicia.
Dice el presidente electo, Gustavo Petro, que el objetivo es sacar al menos tres reformas en este primer año y ayer usted anunció un proyecto de ley para agilizar esos trámites. Lo que a muchos les preocupa, senadora, acá se lo pregunto, es que en medio de esta prisa del nuevo Gobierno se pisotee la Constitución. Ya hubo una polémica porque usted habló del fast track, luego explicó de qué se trataba, pero le hago esa pregunta: ¿Se van a modificar normas para hacer las cosas rápido en el Congreso?
No necesitamos modificar ninguna norma. Necesitamos cumplir con la orden popular, legal y constitucional de trabajar. Es que, como hemos dicho en Colombia, tenemos un dicho que quizás ustedes conocen, “se acabó la guachafita” de trabajar dos días a la semana y este Congreso que termina tiene el 75% de imagen negativa. Fue quizás el Congreso más ineficaz y más desconectado.
Tenemos un mandato popular de más de 11 millones de colombianos que, en un torrente de opinión inédito, exigen cambios profundos para cerrar la brecha social y parar las violencias. Vamos a cumplir ese mandato, pero también tenemos obligación con otros 10 millones de colombianos que no votaron por nosotros porque tenían temores. A ellos, garantía de estabilidad institucional, de respeto a la Constitución, de respeto a las normas, pero pie en el acelerador, vamos a hacer la reforma.
La independencia del Ejecutivo frente al Legislativo prende varias alarmas. El Pacto Histórico tiene mayorías y también alianzas muy fuertes con partidos muy diferentes, pero que les permiten una votación mayoritaria. Y usted ahí es ficha entre ambos poderes. ¿Va a garantizar la independencia el Congreso del presidente Gustavo Petro?
Dijimos ayer: garantía de cambio, garantía institucional, garantía de estabilidad, garantía de trabajo.
La mesa directiva que se eligió refleja la respuesta a ese llamado al gran Acuerdo Nacional que ha caído muy bien en Colombia. La campaña de la polarización terminó. Es una sola patria. Esas dos Colombias en una sola patria. Esa mesa, para compartirles, está presidida por el Pacto Histórico que ganó la elección presidencial, pero tiene en la primera vicepresidencia un miembro del Partido Liberal, un partido que no ganó la elección presidencial, pero que agradezco a ese y a otros se sumaron a la voz de cambio, al llamado el presidente Petro. En la Mesa Directiva en Colombia, la segunda vicepresidencia que corresponde al partido de oposición, del Centro Democrático del expresidente Uribe, ayer se eligió como corresponde ese derecho de la oposición que por supuesto estará garantizado.
Usted es reconocido en el país como político muy sagaz capaz de sacar o de empujar proyectos de ley. ha estado en diferentes partidos, algo que también se le ha criticado, pero dentro del Pacto Histórico, su partido, hay gente que parece que no está feliz con su nombramiento como presidente del Senado. ¿Cree que esto puede generar fricciones que al final puedan dividir al Pacto Histórico y no sacar las reformas que necesitan?
No, eso es sano para la democracia. Respetar a quienes deciden hacer oposición, quienes deciden hacer crítica. Yo le agradezco a la bancada del Pacto Histórico, una bancada bella. La mitad de la bancada son mujeres, hay campesinos, animalistas, luchadores populares. Ayer tuvieron la generosidad de proclamarme el senador Iván Cepeda, la senadora Clara López, Gloria Flores, la Unión Patriótica, el Polo Democrático, todas las fuerzas de la izquierda que saben que tenemos un mandato.
Ya no somos oposición, ya no somos crítica, ya no es suficiente con los likes ni con los trinos. Ahora somos bancada de gobierno y tenemos que hacer las reformas. El cambio son las reformas. Así que yo invito a todos a hacer las reformas.
Hemos hecho cambios. El cambio más importante quizás del siglo XXI en Colombia, como reconoció el mundo, fue el acuerdo de paz que yo mismo tuve oportunidad y honor de firmar como negociador y firmante. Pero hace una década nosotros reconocimos a nueve millones de víctimas y reconocimos el conflicto armado, un cambio muy importante que también tuve la oportunidad de hacer. Sabemos hacer el cambio, vamos a cumplir el propósito del presidente Petro y del mandato popular.
Una de las críticas es que usted ha estado en partidos políticos de tintes muy diferentes. Ha estado en el partido del expresidente Uribe y ahora está en el de Petro, que son antagónicos políticos. De hecho, hay una demanda que se cursa contra usted en el Consejo de Estado por doble militancia. ¿Cree usted que podría perder esa curul por este motivo?
Empiezo por el final. Eso es un accidente. Yo no tengo ninguna importancia. La importancia la tienen los 11,5 millones de colombianos que tienen un mandato popular. Alguien tiene que hacer esta tarea, de manera que ninguna preocupación sobre ese asunto.
Y una precisión: yo nunca milité en el partido del presidente Uribe y no milito en el partido del presidente Petro. Yo he acompañado durante más de una docena de años al expresidente y premio Nobel de paz Juan Manuel Santos, que tiene un legado de origen liberal. Me mantengo en él, lo dije ayer. Y por supuesto, ese legado de origen liberal implica el respeto a la vida, a los derechos de todos, también a la empresa privada, también a la iniciativa empresarial, también a la seguridad jurídica empresarial.
Y eso yo creo que el presidente Petro lo ha dejado claro. Es el primer presidente de izquierda en 200 años, pero ha tenido el tino, la inteligencia, la altura de estadista, de rodearse en su gabinete y en otras expresiones políticas de voces que le garantizan a esas dos Colombia cambios, pero también estabilidad y equilibrio. Es mi deber. Cumpliré con él, como lo he hecho durante 12 años.