(CNN) – La Armada rusa recibió el que es el submarino conocido más largo del mundo, uno que su fabricante promociona como un buque de investigación, pero otros dicen es una plataforma para espionaje y posiblemente armas nucleares.
El Belgorod fue entregado a la Armada rusa a principios de este mes en el puerto de Severodvinsk, según el astillero más grande del país, Sevmash Shipyard.
Los expertos dicen que su diseño es una versión modificada de los submarinos de misiles guiados clase Oscar II de Rusia, hechos más largos con el objetivo de acomodar eventualmente los primeros torpedos sigilosos con armas nucleares del mundo y equipo para la recopilación de inteligencia.
Si el Belgorod puede agregar con éxito esas nuevas capacidades a la flota rusa, en la próxima década podría preparar el escenario para un regreso a las escenas de la Guerra Fría bajo el océano, con submarinos estadounidenses y rusos siguiéndose y cazándose unos a otros en tensionantes encuentros.
Con más de 184 metros (608 pies), el Belgorod es el submarino más largo en el océano en la actualidad, más largo incluso que los submarinos balísticos y de misiles guiados de la clase Ohio de la Marina de EE.UU., que llegan a los 171 metros (569 pies).
El Belgorod se puso a flote en 2019 y se esperaba que fuera entregado a la Armada rusa en 2020 después de las pruebas, pero se retrasaron debido a la pandemia de coronavirus, informó la agencia de noticias estatal TASS de Rusia. No se proporcionó un cronograma para el primer despliegue del submarino.
“Megatorpedo”
Lo que distingue al Belgorod de cualquiera de los submarinos de propulsión nuclear de la flota rusa, o de cualquiera de los submarinos nucleares operados en cualquier parte del mundo, es su misión.
TASS informó que el submarino llevará los torpedos con capacidad nuclear Poseidón en desarrollo, que están siendo diseñados para ser lanzados desde cientos de millas de distancia y para escabullirse de las defensas costeras viajando a lo largo del fondo del mar.
“Este ‘megatorpedo’ nuclear es único en la historia del mundo”, escribió el experto estadounidense en submarinos H. I. Sutton en su sitio web Covert Shores en marzo.
“Poseidón es una categoría de arma completamente nueva. Remodelará la planificación naval tanto en Rusia como en Occidente, lo que generará nuevos requisitos y nuevas contraarmas”, escribió Sutton.
Tanto los funcionarios estadounidenses como los rusos han dicho que los torpedos podrían lanzar ojivas de varios megatones, causando ondas radiactivas que dejarían inhabitables franjas de la costa objetivo durante décadas.
En noviembre de 2020, Christopher A. Ford, entonces subsecretario de Estado para la seguridad internacional y la no proliferación, dijo que los Poseidón están siendo diseñados para “inundar las ciudades costeras de EE.UU. con tsunamis radiactivos”.
Un informe del Servicio de Investigación del Congreso de EE.UU. (CRS, por sus siglas en inglés) en abril dijo que los Poseidón están destinados a ser armas de represalia, diseñadas para devolver el golpe a un enemigo después de un ataque nuclear en Rusia.
Según el informe de CRS, el Belgorod sería capaz de transportar hasta ocho Poseidón, aunque algunos expertos en armas dicen que es más probable que su carga útil sea de seis torpedos.
Sutton escribió en 2019 que el Poseidón, que se espera que tenga 2 metros (6,5 pies) de diámetro y más de 20 metros (65 pies) de largo, “es el torpedo más grande jamás desarrollado en cualquier país”.
Eso es “treinta veces el tamaño de un torpedo regular de ‘peso pesado’”, escribió Sutton.
Dudas sobre el torpedo
El CRS informó que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, había promocionado a los Poseidón en un discurso de 2018, diciendo: “Son silenciosos, altamente maniobrables y apenas tienen vulnerabilidades que el enemigo pueda explotar”.
Si están armados con ojivas convencionales, los Poseidón podrían usarse contra objetivos “incluidos grupos de portaaviones, fortificaciones costeras e infraestructura”, según se informa lo que dijo Putin.
Pero hay dudas sobre el arma y si eventualmente se agregará al arsenal de Rusia.
“Esta es todavía una tecnología en desarrollo, tanto el torpedo como la plataforma”, dijo Hans Kristensen, director del Proyecto de Información Nuclear de la Federación de Científicos Estadounidenses.
No se espera que el Poseidón esté listo para su despliegue hasta la segunda mitad de esta década, indicó. El CRS dijo que no esperaba que los torpedos Poseidón se desplegaran hasta 2027.
Y Kristensen señala que el propio Belgorod es realmente un buque de prueba para la próxima clase de submarinos de propulsión nuclear Khabarovsk, el primero de los cuales podría lanzarse este año.
También está el pobre desempeño del ejército ruso en su guerra contra Ucrania, parte del cual los analistas culpan al mal diseño de armas y la corrupción que ha hecho que se descuide el mantenimiento del hardware militar ruso.
“Ucrania es un recordatorio de que las armas avanzadas rusas no son balas de plata, sino que sufren problemas de confiabilidad. Hay muchas razones para creer que un torpedo de propulsión nuclear de alcance intercontinental tendrá una buena cantidad de problemas”, afirmó Kristensen.
Pero otros expertos advierten contra cualquier suposición de que el submarino o los torpedos Poseidón pueden no ser lo que se anuncia.
“La transposición de las impresiones de las fuerzas aéreas tácticas y terrestres rusas a las fuerzas nucleares y submarinas rusas, en particular, las impresiones basadas en observar la ejecución de un plan bastante malo en Ucrania, podría conducir a una peligrosa subestimación de la competencia de esas fuerzas estratégicas rusas y su capacidad”, señaló Thomas Shugart, excapitán de submarinos de la Marina de EE.UU. y ahora analista del Center for a New American Security.
“Sería algo así como observar la retirada caótica de Estados Unidos de Afganistán y, como resultado, cuestionar la capacidad de sus submarinos de misiles balísticos para ejecutar su misión nuclear, una conclusión que los adversarios de Estados Unidos sacarían solo bajo su propio riesgo”.
“Juego submarino del gato y el ratón”
El Belgorod puede ser solo el primero de una flota de cuatro submarinos que podría transportar los torpedos Poseidón, indicó el CRS, con dos destinados al servicio en la Flota del Pacífico de Rusia y dos en su Flota del Norte.
Sutton, de Covert Shores, escribió en 2020 que los próximos tres submarinos armados con Poseidón, la clase Khabarovsk antes mencionada, “probablemente sean el submarino que defina la década de 2020 porque representan un adversario novedoso y difícil”.
“Es poco probable que otras armadas lo emulen, pero querrán contrarrestarlo”, dijo Sutton sobre la clase Khabarovsk. “El juego submarino del gato y el ratón en el que los submarinos cazadores-asesinos de la Marina de EE.UU. y la Marina Real (británica) acechan a los rusos podría revigorizarse. Podría venir una nueva Guerra Fría en el Ártico, el Atlántico Norte y el Pacífico Norte”, escribió.
Si bien el Belgorod podría ser el futuro lanzador de prueba Poseidón, según Sutton el submarino probablemente también operaría como una plataforma de recopilación de inteligencia.
“Será tripulado por la Armada rusa pero operado bajo GUGI, la organización secreta de la Dirección Principal de Investigación de Aguas Profundas”, y llevará una gama de pequeños submarinos y sumergibles “para llevar a cabo misiones especiales encubiertas”, escribió Sutton.
En un comunicado de prensa a principios de este mes, el constructor naval ruso destacó las capacidades no letales del Belgorod y dijo que abrió “nuevas oportunidades para Rusia” para realizar “expediciones científicas y operaciones de rescate en las áreas más remotas del océano mundial”.