(CNN Español) – ¿Crees que comes lo suficientemente variado? ¿Que los alimentos naturales, por venir de la tierra, no causan perjuicio alguno? Estas son algunas de las percepciones erradas vinculadas a la alimentación que detectó un estudio de WWF Colombia donde queda de manifiesto la distancia entre lo que pensamos sobre nuestros hábitos y lo que muestran verdaderamente nuestras cocinas y platos.
La investigación, titulada “El verdadero valor de los alimentos”, incluyó cerca de 2.000 encuestas, así como entrevistas en profundidad y visitas a hogares colombianos de ocho ciudades, entre ellas Bogotá, Cali y Medellín.
Los resultados muestran al menos seis errores de percepción —o contradicciones entre lo que los colombianos dicen que hacen y lo que hacen— que pueden afectar la salud y el medio ambiente.
Los resultados son locales pero, como verás, es muy posible que te sientas identificado incluso si vives fuera de Colombia.
Error 1: Si es tradicional no causa daño
“Yo cocino así porque mi mamá me enseño así”. Este testimonio recogido por la investigación refleja uno de los determinantes de la forma en que se alimentan los colombianos: la tradición.
“Hay una concepción generalizada de que lo tradicional no hace daño, no tiene ninguna consecuencia ambiental”, explicó a CNN en Español Carolina Escallón, oficial de consumo sostenible de WWF Colombia. Y esto no es necesariamente correcto. Aunque hay prácticas tradicionales que hacen un uso muy bueno de los recursos, hay afectaciones a tener en cuenta.
La investigación menciona específicamente tres: el gasto innecesario de agua para algunas preparaciones, la decisión de tirar algunas partes de la comida o el hecho de comer siempre lo mismo.
Error 2: Tenemos una alimentación variada
¿Crees que tienes una alimentación variada? Revisa el ticket de tus compras y piénsalo de nuevo. Las personas creen que comen variado pero lo cierto es que “compran en los mismos lugares, las
mismas marcas y los mismos alimentos”, dice el informe.
La variedad baja de alimentos es uno de los puntos que destaca Escallón, especialmente en un país de una riqueza natural extraordinarias.
En Colombia, según las guías alimentarias, una de cada tres personas no comen frutas y cinco de cada siete no comen vegetales.
La falta de variedad, además de no ser la mejor opción para la salud, tiene un costo ambiental, por ejemplo fomentando monocultivos en lugar de una rotación que beneficio a los suelos.
(Según la ONU, a nivel mundial el sistema alimentario es el principal impulsor de la pérdida de biodiversidad. La agricultura es una amenaza para 24.000 de 28.000 especies bajo riesgo).
Error 3: La abundancia es buena cosa
Mejor que sobre a que falte. Que si llega alguien inesperado a la hora de la cena haya comida preparada suficiente para invitarle y que el que quiera repetir, pueda.
Detrás de esta concepción, dice el informe, queda manifiesto que “no existe una consciencia clara de la necesidad de servir exactamente lo que se va a comer para no desperdiciar, sino que se prefiere mostrar la abundancia”.
Los costos ambientales del desperdicio son más que conocidos. Solo a modo de recordatorio: cada año se desperdician unos 2.500 millones de toneladas métricas de alimentos en el mundo, según WWF, y esas pérdidas son responsables del 8% de las emisiones de gases de efecto invernadero, advierte la FAO.
En lo que refiere al desperdicio, la investigación también encontró una disonancia: muchos declaran que no desperdician y apelan a factores morales y hasta religiosos pero, en los hechos, cuando los investigadores estuvieron en sus cocinas vieron que el desperdicio existía.
Tirar la comida es un tabú hasta el punto de que, según el informe, en algunos casos llega a hacerse a escondidas.
Error 4: No hay perjuicio en lo natural: “la paradoja de ‘lo verde’”
“Las personas piensan que lo que se siembra y se cultiva, al venir de la misma tierra, no representa un daño a la naturaleza”, explica el informe en lo que califica como una “paradoja de ‘lo verde’” que consiste en creer que porque algo viene de la naturaleza no la va a dañar.
Esta asociación desconoce, por ejemplo, los efectos de la producción, con independencia de que provengan o de la tierra, en el cambio climático: más de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero están relacionados a los alimentos, según la ONU.
Asociada a la cuestión de la producción hay otra disonancia, dice Escallón, que es que “las personas creen que la mayor afectación que se da por la producción de alimentos tiene que ver con los pesticidas. Hay una gran angustia de que los químicos terminen llegando al plato de comida y, aun cuando es cierto, desconoce esas otras variables, como por ejemplo el cambio climático, como por ejemplo la pérdida de biodiversidad”.
Y estas creencias erróneas están fuertemente extendidas. El 65% de los sujetos del estudio consideraron que se puede producir alimentos sin un impacto negativo en la naturaleza mientras que una cifra apenas inferior, un 62%, considera que el único factor de contaminación son los pesticidas.
Error 5: Lo que tiro a la basura vuelve a la naturaleza como abono
La gente percibe que cuando tira comida a la basura se descompone y vuelve a la naturaleza como abono. Esto sí sucede, por ejemplo, cuando compostas tus residuos orgánicos en casa, pero de ninguna manera pasa en grandes ciudades como Bogotá donde las bolsas de residuos no reciclables van a parar a un relleno sanitario.
No solo no se convierte en abono sino que genera gases de efecto invernadero. En la Unión Europea, según la Organización Mundial de la Salud, cerca del 3% de las emisiones de metano corresponden al metano que se libera en vertederos y rellenos sanitarios.
Error 6: La apariencia revela la calidad y frescura
El precio y la frescura son dos factores clave cuando los colombianos van a hacer la compra, según el estudio. Y en sus decisiones juega un rol importante la estética: más del 80% cree que es una característica importante.
“Los entrevistados piensan en comprar alimentos que se vean bien, y que parezca que duren, así no sean de la mejor calidad o los más finos. El aspecto visual de los alimentos juega un rol muy importante en la definición de esa frescura”, explica la investigación. La estética es tan importante que ha llevado a quienes hacen las compras a dejar de lado los factores nutritivos.
Herramientas para el cambio
Puede que no lo estemos haciendo demasiado bien, pero las cifras indican que hay deseos de mejorar.
Más de un 90% de los encuestados dijo que estaría dispuesto a aprender a cocinar otros alimentos para comer más variado, que es una de las tres prioridades que fijaron. Las otras dos son no desperdiciar y comer más frutas y verduras.
WWF creó la página www.vivesindesperdicio.com en la que puedes consultar, para distintos alimentos, cómo almacenarlos, si puedes congelarlos o no y qué hacer con las sobras.
El motor principal de los cambios en la alimentación de los colombianos en los últimos años ha sido la salud (un 48,8%) mientras que el medio ambiente ha influido en apenas un 2,9% de las personas.
Sin embargo, el mensaje de Escallón es que son categorías indivisibles: “No puede haber salud personal si no hay salud del planeta, porque es el planeta el que nos garantiza que tengamos los alimentos disponibles y que podamos producirlos cada vez de una manera más eficiente”.