(CNN) – Hacer la comida del bebé en casa con productos comprados en la tienda no va a reducir la cantidad de metales pesados tóxicos en los alimentos que ingiere, según un nuevo informe publicado en exclusiva por CNN.
“No hemos encontrado ninguna prueba que sugiera que los alimentos para bebés hechos en casa con productos comprados en la tienda sean mejores que los comprados en la tienda en lo que respecta a la contaminación por metales pesados”, dijo la coautora del documento, Jane Houlihan, directora de investigación de Healthy Babies, Bright Futures (HBBF, por sus siglas en inglés). La HBBF, una alianza de organizaciones sin fines de lucro, científicos y donantes, que elaboró el informe, tiene la misión declarada de reducir la exposición de los bebés a sustancias químicas neurotóxicas.
Los investigadores analizaron 288 alimentos comprados en tiendas y mercados de agricultores de todo Estados Unidos, incluidos cereales, frutas, verduras, botanas, alimentos para la dentición y artículos familiares que comen los bebés, como cereales y tortitas de arroz, en busca de plomo, arsénico, mercurio y cadmio. Estos metales pesados se encuentran entre las 10 sustancias químicas más preocupantes para los bebés y los niños, según la Organización Mundial de la Salud.
“La exposición a metales tóxicos puede ser perjudicial para el cerebro en desarrollo. Se ha relacionado con problemas de aprendizaje, cognición y comportamiento”, según la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés).
Los investigadores también analizaron los datos de otras 7.000 pruebas alimentarias publicadas y realizadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés).
Los resultados mostraron que el 94% de los alimentos infantiles manufacturados, los alimentos familiares y los purés caseros hechos con alimentos crudos comprados contenían cantidades detectables de uno o más metales pesados.
Se encontró plomo en el 90% de los alimentos infantiles manufacturados comprados por las personas para el informe y en el 80% de los alimentos familiares comprados en la tienda y los purés caseros. Según la AAP, no existe un nivel seguro de plomo.
El arsénico se encontró en el 68% de los alimentos para bebés comprados en tiendas y en el 72% de los alimentos familiares comprados o preparados en casa. El cadmio se encontró en el 65% de los alimentos para bebés comprados y en el 60% de los alimentos familiares, y el mercurio estaba en el 7% de los alimentos para bebés comprados y en el 10% de los alimentos familiares. (Los niveles más altos de mercurio se encuentran en los mariscos, que no fueron contemplados en este análisis).
El nuevo informe es un seguimiento de un análisis publicado en noviembre de 2019 en el que Healthy Babies, Bright Futures analizó 168 alimentos comprados de los principales fabricantes de alimentos para bebés. Ese análisis encontró que el 95% de los alimentos para bebés comprados en las tiendas contenían plomo, el 73% contenía arsénico, el 75% contenía cadmio y el 32% contenía mercurio. Una cuarta parte de los alimentos analizados ese año contenían los cuatro metales pesados.
“Después de ese informe, vimos que mucha gente decía que se podía evitar este problema haciendo la comida de los bebés en casa, así que decidimos comprobarlo”, dijo Houlihan. “Sospechamos que encontraríamos metales pesados en todo tipo de alimentos porque son contaminantes omnipresentes en el medio ambiente”.
“Y eso es exactamente lo que encontramos: los metales pesados estaban en los alimentos de todas las secciones de la tienda”, dijo Houlihan. “Lo que esto dice es que como la FDA está estableciendo normas para los metales pesados en los alimentos para bebés, tienen que ir más allá del pasillo de alimentos para bebés”.
¿Qué puede hacer un padre o cuidador? Alimentar al bebé con tantos tipos de alimentos como sea posible, dijo el pediatra Dr. Mark Corkins, presidente del Comité de Nutrición de la Academia Estadounidense de Pediatría que no participó en el estudio.
“Si se reparten los alimentos y se ofrece una amplia variedad de opciones, habrá menos toxicidad”, dijo Corkins. “Y nutricionalmente eso siempre ha sido lo correcto para obtener la mayor cantidad de micronutrientes de los alimentos que se consumen”.
¿Ayuda comprar productos orgánicos?
El informe encontró que comprar productos orgánicos tampoco redujo los niveles de metales pesados, lo cual “no es sorprendente”, dijo Corkins, profesor de pediatría del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Tennessee y del Hospital Infantil Le Bonheur en Memphis, Tennessee.
“Son el suelo y el agua los que están contaminados con arsénico y otros metales pesados, así que no importa si se trata de métodos de agricultura orgánica o tradicional”, dijo Corkins. Esto se aplicaría a los cultivos locales o incluso a los huertos de patio, si no se ha verificado que el suelo está libre de metales.
Sin embargo, comprar productos orgánicos puede ayudar a evitar otras toxinas que el nuevo informe no tuvo en cuenta, como los herbicidas y los pesticidas, dijo el Dr. Leonardo Trasande, director de pediatría ambiental en NYU Langone Health que no participó en el estudio.
“Hay otros beneficios en el consumo de alimentos orgánicos, incluyendo la reducción de los pesticidas sintéticos que se sabe que son tan malos para los bebés, si no es que más problemáticos”, dijo Trasande.
“Hemos visto que múltiples estudios muestran efectos significativos de los pesticidas sintéticos en la función cognitiva de los niños como resultado de la exposición prenatal. Hemos visto imágenes del cerebro en las que ciertas partes que son cruciales para el funcionamiento de orden superior son más pequeñas después de la exposición”, añadió. “Un paso sencillo sería simplemente decir que coman productos orgánicos, porque independientemente de todo lo que estamos hablando en este informe, es bueno para ustedes”.
Los expertos coinciden en que la lucha contra las toxinas en los alimentos para bebés es una tarea para las organizaciones gubernamentales, que tendrán que trabajar con los agricultores, proveedores y fabricantes para instituir normas y salvaguardias. Mientras tanto, los padres pueden marcar la diferencia.
“Tomar una simple decisión cada día para reducir la exposición de los niños marcará la diferencia, ya sea alejarse de las botanas a base de arroz y servir en su lugar una manzana cortada en dados, o elegir no servir zanahorias y camotes todos los días”, dijo Houlihan.
“Con los metales pesados y otras toxinas, los riesgos se acumulan a lo largo de la vida”, añadió. “Así que incluso si algunos de estos alimentos se hubieran servido a un niño hasta su segundo cumpleaños, empezar desde ahí a reducir la exposición a las toxinas va a sumar. Cada elección es importante”.
Alimentos menos contaminados
Los alimentos analizados con bajo contenido en metales contienen una octava parte de la contaminación por metales pesados que los alimentos con los niveles más altos, dijo Houlihan. Se trata de alimentos que pueden “comerse libremente”, sugiere el informe.
Los plátanos frescos, con niveles de metales pesados de 1,8 partes por billón, fueron los menos contaminados de los alimentos analizados para el informe. Esto supone una “diferencia de 82 veces en el nivel medio de metales pesados totales” con respecto al alimento más contaminado, las tortas de arroz, que arrojaron 147 partes por billón, según la investigación.
Después de los plátanos, los alimentos menos contaminados fueron la sémola de maíz, los alimentos infantiles manufacturados, la calabaza, el cordero, las manzanas, el cerdo, los huevos, las naranjas y la sandía, en ese orden.
Otros alimentos con menores niveles de contaminación fueron los ejotes, los chícharos, los pepinos y las carnes preparadas en puré cocidas en casa, según el informe.
Se recomendó el uso de preparados para lactantes elaborados con agua del grifo sin plomo. El agua del grifo analizada y sin plomo es siempre una buena opción. La leche también es una buena opción, pero solo para los bebés de 12 meses o más.
Según el informe, algunos alimentos saludables con bajo contenido en metales, como el yogur, la compota de manzana sin azúcar, los frijoles, el queso, los huevos duros y las uvas cortadas a lo largo, eran buenas opciones para la merienda de los bebés.
Las frutas frescas y congeladas, incluidas las utilizadas en los purés caseros, también son buenas opciones. Pero no es buena idea usar frutas enlatadas, si puedes evitarlo: “Las pruebas encuentran plomo 30 veces más a menudo en la fruta enlatada que en la fruta fresca y congelada”, decía el informe.
Los padres y cuidadores también pueden reducir la exposición de sus bebés a los metales pesados haciendo algunas sustituciones inteligentes, según el informe.
Según el informe, utilizar un plátano congelado para un bebé al que le están saliendo los dientes en lugar de una galleta para la dentición a base de arroz o una tortita de arroz podría reducir la ingesta total de metales pesados en un 95%. Otro alimento sugerido para la dentición es el pepino pelado y refrigerado.
Evita o limita estos alimentos
Los alimentos más contaminados que consumen los bebés son todos a base de arroz: “Las tortas de arroz, los bollos de arroz, los cereales de arroz crujiente y el arroz integral sin agua de cocción están muy contaminados con arsénico inorgánico, que es la forma más tóxica de arsénico”, dijo Houlihan.
El arsénico es un elemento natural que se encuentra en el suelo, el agua y el aire, y como el arroz se cultiva en agua, es especialmente bueno para absorber el arsénico inorgánico. (“Inorgánico” es un término químico y no tiene nada que ver con el método de cultivo). El arroz integral y el silvestre son los más perjudiciales, ya que el salvado contiene las mayores concentraciones de arsénico.
Investigaciones anteriores han demostrado que incluso niveles bajos de exposición al arsénico inorgánico pueden afectar al desarrollo neurológico del bebé. Un metaanálisis de estudios sobre el tema descubrió que un aumento del 50% en los niveles de arsénico en la orina se asociaría con una disminución de 0,4 puntos en el coeficiente intelectual de los niños de entre 5 y 15 años.
Las pruebas realizadas por el HBBF revelaron que las tortitas de arroz eran las más contaminadas con arsénico inorgánico, seguidos de los cereales de arroz crujiente, los productos de arroz inflado y el arroz integral. El informe recomendaba evitar por completo estos alimentos, a no ser que el arroz integral se cocine con agua extra que se vierta antes de consumirlo (al igual que la pasta). Según el informe, es mejor hacer esto con todos los arroces, incluidos el blanco y el salvaje, ya que puede reducir los niveles de arsénico hasta en un 60%.
Las galletas para la dentición a base de arroz y el arroz blanco son los siguientes en la lista de los más contaminados, según el informe. El arroz blanco se procesa para eliminar las capas externas, pero los expertos dicen que los niveles de arsénico siguen siendo lo suficientemente altos como para ser preocupantes, especialmente si el arroz es un alimento que se consume diario.
“En nuestras pruebas, el arsénico inorgánico alcanzó una media de 100 partes por billón en los cereales infantiles de arroz integral y de 74 partes por billón en los cereales infantiles de arroz blanco”, señaló Houlihan. “Las empresas de alimentos para bebés han retirado del mercado el cereal de arroz integral debido a sus altos niveles de arsénico”.
Los padres y cuidadores pueden ayudar manteniéndose alejados de las variedades de arroz blanco con alto nivel de arsénico que se cultivan en Arkansas, Louisiana, Texas o simplemente “en Estados Unidos”, y eligiendo en su lugar el arroz basmati con menor nivel de arsénico de California, India y Pakistán, así como el arroz para sushi de Estados Unidos, según el informe.
Servir estos alimentos raramente
Después de los alimentos a base de arroz, el análisis encontró los niveles más altos de metales pesados en las pasas, las galletas para la dentición que no son de arroz, las barritas de granola con pasas y los cereales con aros de avena.
Pero estos no eran los únicos alimentos preocupantes: según el informe, los frutos secos, el jugo de uva, las galletas de tapioca para la dentición y la mantequilla de semillas de girasol contenían cantidades elevadas de al menos un metal tóxico.
“Muchos alimentos tienen un perfil único de metales pesados”, explicó Houlihan. “Por ejemplo, vimos niveles muy altos de cadmio en cosas como las espinacas, la lechuga y la mantequilla de cacahuate”.
Sin embargo, el cuerpo humano no absorbe el cadmio tan fácilmente como otros metales pesados, y por esa razón “no tiene un nivel tan alto de preocupación”, añadió Houlihan.
“Tampoco hay tantas pruebas de que el cadmio sea neurotóxico para los bebés, o al menos el conjunto de pruebas no está ahí a los mismos niveles que el plomo y el arsénico”, dijo. “Los daños causados por el plomo y el arsénico no son reversibles: son impactos permanentes en el coeficiente intelectual, la capacidad de aprendizaje y el comportamiento, así que es un gran problema”.
Las raíces y tubérculos pueden tener niveles más altos de metales pesados como el plomo y el arsénico porque crecen bajo tierra. De hecho, la investigación descubrió que los alimentos favoritos de los bebés, como las zanahorias, los camotes, la calabaza y muchos tipos de papas, tenían niveles preocupantes de metales pesados.
Según el informe, incluso los mismos alimentos podían tener niveles variables de metales tóxicos. Por ejemplo, una compradora de Raleigh, Carolina del Norte compró un camote con 60,7 partes por billón de plomo, 10 veces más que el puré de camote comprado en la tienda. Una compradora de Chicago adquirió una zanahoria fresca con ocho veces más arsénico que el alimento para bebés de zanahoria ya preparado que se llevó a casa, según la investigación.
Sin embargo, los compradores de Tennessee y California descubrieron lo contrario: sus productos frescos tenían niveles mínimos de metales pesados en comparación con las marcas de alimentos infantiles manufacturados que compraron.
“Como padre, no sabes lo que estás tomando de los estantes de productos frescos”, dijo Houlihan. ¿Es elevado debido al cultivo, el tipo particular de camote o zanahoria? ¿O es elevado porque se cultivó en una zona en la que el suelo tiene naturalmente altos niveles de plomo?
La respuesta a estas preguntas será responsabilidad de los reguladores gubernamentales y de la industria, dijo Houlihan. La FDA tiene una campaña llamada “Closer to Zero”, por ejemplo, que podría ocuparse de la cuestión.
CNN se puso en contacto con la FDA para obtener comentarios, pero aún no ha recibido respuesta.
“Y recuerden que si protegen los ingredientes básicos que los padres utilizan para hacer la comida en casa, no solo están protegiendo a los bebés y niños pequeños, sino también a las mujeres embarazadas. Los bebés en el útero son especialmente vulnerables a las toxinas en un momento en que el cerebro crece a un ritmo tan rápido”.
Al no poder conocer los niveles de metales tóxicos en el suelo donde se cultivan los productos, los padres y cuidadores deben añadir un paso más a sus esfuerzos por evitar estas sustancias, sugirió Houlihan. Además de mezclar la variedad de alimentos y no servir las mismas opciones cada día, los padres pueden “elegir diferentes marcas o variedades de alimentos o comprar en diferentes tiendas de una semana a otra para evitar elegir una fuente de alto contenido de metales regularmente”.