(CNN Español) – La indignación por los jets privados de los famosos y superricos parece haber llegado para quedarse y, si no has profundizado en el tema, tal vez te estás preguntando: ¿es tan significativa la contaminación que causan? Estas cifras te ayudarán a dimensionar el impacto ambiental de esos viajes en el ambiente en comparación con los que haces tú cuando sales de vacaciones y también los posibles efectos de salud, más invisibilizados en la discusión pública.
Los jets privados contaminan, por pasajero, entre cinco y 14 veces más que los aviones comerciales, de acuerdo a un estudio de la organización Transport & Environment. Y no solo eso: los modelos que son relativamente eficientes “son la excepción y no la norma”, dice la investigación de 2021, por lo que los jets privados, en promedio, son 10 veces más intensivos en términos de emisión de carbono que los aviones comerciales.
El peso de esta contaminación es tal que, como resultado, el 50% de las emisiones globales vinculadas a la aviación quedan en manos del 1% de la población: los superricos que hacen viajes supercortos en sus superjets.
Por qué la distancia es un factor clave en la contaminación de los jets
La ineficiencia de los viajes se agrava por la distancia. En Europa, de acuerdo con el análisis de la organización, existe un doble de probabilidad de que se usen jets para viajes muy cortos —así califican los que recorren menos de 500 km— a que se usen aviones comerciales.
Otra forma de expresarlo: cerca del 50% de los vuelos privados dentro de la Unión Europea analizados en la investigación cubrieron distancias inferiores a los 500 km, mientras que entre los comerciales el porcentaje no alcanzaba el 25%.
Es en estos trechos cortos los aviones son menos eficientes porque se consume más combustible durante el despegue y el aterrizaje que en el resto del trayecto.
Transportar pocas personas en aviones poco eficientes que además frecuentemente vuelan vacíos siempre va a tener un mayor costo ambiental que viajar en líneas comerciales, donde además “los escasos márgenes y la competencia han contribuido a mejorar la eficiencia relativa a lo largo de los años”, dice el informe.
¿Cuál es el apuro?
El tiempo suele ser uno de los factores en la elección de los aviones, ya sean privados o comerciales, por delante de otros medios de transporte. Pero ¿cuán significativa es la diferencia?
Transport & Environment recolectó la información de las 10 rutas más contaminantes de los jets privados en Europa que recorrían menos de 500 km y calculó cuánto tiempo más llevaría cubrir esas distancias usando otros medios de transporte en las medidas de las posibilidades.
El resultado fue que, en la mayoría de los casos, se podía cubrir la misma ruta generando menos contaminación y sumándole menos de tres horas al viaje.
Peores para la salud
Los jets privados también emiten, en mayor medida que los aviones comerciales, partículas no volátiles que se han asociado con impactos en la salud respiratoria y cardiopulmonar (además de sus efectos en el ambiente, por ejemplo de absorción de la radiación solar y afectación de la formación de nubles.
¿Cuánto más? Un jet privado de Dassault Falcon 900EX, por ejemplo, emite el doble de estas partículas que un Boeing 737 en un vuelo de dos horas. Si se calcula por pasajero, resulta que las emisiones son 72 veces superiores.
Debido a los efectos nocivos de estas partículas, se ha adoptado una normativa para limitar la cantidad que pueden emitir las aeronaves. Sin embargo, por las características de los motores la mayoría de los jets privados quedan por fuera de la regulación.
El mayor costo de la aviación no es el del CO2
El debate en torno a la contaminación de la industria aérea suele estar centrado en el dióxido de carbono, pero lo cierto es que estas emisiones no son el mayor problema en términos cuantitativos, según un estudio de la Unión Europea publicado en 2020.
Las estelas de condensación —esos rastros que dejan a su paso los aviones, que se ven como líneas blancas en el medio del cielo— y las emisiones de óxidos de nitrógeno, vapor de agua, hollín y carbono negro de los motores de los aviones fueron responsables de dos tercios del impacto climático de la aviación en 2018.
Este problema ambiental puede atacarse mediante el uso de combustibles limpios, pero también con otra técnica: cambiando las rutas de vuelo. ¿Cómo? Con rutas a menos altura se puede evitar la formación de las estelas de condensación, dice el estudio. En Japón, ponen como ejemplo, desviar menos del 2% de los vuelos hizo que el efecto del calentamiento por las estelas de condensación se redujera en cerca de un 60%.