Dortmund/Londres (CNN Business) – El río Rin de Alemania se está secando demasiado, obstaculizando las cadenas de suministro y creando más problemas para una economía que se encuentra en dificultades.
El agua del río ha bajado a niveles “excepcionalmente bajos” en algunas áreas interrumpiendo el transporte marítimo en la vía fluvial más importante del país, dijeron funcionarios alemanes a CNN este viernes.
La falta de lluvias en los últimos meses hace que los buques de carga lleven ahora cargas más ligeras, que los costos de transporte se disparen y que los riesgos económicos y de suministro eléctrico empeoren.
El mes pasado, el Instituto Federal de Hidrología de Alemania advirtió que los caudales de agua en el manómetro de Kaub, situado al oeste de Frankfurt, estaban ya a solo el 45 % de los niveles medios para esta época del año. La agencia dijo que eso había creado “obstrucciones frecuentes” para los barcos.
Ahora, se espera que los niveles de agua bajen aún más antes de subir “muy ligeramente” en las próximas semanas, dijo el viernes la Autoridad de Vías Navegables y Navegación del Rin.
La situación es similar a la de 2018, cuando problemas similares con el río provocaron una “paralización del transporte de mercancías” y redujeron el crecimiento económico de Alemania en un 0,2% estimado, según los economistas de Deutsche Bank.
Aumento de costos
Aunque los niveles de agua este año aún no han bajado en la misma medida, “los buques de carga ya tienen que reducir la cantidad de carga”, escribieron en un informe la semana pasada. “Por tanto, el transporte se encarece”.
Por ejemplo, en el sitio de medición en Kaub, los niveles de agua por debajo de los 75 centímetros suelen significar que un gran buque portacontenedores “tiene que reducir su carga a cerca del 30%”, dijeron los economistas.
“Además, en Alemania se incrementa la tasa para pagar la carga cuando el nivel de agua cae por debajo de un nivel determinado”, advirtieron los analistas de seguros de UBS.
La sequía podría agravar una crisis aún mayor para la principal economía de Europa, que ya se enfrenta al riesgo de una recesión debido a la crisis energética, la alta inflación y las interrupciones en la cadena de suministro.
Recientemente, Alemania ha recurrido a encender sus centrales de carbón para garantizar que el país mantenga el acceso a la electricidad mientras Rusia restringe el suministro de gas.
Pero “gran parte del carbón duro que se necesita se transporta desde los puertos neerlandeses de Ámsterdam, Rotterdam y Amberes en barcazas” a lo largo del río Rin, lo que añade presión a la capacidad allí, señalaron los economistas del Deutsche Bank.
Según Henri Patricot, analista de petróleo de UBS, el descenso del nivel de agua del río “está dificultando los envíos de productos energéticos, lo que agrava la situación del suministro de materias primas en Europa”. El Rin también es crucial para el transporte de productos químicos y cereales.
En un informe publicado el miércoles, Capital Economics afirmaba que, aunque los problemas del Rin eran “un pequeño problema para la industria alemana en comparación con la crisis del gas”, podrían convertirse en un dolor de cabeza mayor a lo largo de este año.
Si el descenso del nivel del agua “persiste hasta diciembre, podría restar un 0,2% del PIB” en la segunda mitad del año, “y añadir un toque a la inflación”, escribió el economista jefe para Europa Andrew Kenningham.
El sector manufacturero alemán, de gran importancia, podría sufrir un golpe mayor. Los investigadores del Instituto de Economía Mundial de Kiel han constatado anteriormente que en un mes de bajos niveles de agua la producción industrial del país puede caer en torno al 1%.
Actualmente, la autoridad naviera alemana no está imponiendo restricciones al tráfico del Rin debido al estiaje.
Pero un portavoz de la agencia de vías navegables dijo que, en algunos casos, el transporte marítimo comercial podría ser inviable si el flete tuviera que reducirse demasiado.
Gran parte de Europa está sufriendo olas de calor y sequías extremas. El nacimiento del emblemático río Támesis de Londres se ha secado y se ha desplazado unos ocho kilómetros río abajo.
Las altas temperaturas del agua de los ríos en Francia han impedido el funcionamiento de algunas centrales nucleares. Y en el norte de Italia, los agricultores se enfrentan a la peor sequía de los últimos 70 años, que afecta a la producción de cultivos, desde la soya hasta el parmesano.
– Julia Horowitz contribuyó con este reportaje.