(CNN Español) – La alarma por la situación de seguridad en la central nuclear de Zaporiyia, la más grande no solo de Ucrania sino de todo Europa, trae a la memoria de muchos Chernobyl y el peor desastre nuclear de la historia.
La central nuclear de Zaporiyia, ubicada en el sur, es una de las cuatro que están operativas en Ucrania. En este recuento no entra Chernobyl, ubicada en el norte del país cerca de Pripyat, que fue cerrada tras la explosión de 1986.
La planta de Chernobyl tenía, al momento del accidente, cuatro reactores, según la World Nuclear Association. La de Zaporiyia, mientras tanto, tiene en la actualidad seis de los 15 reactores que hay en el país, según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), y representa una quinta parte de la producción anual promedio de electricidad en Ucrania, según Energoatom, el operador de energía nuclear del país. De acuerdo a la información disponible en la OCDE, para el 7 de agosto solo dos de los seis estaban operativos.
Luego de que las tropas rusas ocuparan en marzo la planta de Zaporiyia se desataron temores de un posible accidente nuclear y los expertos en la materia rápidamente minimizaron las preocupaciones, advirtiendo que no era conveniente hacer comparaciones con Chernobyl y aclarando que las plantas modernas son significativamente más seguras que las más antiguas. Ahora los expertos vuelven a manifestarse con cautela al respecto.
La construcción de la planta de Chernobyl dio inicio al desarrollo de la energía nuclear en Ucrania, explica la World Nuclear Association. La primera unidad se puso en marcha en 1977 y la unidad número cuatro en 1983. Al momento del accidente de 1986, que tuvo lugar en el marco de un ensayo de seguridad fallido, todavía estaban en construcción dos unidades más, de acuerdo a la información de la Agencia de Energía Nuclear de la OCDE.
En el caso de Zaporiyia, la primera unidad en funcionar comenzó en 1984, según la información oficial, y continuaron inaugurándose sucesivamente las cinco restantes que conforman el complejo, la última en 1995.
Los reactores, la diferencia clave entre Zaporiyia y Chernobyl
Chernobyl usaba unos reactores conocidos de la era soviética conocidos como RBMK que estaban moderados por grafito. La planta de Zaporiyia, por otra parte, tiene reactores refrigerados por agua a presión conocidos como modelo VVER.
“El diseño del VVER es intrínsecamente más seguro y protegido que los sistemas RBMK de Chernobyl”, explicó en marzo en Twitter Jon Wolfsthal, asesor principal de Global Zero y exdirector de control de armas y no proliferación del Consejo de Seguridad Nacional.
Un reactor VVER no puede “‘escaparse’ como podía hacerlo el RBMK”, dijo al Science Media Centre (CMC) Malcolm Grimston, investigador honorario del Centro Imperial de Política y Tecnología Energética de Londres.
Por este motivo es que, en marzo, los expertos descartaron que pudiera haber una explosión como la de Chernobyl que provocó una lluvia radiactiva en toda Europa y expuso a millones de personas a niveles peligrosos de radiación en la década de 1980.
La vasija de presión de un reactor moderno “es muy robusta y puede soportar daños considerables por fenómenos como los terremotos y, hasta cierto punto, los impactos cinéticos”, explicó a SMC Robin Grimes, profesor de Física de los Materiales del Imperial College de Londres, aunque “no está diseñado para resistir” ataques con armamento explosivo.
Estructuras de contención
A diferencia de lo que sucedía en Chernobyl, cada reactor de Zaporiyia está “encerrado en una vasija de acero presurizada, que a su vez está alojada dentro de una enorme estructura de contención de hormigón armado”, explica un artículo de la revista Nature.
Koji Okamoto, investigador de seguridad nuclear de la Universidad de Tokio, dijo allí que “la estructura de contención puede tener una resistencia a las armas normales”.
Lo que enseñó Fukushima
Incluso si una explosión en un reactor fuera muy poco probable, podrían ocurrir otros incidentes como resultado de bombardeos o incendios en el sitio, alertaron en marzo los especialistas.
“Es realmente la electricidad y la plomería lo que preocupa”, dijo a CNN en ese momento Joseph Cirincione, miembro del Quincy Institute for Responsible Statecraft.
La electricidad en la planta de Fukushima en Japón se cortó durante el desastre nuclear allí en 2011, mientras que los reactores permanecieron intactos. “Eso significaba que ya no se podía bombear el agua de enfriamiento a través de los reactores o los estanques de enfriamiento”, dijo Cirincione.
En el caso muy improbable de una catástrofe en Zaporiyia, ¿qué diferencia habría con Chernobyl?
Leon Cizelj, presidente de la Sociedad Nuclear Europea, cree que “no es muy probable que esta central sufra daños”. Dijo a CNN que “en el caso muy improbable de que lo sea, el problema radiactivo afectaría sobre todo a los ucranianos que viven cerca”, en lugar de extenderse por todo el este de Europa, como ocurrió con Chernobyl.
“Si utilizamos la experiencia del pasado, Fukushima podría ser una comparación del peor escenario posible”, añadió Cizelj, en referencia a la grave pero más localizada fusión de la planta japonesa en 2011.
Las centrales nucleares utilizan una serie de sistemas auxiliares de seguridad, como generadores diésel y conexiones externas a la red, para mantener los reactores refrigerados. Zaporiyia también utiliza una balsa de aspersión, un depósito en el que se enfría el agua caliente del interior de la central. Si estos sistemas fallaran, el reactor nuclear se calentaría rápidamente, provocando una fusión nuclear.
Ese sería el peor escenario, según los expertos. Pero, aunque sería desastroso a nivel local, explicaron que no tendría un gran impacto en Europa en general.
Las preocupaciones por la seguridad alcanzan un punto de inflexión
Los temores sobre la seguridad de la central nuclear de Zaporiyia han ido en aumento, no obstante, y alcanzaron un punto de inflexión días atrás cuando los bombardeos dañaron una línea eléctrica de alta tensión y obligaron a detener el funcionamiento de uno de los reactores de la central, a pesar de que no se detectó ninguna fuga radiactiva.
Tras el ataque, Energoatom dijo que disparos de los proyectiles rusos habían dañado una estación de nitrógeno-oxígeno y el edificio auxiliar. Rusia, por su parte, acusa a Ucrania de atacar la zona.
El director general de la OIEA, Rafael Mariano Grossi, se mostró alarmado y dijo que ese bombardeo subrayaba “el riesgo muy real de un desastre nuclear que podría amenazar la salud pública y el medio ambiente en Ucrania y más allá”.
“Lamentablemente, en lugar de la distensión, en los últimos días ha habido informes de otros incidentes profundamente preocupantes que, si continúan, podrían conducir al desastre”, dijo el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en un comunicado. “Insto a la retirada de cualquier personal y equipo militar de la planta y a evitar cualquier despliegue adicional de fuerzas o equipo en el sitio”.
¿Quién tiene el control de Zaporiyia y de Chernobyl ahora?
Zaporiyia está bajo el control de las fuerzas rusas que tomaron el sitio, aunque el personal de Energoatom es el que continúa operando la instalación. Se encuentra bajo “condiciones extremadamente estresantes”, según la OCDE, al tiempo que el regulador de seguridad nuclear ha dicho que ya no está en posición de vigilar las condiciones.
La situación en Chernobyl es diferente. A fines de febrero, durante la primera semana de la guerra, la planta y el territorio circundante cayeron en manos de las tropas rusas. A fines de marzo, Ucrania informó que los rusos habían abandonado la zona.
El interés de Putin por esa operación, según expertos que hablaron en ese momento, estaba principalmente vinculado a su ubicación: la Zona de Exclusión de Chernobyl se encuentra en medio de la ruta más directa desde la frontera de Belarús, por donde se había lanzado uno de los principales ataques de Rusia, hasta Kyiv. Esta situación geográfica había llevado ya al Gobierno de Ucrania a desplegar tropas en el sitio a comienzos de febrero, esperando un ataque.
Una delegación del OIEA podría visitar la central nuclear de Zaporiyia a principios de septiembre, según Mijaíl Uliánov, representante ruso en Viena, donde tiene su sede la organización.
“Estamos discutiendo y seguiremos discutiendo las modalidades de la misión, la ruta, el número de personas que participarán en ella, cuánto tiempo permanecerán en la central, para qué tareas son enviados allí”, dijo Ulyanov durante una sesión informativa en línea este viernes.
Con información de Rob Picheta, Yulia Kesaieva, Olga Voitovych, Sana Noor Haq, Joseph Ataman, Germán Padinger, Nathan Hodge de CNN.