(CNN Español) – Charlie Crist, el demócrata que le disputará la gobernación de Florida a Ron DeSantis, es una cara reconocible de manera instantánea en el estado y un político con una de las carreras más inusuales en Estados Unidos. Ahora enfrenta un reto doble: desbancar a su contrincante del gobierno estatal y, a la vez, frenar una carrera que posiciona de DeSantis como posible candidato republicano a la Casa Blanca en 2024.
Crist, de 66 años, formó parte del Partido Republicano durante décadas. Se desempeñó como legislador estatal, comisionado de educación y fiscal general estatal. En 2006 logró ganar la carrera por la gobernación como republicano, pero más tarde cayó en desgracia con su partido por cometer un pecado capital: apoyar a Barack Obama en 2009.
Aspiró al Senado en 2010 pero, con apoyo del Tea Party, Marco Rubio logró adelantársele en la carrera. Antes de perder esas primarias, tal como se anticipaba, dejó el partido y continuó la campaña como independiente. No logró un escaño.
Republicano, independiente, demócrata: el camino sinuoso de Charlie Crist
En 2012, Crist anunció su afiliación al Partido Demócrata. No fue una sorpresa para los republicanos, que ya lo habían visto haciendo campaña por la reelección de Obama y hablando en la Convención Nacional Demócrata.
(Su apoyo al segundo mando de Obama se había enfocado en la reforma sanitaria y la gestión de la economía por parte del presidente demócrata, así como en sus propias diferencias con el Partido Republicano).
En ese entonces declaró al periódico Tampa Bay: “Tengo amigos que me han dicho durante años ‘lo sabes, Charlie, eres un demócrata y lo sabes”.
Entonces volvió a la carrera por la gobernación en 2014 para enfrentarse al que era su sucesor, el entonces gobernador Rick Scott. Se quedó a 64.000 votos de recuperar su antiguo puesto.
En 2016 puso la mirada en la Cámara de Representantes, donde lleva sirviendo durante tres períodos.
Muchos esperaban que la carrera de Charlie Crist terminara en el Congreso. Sin embargo, en mayo pasado se lanzó a la carrera por la gobernación, una decisión que en su momento fue criticada por muchos funcionarios y operadores demócratas de Florida que lo veían como una reliquia del pasado en un partido que necesita mirar hacia adelante.
La apuesta por lo familiar sobre “algo nuevo”
El legislador se enfrentó a la comisionada de Agricultura Nikki Fried, que con 44 años aspiraba a convertirse en la primera mujer gobernadora del estado y que hizo campaña con la consigna “algo nuevo”.
Los demócratas eligieron lo familiar sobre “lo nuevo” y ahora Crist se enfrenta a la difícil misión de derrotar a DeSantis.
Al elegir a Charlie Crist, los demócratas apuestan por un candidato conocido e inofensivo que les dé la mejor oportunidad de desbancar a un republicano que genera divisiones. Es un manual casi idéntico al de Joe Biden para derrotar a Donald Trump en 2020.
Sin embargo, el plan de Biden no funcionó en Florida. Trump ganó el estado por un margen mayor en 2020 que en 2016.
Su elemento: la campaña
Cris hizo campaña intentando estrechar todas las manos del estado. En julio, por ejemplo, en un período de 36 horas asistió a un servicio religioso dominical, habló con los padres de niños asesinados por el uso de armas, se encontró con refugiados nicaragüenses, almorzó con demócratas haitianos estadounidenses y recorrió los negocios cubanoestaounidenses de la Pequeña Habana con su nueva prometida.
Construyó una coalición de partidarios en todo el estado y en todas las facciones del partido: sindicatos, grupos ecologistas, líderes religiosos negros, destacadas mujeres líderes y funcionarios electos de todas las tendencias. Legisladores demócratas populares como la diputada estatal Anna Eskamani y la senadora estatal Shevrin Jones, que en un principio despreciaban a Crist, lo apoyaron por encima de Fried.
En una entrevista con CNN tras las primarias del martes, Crist se refirió a algunos de estos grupos mientras hablaba de su contrincante. Dijo que DeSantis ha estado “atacando a los niños LGBTQ, a las mujeres y su derecho a decidir, faltándoles el respeto, atacando a los votantes afroamericanos”. También lo acusó de hacer que sea más difícil para las personas negras y para las personas de edad avanzada votar por la organización de las primarias.
La difícil misión de Charlie Crist
Crist tiene ahora solo 11 semanas para unir a su partido, dar energía a la base demócrata y convencer a los votantes independientes de que el estado necesita una nueva dirección.
Hay mucho en juego para los demócratas, y no solo en Florida, donde DeSantis ya ha impulsado una agenda agresivamente conservadora, prometiendo que un segundo mandato traerá nuevas medidas para restringir aún más el aborto y facilitar el porte de armas en público. Pero los demócratas nacionales también buscan ahora que Crist frene el ascenso de DeSantis antes de una anticipada campaña por la Casa Blanca en 2024.
“Este tipo quiere ser presidente de Estados Unidos”, dijo Charlie Crist en su discurso de victoria. “Sin embargo, cuando le derrotemos el 8 de noviembre, ese espectáculo habrá terminado”.
La tarea no será fácil. DeSantis ha acumulado US$ 132 millones para las elecciones generales, una suma récord para un candidato a gobernador que no se autofinancia, y ha animado a la base republicana más que cualquier otro político del Partido Republicano que no se llame Donald Trump.
Su partido superó a los demócratas en número de votantes registrados en Florida por primera vez. Y puede señalar una economía estatal que parece estar en auge, con más personas que se mudan allí que en cualquier otro lugar del país, cifras récord de turismo y una tasa de desempleo del 2,7%, casi un punto completo por debajo del nivel nacional.
Cris no eludió esta realidad en sus declaraciones de este miércoles. “Es la última oportunidad de los demócratas para detenerlo, y va a ser mucho más barato hacerlo en Florida que en 50 estados (si DeSantis se presenta a la presidencia). Así que hagámoslo ahora”, dijo en la entrevista a CNN.
Con información de Steve Contorno, Veronica Stracqualursi, Gregory Krieg y Dan Merica de CNN.