(CNN) – El presidente Joe Biden anunció oficialmente su plan de condonación de préstamos estudiantiles, pero aún quedan muchas preguntas, que incluyen: ¿Cuánto costará exactamente? ¿Se sumará a la inflación? ¿Tiene Biden la autoridad para tomar un bolígrafo y hacer que esto suceda?
Pero la pregunta primordial para muchas personas que no fueron a la universidad, aquellos que ya pagaron sus préstamos o personas que ganan más de US$ 125.000 (o más de US$ 250.000 si son parejas casadas o cabezas de familia) es esta: ¿Qué hay de mí?
Las personas que están interesadas en comprar un vehículo eléctrico con la ayuda de un crédito fiscal federal pero que ganan más de US$ 150.000 (US$ 300.000 si están casados) se preguntan lo mismo.
Las propuestas universales son cosa del pasado
Es un giro de 180 grados en la conversación nacional desde la campaña presidencial de 2020 cuando candidatos serios como Andrew Yang estaban impulsando la idea de un ingreso básico universal para todos los estadounidenses –la idea de que todos los adultos estadounidenses deberían recibir un cheque de pago de US$ 1.000 por mes– independientemente de sus ingresos, y el senador Cory Booker de Nueva Jersey estaba presionando para que se otorgaran “bonos para bebés” a casi todos los niños estadounidenses para abordar la desigualdad racial.
Los límites de ingresos, o prueba de medios, es la forma en que el gobierno dirige la ayuda a las personas que realmente la necesitan.
También crea nuevas capas de burocracia gubernamental para verificar los ingresos y puede generar quejas sobre injusticias y estigmas. Más sobre eso a continuación.
Los temores de inflación son reales
También existen preocupaciones válidas de que canalizar todo este dinero en efectivo en la economía (serán cientos de miles de millones de dólares, pero no sabemos exactamente cuánto) únicamente se sumará a la inflación desenfrenada que ha hecho que la vida de los estadounidenses sea mucho más cara.
“Necesitamos hacer que la universidad sea asequible, no enviar un obsequio de US$ 10.000 a personas que ya tienen, en muchos casos, títulos avanzados”, dijo Marc Goldwein, director sénior de políticas del Comité para un Presupuesto Federal Responsable, durante una entrevista con Poppy Harlow de CNN antes de que se anunciara formalmente la condonación del préstamo.
El problema más grande es el costo de la educación universitaria
Goldwein argumentó que enfocarse en las personas con préstamos universitarios es injusto para las personas que no van a la universidad o no buscan títulos avanzados.
“De manera desproporcionada, la deuda estudiantil está en manos de personas que tienen títulos avanzados y buenos ingresos, y pueden soportarla mucho más que los estadounidenses comunes que ven subir el costo de la gasolina y la ropa”, dijo Goldwein.
No todos los que tienen deudas universitarias terminan la universidad
Indivar Dutta-Gupta del Centro de Derecho y Política Social está de acuerdo en que la asequibilidad universitaria es un programa más amplio que debe abordarse. Pero reaccionó durante nuestra conversación telefónica cuando dije que el programa de Biden se enfoca en personas que tienen títulos y potencial de ingresos.
“Muchos de ellos no tienen títulos”, dijo. “Alrededor del 40% de las personas con deudas estudiantiles no tienen un título universitario. Eso es algo que la gente no se da cuenta”.
Hay superposición, dijo, entre las personas en situación de pobreza y las personas que han asistido a alguna universidad. Su preocupación es que el límite de ingresos crea barreras para hacer llegar la ayuda a las personas que pueden tener dificultades para demostrar sus ingresos.
US$ 125.000 no es tanto en algunos lugares
También es cierto que las personas con deudas de préstamos que ganan US$ 125.000 o menos hoy pueden ganar más en el futuro.
Hay una disparidad geográfica adicional a considerar. Es probable que haya más personas en Nueva York o California, por ejemplo, que ganen más de US$ 125.000 y aún así se sientan aplastadas por la deuda de su préstamo estudiantil que personas en estados más asequibles.
Es un paso hacia la igualdad racial
Un punto de venta importante de la condonación de la deuda universitaria anunciada por Biden es que puede ayudar particularmente a las personas de color y también a las personas que aceptan trabajos que ayudan al funcionamiento de la sociedad.
El presidente de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP, por sus siglas en inglés), Derrick Johnson, le dijo a Jim Sciutto de CNN el jueves que, si bien se opone a la prueba de medios para la condonación de préstamos, puede apreciar que está dirigida.
“Ahora estamos hablando de maestros, estamos hablando de empleados federales, estamos hablando de empleados estatales y municipales, personas que se aseguran de que nuestra economía crezca, que mantienen los servicios necesarios para nuestros ciudadanos y que realmente hacen funciona la democracia”, dijo Johnson.
También argumentó, y es un punto válido, que el gobierno no pidió pruebas de medios cuando ayudó a las empresas durante la pandemia o redujo los impuestos corporativos con la esperanza de impulsar el crecimiento del empleo.
Se ha prestado cierta atención en Twitter al hecho de que a personas como la representante Marjorie Taylor Greene de Georgia, que se oponen a la condonación de préstamos estudiantiles, se les perdonaron préstamos para pequeñas empresas durante la pandemia a través de un programa gubernamental.
El crédito tributario por hijos fue un beneficio mucho más amplio
Otro programa pandémico que se aplicó más ampliamente y tenía más potencial para transformar el país fue la expansión temporal del crédito tributario por hijos, que redujo la pobreza al poner dinero en los bolsillos de los la gran mayoría de los padres estadounidenses y sacar a millones de niños de la pobreza mientras estaba vigente, según los estudios.
Su umbral de ingresos era muy alto y lo determinaba el IRS, que reducía la dificultad de aplicarlo. Un problema importante para el crédito fiscal era que el IRS no siempre identificaba ni pagaba a las familias que ganaban muy poco para declarar impuestos sobre la renta.
La expansión del crédito fiscal terminó cuando los demócratas no pudieron convencer al senador Joe Manchin de West Virginia de mantenerlo sin cambios sustanciales.
El final de la expansión del crédito tributario por hijos fue un retroceso a 1996, cuando un Congreso republicano y el entonces presidente Bill Clinton acordaron reducir drásticamente el papel del gobierno federal en la aplicación de programas de asistencia social e instituyeron nuevos requisitos laborales que redujeron quién calificaba.
Algunos programas son casi universales
No todos los programas de EE.UU. tienen pruebas de medios. Cada niño en el país tiene garantizado un lugar en una escuela pública. Todos los adultos mayores estadounidenses tienen seguro médico a través de Medicare. Todos los estadounidenses que trabajan durante unos 10 años reciben beneficios del Seguro Social. La mayoría de los estadounidenses que pierden un trabajo de tiempo completo son elegibles para el seguro de desempleo.
Pero hay trampas. La educación pública varía mucho de un estado a otro y de un distrito a otro. Los beneficios del Seguro Social se basan en los ingresos. Y algunas de las primas de Medicare están en una escala móvil. El seguro de desempleo a menudo no llega a las personas con trabajos ocasionales o de medio tiempo y a los empresarios.
El costo de los beneficios ilimitados los hace políticamente insostenibles en Estados Unidos. Lo que significa que lo mejor que puede hacer el gobierno para condonar la deuda o alentar la compra de vehículos eléctricos es apuntar a las personas que ganan una cierta cantidad de dinero.