(CNN) – Hay un detalle importante que se está quedando fuera en muchas conversaciones sobre el creciente número de migrantes que llegan a la frontera entre México y Estados Unidos.
Hace décadas, la gran mayoría de los migrantes que intentaban cruzar la frontera entre los puertos de entrada eran mexicanos. Hace unos años, la mayoría procedía de los países centroamericanos conocidos como el Triángulo del Norte: Guatemala, Honduras y El Salvador. Pero ahora, según las estadísticas de la Patrulla Fronteriza, el número de personas que vienen de fuera de esos lugares está creciendo, y rápidamente.
David Bier lo llama un “cambio radical” y un “nuevo fenómeno del que nadie habla”. Bier, director asociado de estudios de inmigración en el Instituto Cato, señaló este cambio en un hilo reciente en Twitter. Es un detalle revelador, dice, que deja mucho al descubierto sobre lo que el Gobierno de Biden está enfrentando en la frontera, y por qué la situación ha sido tan difícil de resolver.
Para entender mejor esta tendencia, CNN se sumergió en los datos. Este es un vistazo a lo que hemos registrado, por qué este cambio es tan significativo, por qué está sucediendo, cómo se ve esto en el terreno y lo que podría suceder a continuación.
Nuestro análisis: hay un gran cambio en quién está llegando a la frontera entre Estados Unidos y México. Un gran número de migrantes de México y del Triángulo del Norte siguen haciendo el viaje. Pero el número de migrantes de otros países, representados aquí en color púrpura, ha aumentado significativamente.
En 2007, el número de migrantes de esta “otra” categoría era insignificante. Pero desde entonces, ha crecido de forma espectacular, un 11.000%, con el mayor incremento en los dos últimos años.
Los encuentros de la Patrulla Fronteriza de EE.UU. siguen mostrando más migrantes de México que intentan cruzar la frontera del suroeste en julio que de cualquier otro país individual. Pero en lo que va del año fiscal, por primera vez, los encuentros con migrantes de fuera de México y del Triángulo Norte están superando a los encuentros con migrantes de cualquiera de esas regiones.
Un puñado de países constituyen una gran parte de este grupo creciente en la frontera. El número de veces que los agentes de la Patrulla Fronteriza de EE.UU. en la frontera suroeste se encontraron con migrantes de Cuba, Colombia, Nicaragua y Venezuela ha aumentado drásticamente en los últimos dos años.
Una advertencia sobre las cifras: para este análisis, utilizamos las estadísticas de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. (CBP, por sus siglas en inglés) sobre los encuentros de la Patrulla Fronteriza, que incluyen tanto a los migrantes que son aprehendidos y detenidos, al menos temporalmente, en la frontera, como a los migrantes que son expulsados inmediatamente a sus países de origen y a México. Estos datos nos dan la mejor imagen general de quiénes llegan y qué ocurre en la frontera.
Pero los funcionarios han reconocido que las cifras pueden estar infladas, porque incluyen a algunos migrantes que fueron devueltos en virtud de la política de salud pública del “Título 42”, y que luego intentaron cruzar de nuevo.
En otras palabras, las mismas personas pueden haber sido contadas varias veces.
Este es un problema que afecta sobre todo a los migrantes de México y del Triángulo Norte, que tienen más probabilidades de ser sometidos a las restricciones del Título 42 que los migrantes de otros países.
Por qué es importante: Doris Meissner, que dirige el trabajo de política de inmigración de EE.UU. en el Instituto de Política Migratoria, no partidista, en Washington, dice que el aumento de las nacionalidades adicionales en la frontera “hace que la ejecución de políticas en la frontera sea aún más complicada”.
Durante décadas, muchas políticas fronterizas se han diseñado pensando en los migrantes mexicanos, dice, pero es mucho más difícil deportar a personas a otros países. Por ejemplo, el Título 42 limita las nacionalidades que pueden ser expulsadas y devueltas a sus países de origen. Y las frías relaciones diplomáticas también pueden afectar a las deportaciones.
“Estas poblaciones… requieren diferentes tipos de respuestas”, dice Meissner. “No hemos establecido un sistema de asilo que esté en modo alguno a la altura del reto que supuso este cambio”.
Los funcionarios de la administración sostienen que están trabajando duro para abordar las causas fundamentales de la migración. Y el presidente Joe Biden lo ha descrito como un “desafío hemisférico”.
Pero Bier dice que los funcionarios no están haciendo lo suficiente.
“El gobierno de Biden no puede responder a esta nueva realidad con el mismo libro de jugadas de antes”, dijo en Twitter. Bier dijo a CNN que eso es exactamente lo que la administración parece estar haciendo. “Es un montón de los mismos tipos de respuestas”, dice.
Por qué está ocurriendo: no hay una razón sencilla para que esto ocurra, dice Bier.
“Hay tantas respuestas”, dice, “como países representados en ese grupo”.
El comisionado de la CBP, Chris Magnus, dijo recientemente a CBS News que es imposible señalar todos los factores que impulsan a los migrantes a realizar el viaje, dado lo complicado de la situación en sus países de origen. “Es un conjunto de dinámicas muy complejas”, dijo.
Meissner, que fue comisaria del Servicio de Inmigración y Naturalización entre 1993 y 2000, afirma que la pandemia ha desempeñado un papel importante al intensificar las presiones económicas.
También hay otros factores en juego. Según Meissner, el aumento de cubanos que se dirigen a Estados Unidos puede atribuirse en parte a una nueva ruta aérea entre Cuba y Nicaragua. Patrick Oppmann, de CNN, informó que, después de que Nicaragua eliminara los requisitos de visado para los cubanos, la gente empezó a publicar anuncios en Internet vendiendo sus casas con “todo lo que había dentro” para pagar el costoso pasaje de avión.
El deterioro de las condiciones económicas, la escasez de alimentos y el acceso limitado a la atención sanitaria están empujando cada vez más a los venezolanos a marcharse, y la creciente comunidad venezolana en Estados Unidos también es un atractivo, dice Meissner.
Para los colombianos y nicaragüenses, la inestabilidad económica, agravada por la pandemia, ha sido el principal motor de la migración, dice, pero la política también juega un papel.
“El aumento de la represión bajo el régimen de Ortega, especialmente durante las recientes elecciones presidenciales, ha cimentado la creencia entre muchos nicaragüenses de que la agitación política del país no se resolverá a corto plazo”, afirma Meissner.
Y los que antes veían a la vecina Costa Rica como destino, dice, es más probable que busquen en otra parte debido a la disminución de las perspectivas laborales allí.
El aumento de la inflación y el desempleo en Colombia están impulsando la migración, dice Meissner. El malestar social tras la ola de protestas de 2021 y las divisiones políticas que se intensificaron durante las recientes elecciones presidenciales también pueden influir en las decisiones de los emigrantes, afirma.
Cómo se ve esto sobre el terreno: esto no es solo algo que podamos ver con las estadísticas. Tanto los migrantes como los funcionarios de la Patrulla Fronteriza dicen que están notando el cambio.
El jefe del sector de la Patrulla Fronteriza de Yuma, Chris Clem, dijo el mes pasado a Priscilla Álvarez, de CNN, que el gran número de nacionalidades que cruzan la frontera estaba poniendo a prueba a sus agentes.
“Los países que estamos recibiendo ahora, esas nacionalidades están volando, llegando a la frontera, y están teniendo que ser procesados y hay tantos de ellos que está planteando un desafío a la fuerza de trabajo”, dijo.
En declaraciones a CNN a principios de este año, una inmigrante cubana describió una casa en el desierto mexicano donde esperaba con otros para cruzar la frontera.
Una habitación estaba llena de cubanos, dijo. Y otra estaba llena de personas de diferentes países.
“Había colombianos, bangladesíes, venezolanos, nicaragüenses, haitianos”, dijo. “Parecía que el mundo entero estaba allí”.
Lo que podría pasar después: como todo lo relacionado con la frontera, hay mucho debate sobre lo que los funcionarios deben hacer al respecto.
Los funcionarios del gobierno de Biden han recalcado repetidamente que la frontera no está abierta. Pero quienes están a favor de aumentar las restricciones a la inmigración argumentan que las políticas de la administración han incentivado a más personas a probar suerte cruzando la frontera ilegalmente. Algunos, incluyendo a más del 50% de los republicanos, según una encuesta reciente de NPR-Ipsos, dicen que creen que es completamente cierto que “Estados Unidos está experimentando una invasión en la frontera sur”. Y algunos candidatos republicanos están insistiendo en este mensaje en vísperas de las elecciones intermedias, prometiendo que harán más si son elegidos para reprimir la inmigración ilegal.
Bier y Meissner afirman que la cambiante composición de los inmigrantes en la frontera demuestra que el sistema de inmigración estadounidense necesita una revisión.
“Muchas, si no la mayoría, de estas personas no tienen derecho a asilo, aunque huyan de condiciones muy difíciles”, afirma Meissner. “Necesitamos desesperadamente que el Congreso aborde las leyes de inmigración y haga posible que haya otras vías legales para venir a Estados Unidos”.
Y los países del hemisferio occidental deben trabajar juntos y abordar la migración como una responsabilidad compartida, afirma.
De momento, no hay señales de que esta tendencia se esté frenando. Y Bier y Meissner dicen que no esperan que lo haga.
“Es totalmente plausible pensar que esto podría continuar durante muchos años”, dice Bier, “porque no tenemos la infraestructura para expulsar a la gente tan rápido como llega”.