Seúl, Corea del Sur (CNN) – Después de que la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, visitara Taiwán a principios de agosto, el Ejército de China organizó algunos de sus mayores ejercicios militares en torno a la isla.
Los aviones de guerra chinos cruzaron el estrecho de Taiwán y el Ejército Popular de Liberación llegó a disparar misiles sobre Taiwán, la isla gobernada democráticamente que el Partido Comunista Chino reclama como su territorio soberano a pesar de no haberla controlado nunca.
Esas maniobras militares chinas marcaron lo que algunos analistas y funcionarios temían que fuera una “nueva normalidad” en el estrecho: una presencia más permanente de las Fuerzas Armadas chinas cada vez más cerca de Taiwán.
Los funcionarios estadounidenses, por su parte, prometieron que Washington mantendría el rumbo y que las tácticas de intimidación chinas serían desafiadas.
El domingo, la Marina de EE.UU. envió dos buques con misiles guiados a través del estrecho, que China reclama ahora como sus “aguas interiores”. EE.UU. y otros países mantienen que el estrecho es agua internacional, de acuerdo con la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.
Era la primera vez en al menos cuatro años que la Marina de EE.UU. enviaba dos buques a través del estrecho, dijo Collin Koh, investigador de la Escuela de Estudios Internacionales S. Rajaratnam de Singapur, que ha mantenido una base de datos sobre los tránsitos.
El hecho de tener dos buques para esta misión, en lugar de uno, como era habitual es, sin duda, una señal “mayor” de protesta, no solo contra las recientes maniobras militares de Beijing en torno a Taiwán tras la visita de Pelosi, sino también en respuesta al intento de Beijing de subvertir el estatus legal de la vía navegable y los derechos de libertad de navegación que existen desde hace tiempo en la zona”, afirmó Koh.
El hecho de que los buques de guerra estadounidenses realizaran el tránsito el domingo no fue una sorpresa. Han realizado docenas de viajes de este tipo en los últimos años, y los funcionarios estadounidenses habían dicho que los tránsitos continuarían.
Lo que sorprendió a los analistas fue la respuesta silenciosa de Beijing.
El Comando Oriental del Ejército de China dijo que vigilaba a los dos barcos, que mantenía una alerta máxima y que estaba “preparado para frustrar cualquier provocación”.
Incluso el tabloide estatal Global Times, conocido por sus editoriales a menudo ultranacionalistas, dijo que la presencia de los dos buques no suponía “ninguna amenaza real para la seguridad de China”.
Los tránsitos anteriores han suscitado una respuesta más contundente. Después de que el destructor USS Benfold atravesara el estrecho en julio, el coronel Shi Yi, portavoz del Comando Oriental del Ejército de China, describió a Estados Unidos como el “destructor de la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán”.
Mientras que a principios de este mes, el embajador de China en Washington, Qin Gang, pidió a EE.UU. que detuviera los tránsitos navales, diciendo que intensifican las tensiones y envalentonan a las “fuerzas separatistas independentistas de Taiwán”.
“Si hay algún movimiento que dañe la integridad territorial y la soberanía de China, China responderá”, dijo Qin a los periodistas en Washington en respuesta a una pregunta sobre posibles tránsitos próximos.
El analista Koh señaló que las declaraciones de Beijing del domingo fueron comparativamente más leves.
“¿Por qué los chinos no fueron más allá, dada su fuerte oposición anterior a la intención declarada por Washington de continuar con dichos tránsitos?”, dijo, ofreciendo tres posibles factores.
En primer lugar, es posible que Beijing se muestre cauteloso ante el “contragolpe internacional”, ya que cualquier intento de restringir la navegación de la Marina de EE.UU. a través del estrecho podría considerarse una amenaza a los derechos de los buques de otras naciones a atravesar la vía navegable.
En segundo lugar, tras la visita de Pelosi a Taiwán, Beijing suspendió los principales canales de comunicación militar con Washington, lo que aumenta el riesgo de malentendidos durante cualquier interacción entre la Marina del Ejército Popular de Liberación y la de Estados Unidos.
En tercer lugar, hay otras áreas en las que Washington y Beijing sí cooperan, y es posible que China no quiera añadir tensión, dijo Koh.
“No tiene sentido provocar un aumento de las tensiones que pueda desembocar en un enfrentamiento”, dijo.
Carl Schuster, exdirector de Operaciones del Centro Conjunto de Inteligencia del Mando del Pacífico de EE.UU. en Hawai, sugiere una cuarta posibilidad.
“Creo que [el líder de China, Xi Jinping] va a evitar cualquier acción que pueda reforzar las posibilidades de los republicanos y otros halcones de China en las próximas elecciones. No quiere una Cámara de Representantes y un Senado que puedan promulgar una legislación que apoye más firmemente a Taiwán, o que limite las inversiones y la influencia chinas en Estados Unidos”, dijo Schuster.
Mientras tanto, agregó, el uso de dos buques en el último tránsito por el estrecho podría no verse tanto como una declaración, sino como una planificación militar razonable.
“Dadas las amenazas de China y los recientes disparos de misiles en aguas internacionales… parece prudente que dos buques de guerra transiten juntos por esas aguas”, dijo Schuster.
Y espera que la Marina de EE.UU. siga como siempre con sus tránsitos regulares por el estrecho, dijo.
“Según el derecho internacional, se trata de aguas internacionales y, por tanto, no hay ninguna disputa oficial sobre su estatus”, dijo. “El tránsito de la Marina de EE.UU. hace esa declaración de forma silenciosa y efectiva”.