(CNN) – Justo antes del inicio de su 23ª temporada en la NFL, Tom Brady reflexionó sobre cómo ha cambiado su vida a medida que ha ido envejeciendo.
Brady, que ahora tiene 45 años, ha tenido una temporada baja tumultuosa, retirándose en febrero para luego revertir esa decisión. En medio del campo de entrenamiento de agosto, Brady se tomó una licencia de 11 días para “atender asuntos personales”, según su entrenador en jefe Todd Bowles.
Y ahora que comienza a prepararse para hacer frente a la rutina de otra agotadora temporada de la NFL, Brady explicó cómo está evolucionando su vida a medida que avanzan los años.
“A medida que envejeces, la vida cambia bastante”, dijo el mariscal de campo de los Buccaneers de Tampa Bay en su podcast “Let’s Go” este lunes. “Hay diferentes responsabilidades que toman forma en tu vida. Hay diferentes perspectivas que adquieres”.
“Cuando tenía 25 años, todo lo que hacía era pensar en el fútbol. Esa era mi vida. Era comer, dormir y beber fútbol. Era mi profesión. Era mi carrera. Con el tiempo, surgen otras prioridades porque uno cambia y evoluciona en la vida y crece de diferentes maneras. Asumes estas diferentes responsabilidades de la familia y los compromisos, y dedicas tiempo y energía a esas cosas”.
Brady describió la “gran cámara” que sintió que lo enfocaba en todo momento, inspeccionando su vida futbolística así como su vida personal y el escrutinio que venía con ella.
“No puedes detener tu vida aunque el deporte esté ocurriendo. Aunque esté jugando en mi 23º año, tengo un estudiante de primer año en el bachillerato que también juega americano”, dijo. “Tengo un niño de 12 años que está haciendo su vida”.
“Tengo una niña de 9 años que está pasando por su vida. Y tengo padres, y tengo un montón de cosas que son realmente importantes, búsquedas fuera del campo y objetivos que trato de maximizar también. Una vez que llega la temporada de fútbol, me concentro en lo que tengo que hacer y en cómo tengo que concentrarme y en el tipo de compromiso que tengo que hacer por la organización, para que podamos maximizar nuestro potencial como equipo”.
El siete veces ganador del Super Bowl mostró su lado filosófico sobre cómo maneja la presión que supone ser la mayor estrella de la NFL y su vida cambiante.
“No creo que la vida sea la máxima alegría. No creo que la vida sea siempre el máximo dolor. No creo que la vida sea la lucha definitiva”, dijo.
“La vida tiene altibajos; a través de las nubes y del sol y de la lluvia y de los días hermosos. Y aprecias los momentos y encuentras la alegría en las pequeñas cosas”.
Tras su único partido de pretemporada, el 27 de agosto, Brady dijo a los periodistas que “están pasando muchas cosas” cuando le preguntaron por su ausencia de 11 días en el campo de entrenamiento.
Y a pesar de que otros sugirieron que Brady había perdido la pasión por jugar, fue inequívoco en su dedicación a dar lo mejor en el campo.
“Simplemente sentí que me quedaba un poco y que quería dar una oportunidad y se lo debía a mis compañeros de equipo y a nuestros grandes entrenadores y a toda nuestra organización”, dijo. “Hemos construido algo bastante especial aquí en Tampa en los últimos años”.
“Y estuvimos muy cerca el año pasado, al final del año pasado, perdimos contra los campeones del Super Bowl, ellos hicieron algunas jugadas más que nosotros en ese partido. El fuego competitivo todavía arde y quiero salir y tener una gran temporada para todos porque hay mucha gente que me ha apoyado a lo largo del camino y siempre he sentido que he jugado por el nombre en la parte de atrás de mi camiseta y he jugado por el nombre en el frente de mi camiseta que son los Bucs y mi familia”.
“Creo que el fútbol me ha enseñado muchas lecciones increíbles a lo largo de los años, me ha traído relaciones increíbles, he tenido algunos de los mejores recuerdos de mi vida en el campo y tengo el presentimiento de que este año será igual”.