(CNN Español) – Los peligros de un huracán no terminan una vez que completó su paso: la destrucción que dejan los vientos, las lluvias y las inundaciones puede causar lesiones y muertes, y a esto se suma la pérdida de la energía eléctrica y del acceso al agua.
Aquí, una guía sobre lo que debes hacer en cuatro áreas clave, con base en la información de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés).
1. ¿Cómo afrontar la falta de agua potable?
A menos de que te lo indiquen las autoridades, no raciones el agua potable que bebes: debes tomar la cantidad que tu cuerpo necesita. Lo que sí puedes hacer es minimizar esa necesidad reduciendo tu actividad física y tratando de mantenerte fresco. Evita en estos momentos las bebidas con cafeína y el alcohol, ya que aumentan la necesidad de tomar agua.
Recurre primero al agua que sepas que no está contaminada. Si no te queda más opción que utilizar agua sospechosa, por ejemplo agua que salga de grifos turbia o agua de arroyos o estanques, es clave que la trates antes de tomarla o usarla para lavar o cocinar alimentos, hacer hielo y lavarte los dientes.
El tratamiento es necesario porque el agua contaminada, además de que pueda tener mal sabor u olor, puede tener gérmenes que causen enfermedades como la hepatitis, el cólera, la disentería y la fiebre tifoidea.
La mejor forma de tratar el agua es, a menudo, una combinación de distintos métodos, según FEMA. Antes de comenzar el tratamiento, debes dejar que las partículas visibles queden en el fondo o colarlas con un filtro de café o capas de tela limpia. Luego sí puedes empezar el proceso.
Hervir: el método más seguro para obtener agua que puedes utilizar
El método más seguro es hervir el agua, por ejemplo en una olla grande. Debes dejarla en ebullición un minuto completo, luego esperar que se enfríe y ahí sí puedes tomarla. Su sabor mejorará si le devuelves el oxígeno, lo que puedes hacer moviendo el agua entre dos recipientes que estén listos.
Para eliminar los microorganismos también puedes utilizar lejía líquida que tenga entre un 5,25 y un 6% de hipoclorito de sodio. Si lo haces, no uses blanqueadores perfumados o con sustancias para limpiar añadidas. Por cada galón de agua (cerca de 4 litros) deberías usar 1/8 de cucharita de lejía. Luego déjala reposar por 30 minutos. El agua debería tener un olor ligero a la sustancia por lo que, si no lo tiene, repite el procedimiento y déjala reposar por 15 minutos más. Si aún no lo tiene, no la uses: desecha esa agua y busca otra fuente.
La ebullición y el uso de lejía matan a la mayoría de microbios que están en el agua, pero hay un tercer proceso importante que ayuda a eliminar gérmenes que se resisten a las acciones anteriores, los metales pesados, las sales y la mayoría de productos químicos. Es la destilación.
La destilación implica hervir el agua y luego recoger únicamente el vapor que se condensa, que estará libre de la mayoría de impurezas. Para destilar el agua, llena una olla con agua hasta la mitad, ata un vaso al asa de la tapa de la olla y tapa la olla con la tapa al revés, de manera que el vaso quede dentro de la olla, y hierve el agua durante 20 minutos. El agua que gotea de la tapa a la taza es la que queda destilada. La ilustración que encuentras a continuación, elaborada por FEMA, te explica cómo debe quedar la taza en relación con la olla en estos casos.
Otra clave es almacenar correctamente el agua tratada: usa recipientes limpios y desinfectados o reutiliza recipientes que se usaban para almacenar el líquido previamente. No uses recipientes que hayan tenido detergentes u otros químicos del estilo.
2. ¿Qué hacer ante la falta de energía?
Si puedes acceder a un generador, utilízalo pero siempre al aire libre y lejos de las ventanas. No uses estufas u hornos a gas para calentar las viviendas.
Mantén cerrados las heladeras y refrigerados y desconecta los aparatos electrónicos y electrodomésticos, ya que la energía puede volver con picos momentáneos que causen daños.
Para mantener los alimentos en buen estado, puedes usar neveras con hielo de ser necesario. Recuerda que cualquier alimento que haya quedado expuesto durante más de dos horas a temperaturas de 40 grados o más no se debe comer. También debes desechar los que tengan un olor, textura o color fuera de lo común.
También deberías deshacerte de los medicamentos que necesiten refrigeración si el corte de luz duró más de un día, con la excepción de aquellos que indiquen lo contrario en las etiquetas.
3. ¿Cómo transitar por zonas inundadas?
Muchas lesiones y muertes se producen luego del paso de un huracán cuando las personas se están trasladando por las zonas afectadas. Por eso es clave tener cuidado en estos desplazamientos.
No intentes nunca cruzar aguas de inundación. Las aguas en movimiento, especialmente, tienen una gran fuerza: cinco cm de agua en movimiento tienen el potencial de derribar a un adulto.
Por la noche debes tener especial cuidado, ya que es más difícil detectar los peligros.
Ten en cuenta al moverte que puede haber escombros, árboles caídos y animales muertos. Antes de caminar entre escombros conviene usar un palo para detectar qué hay en el piso.
Recuerda además que el agua de las inundaciones puede estar afectada por numerosas sustancias como químicos, gasolina, aguas residuales y también residuos. Además, el agua puede tener carga eléctrica por líneas que estén caídas o líneas subterráneas.
4. El regreso a casa
Solo cuando las autoridades digan que es seguro debes volver a tu casa: no entres a casas o edificios dañados hasta que te indiques que puedes hacerlo sin que represente un peligro.
Al entrar, extrema los cuidados para no sufrir por los contaminantes que pueda haber ni por posibles descargas eléctricas. Lo ideal es que utilices casco y botas impermeables, anteojos de seguridad y guantes de trabajo.
Para inspeccionar tu vivienda usa linternas pero no cerillas o velas, ya que en el interior puede haber gases inflamables y, con el fuego, eso provocaría incendios o explosiones.
Debes estar atento a tu olfato: si sientes olor a gas sal al aire libre y permanece allí hasta que personal de emergencia capacitado pueda evaluar la situación y ayudarte.
Cuando comiences a limpiar tu hogar, ventila, traslada y saca las cosas de las que debas deshacerte, limpia y luego seca o deja secar. Todo lo que se haya mojado debería ser desinfectado.
Antes de intentar hacer reparaciones, lo más conveniente es que consultes a un profesional.
Por último, recuerda que es clave estar atento a las actualizaciones de información que brinden las autoridades y seguir fuentes de información confiables, como el Centro Nacional de Huracanes y FEMA.