(CNN) –– La Reserva Federal de Estados Unidos volvió a hacer historia este miércoles al aprobar un aumento de 0,75 puntos porcentuales por tercera vez consecutiva, en su batalla por ponerle freno a la inflación desatada que golpea la economía, mientras afecta a los consumidores y sofoca a la administración del presidente Joe Biden.
El aumento considerable, que parecía inconcebible para los mercados hace solo unos meses, lleva la tasa de interés de referencia del banco central a un nuevo rango objetivo de 3%- 3,25%. Esta cifra representa es la tasa de fondos federales más alta desde la crisis financiera mundial en 2008.
La decisión de la Reserva Federal representa la política más dura del banco central en su lucha contra la inflación desde la década de 1980, otro período de precios altísimos.
Es probable que esta decisión cause problemas económicos a millones de empresas y hogares estadounidenses al aumentar el costo de los préstamos para viviendas, automóviles y otros créditos.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha reconocido el dolor económico que puede causar este régimen de ajuste rápido.
“Debemos seguir así hasta que lo hayamos logrado”, dijo Powell en agosto durante un foro de banqueros centrales en Jackson Hole, Wyoming. “Si bien unas tasas de interés más altas, un crecimiento más lento y unas condiciones del mercado laboral menos fuertes reducirán la inflación, también traerán algunos problemas a los hogares y las empresas. Estos son los costos desafortunados de reducir la inflación. Pero no restaurar la estabilidad de precios haría mucho más daño”, advirtió.
El resumen actualizado de las proyecciones económicas de la Fed, que se publicó este miércoles, refleja ese daño: el informe trimestral mostró una perspectiva menos optimista para el crecimiento económico y el mercado laboral, con una tasa de desempleo promedio que avanza poco a poco hasta el 4,4% en 2023, superior al 3,9% que funcionarios de la Rserva Federal proyectaron en junio y sustancialmente superior a la tasa actual de 3,7%.
El producto interno bruto de EE.UU., la principal medida de la producción económica, se revisó a la baja en un 0,2% para junio tras la cifra inicial de 1,7%. Eso está muy por debajo de las estimaciones de los analistas: los economistas del Bank of America habían calculado que el PIB se revisaría al 0,7%.
Las proyecciones de inflación también crecieron. Se proyecta que los gastos de consumo personal básicos, la medida favorita de la Fed para el aumento de los precios, alcancen el 4,5% este año y el 3,1% en 2023, mostró el resumen de proyecciones de la Reserva Federal. Una cifra superior a las proyecciones de junio del 4,3% y 2,7%, respectivamente.
Quizás lo más importante para los inversionistas que buscan orientación a futuro de la Fed es la proyección de la tasa de fondos federales, que detalla lo que los funcionarios consideran que es el camino correcto para los incrementos de tasas en el futuro. Las cifras publicadas este miércoles mostraron que la Reserva Federal espera que las tasas de interés se mantengan elevadas en los próximos años.
La proyección de la tasa mediana de fondos federales se revisó al alza para 2022 a un 4,4% en comparación al 3,4% inicial de junio. Ese número aumenta al 4,6% de un 3,8% para 2023. La tasa también se revisó al alza para 2024 al 3,9% de un 3,4% en junio y se espera que se mantenga elevada en el 2,9% en 2025.
En general, las nuevas proyecciones muestran el creciente riesgo de una política monetaria qeu se endurezca hasta el punto de desencadenar una recesión.
También proporcionan alguna evidencia de que la Fed está dispuesta a aceptar el “daño” en las condiciones económicas para reducir la inflación persistente.
Los precios más altos significan que los consumidores ahora están gastando alrededor de US$ 460 adicionales en comestibles cada mes que en la misma época el año pasado, según Moody’s Analytics. Aún así, el mercado laboral se mantiene fuerte, al igual que el gasto de los consumidores. Los precios de la vivienda siguen siendo altos en muchas áreas, a pesar de que ha habido un aumento sustancial en las tasas hipotecarias. Eso significa que la Fed puede sentir que la economía puede aceptar aumentos de tasas más agresivos.