(CNN) – La carrera presidencial brasileña tendrá una segunda vuelta, informó este domingo el Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil.
El actual presidente Jair Bolsonaro, del Partido Liberal, tuvo un mejor desempeño de lo que pronosticaron las últimas encuestas y se enfrentará al principal candidato opositor, Luiz Inácio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores, en una segunda vuelta el 30 de octubre.
Bolsonaro, elegido en 2018 como outsider que catalizaba la ola anti-Partido de los Trabajadores entre los electores brasileños, obtuvo el 43,2% de los votos válidos con el 99,61% de los votos escrutados, ocho puntos más que la última encuesta de Datafolha del sábado. Lula recibió el 48,3% de los votos, dos o tres puntos menos de lo previsto por las encuestas.
Para ser elegido sin ir a segunda vuelta, un candidato necesitaba obtener el 50% más uno de los votos en Brasil.
“Siempre pensé que ganaríamos estas elecciones. Y quería decir que vamos a ganar estas elecciones. Esto es (la segunda ronda) solo una extensión para nosotros”, dijo Lula en una conferencia de prensa después de los resultados.
“Tenemos una segunda vuelta por delante donde todo vuelve a ser igual, el tiempo [de propaganda en la televisión] para cada lado es igual. Y ahora vamos a mostrarle mejor a la población brasileña, especialmente a la clase más afectada, la consecuencia de la política de ‘quédate en casa, luego veremos la economía’”, dijo Bolsonaro en su conferencia de prensa posterior al resultado.
El actual presidente ultraderechista brasileño, que habitualmente desacredita el sistema electoral brasileño y amenaza en diferentes ocasiones con no aceptar sus resultados, logró vencer a Lula en los estados del sudeste, los más poblados del país.
Simone Tebet, del Movimiento Democrático Brasileño, fue el tercer candidato en la elección con el 4,1% de los votos válidos y Ciro Gomes, del Partido Laborista Democrático, recibió el 3,05% de los votos.
Gomes dijo en una conferencia de prensa después de los resultados que está “profundamente preocupado” por la polarización política de Brasil. “Nunca había visto una situación tan compleja, tan desafiante, tan potencialmente amenazante para nuestra fortuna como nación”, dijo.
Más de 123 millones de brasileños hicieron largas filas para poder votar en la cuarta democracia más grande del mundo. Otros 32 millones se abstuvieron de votar. Según el presidente del TSE, Alexandre de Moraes, las largas filas se debieron a los nuevos votos biométricos y a una mayor participación de la esperada.