(CNN) – Menos de dos semanas después de que el huracán Fiona tocara tierra en Puerto Rico, provocando un apagón en toda la isla que afectó a un millón y medio de clientes, la energía eléctrica fue restaurada al 84% de los residentes, dijeron las autoridades.
Fiona golpeó el territorio estadounidense como un ciclón tropical categoría 1 el 18 de septiembre, provocando precipitaciones récord, desencadenando deslizamientos de tierra, inundando vecindarios y dejando a la mayor parte de la isla sin electricidad ni agua. El departamento de salud de Puerto Rico indicó que al menos 25 muertes están relacionadas con el huracán.
Fiona tocó tierra casi exactamente cinco años después de que el huracán María, de categoría 4, dejara a muchos residentes sin electricidad durante meses en 2017 y asestara un golpe del que la isla nunca se recuperó por completo.
Los cortes de energía son una fuente de frustración desde hace mucho tiempo para los puertorriqueños que dependen de una red eléctrica frágil y mal mantenida, con esfuerzos de modernización lentos que tardan décadas en materializarse, y que primero estuvo manejada por una entidad pública y ahora está a cargo de una compañía privada.
“Toda la red se desmorona”
La muy centralizada red tiene una línea eléctrica importante que, si se ve comprometida, destroza todo el sistema. La red sufre de un historial de inversión insuficiente y una infraestructura energética obsoleta, lo que la hace vulnerable a los desastres naturales y propensa a cortes extensos.
“Debido a que el sistema no se ha cuidado ni modernizado adecuadamente, estamos en una posición en la que cada vez que nos golpea una tormenta o hay algún tipo de desastre natural, toda la red se desmorona”, dijo López Varona, del Centro para la Democracia Popular, un grupo que trabaja en la recuperación de Puerto Rico.
LUMA Energy, la compañía eléctrica de origen canadiense-estadounidense que es responsable de la distribución y transmisión de energía en la isla, asumió la administración de la red en 2021. Le entregó la gestión la Autoridad de Energía Eléctrica de Puerto Rico, propiedad del gobierno y también conocida como PREPA, que dependía de los combustibles fósiles para la generación de energía.
LUMA, que firmó un acuerdo para la operación y el mantenimiento por 15 años, ha enfrentado las críticas cada vez más frecuentes por parte de activistas y residentes por los altos costos de facturación y los apagones generalizados. El gobierno también ha hecho llamados para rescindir su contrato.
Una historia de desafíos
PREPA, que todavía está a cargo de la generación de energía en la isla, fue creada en 1941 como la única empresa de servicios públicos.
Se declaró en quiebra en 2017 bajo el Título III de la Ley de Supervisión, Administración y Estabilidad Económica de Puerto Rico de 2016, que creó un marco legal para reestructurar la deuda para el territorio estadounidense de US$ 74.000 millones. En septiembre, las mediaciones para reestructurar una deuda de US$ 9.000 millones de la PREPA con los tenedores de bonos terminaron sin acuerdo.
El gobernador Pedro Pierluisi hizo su primera crítica pública a LUMA en agosto, diciendo que “no está satisfecho” con su desempeño y que debe hacer cambios para “mejorar significativamente” sus servicios.
La Comisión de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes escribió a LUMA el 27 de septiembre expresando “profundas preocupaciones” por los cortes de energía que siguieron al paso de Fiona. Afirmó que la compañía no había preparado la infraestructura energética de la isla para resistir un huracán de categoría 1.
“Los cortes continuos y la interrupción total del suministro eléctrico después del huracán Fiona aumentan las preocupaciones de que LUMA no ha logrado desarrollar y mantener adecuadamente la infraestructura eléctrica crucial para Puerto Rico a pesar de su lucrativo contrato de 15 años”, escribieron tres líderes de la comisión al presidente y director ejecutivo de LUMA Energy, Wayne Stensby.
Además de que el servicio de LUMA está “plagado de interrupciones y cortes de energía crónicos”, dice la carta, los puertorriqueños gastan el 8% de sus ingresos en electricidad, en comparación con solo el 2,4 % que gasta el ciudadano promedio en Estados Unidos continental.
FEMA financia miles de millones de dólares para modernizar la red
En septiembre de 2020, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) de EE.UU. dedicó más de US$ 9.400 millones en fondos para proyectos de transformación de la red y desde entonces han ido sumando más fondos, lo que eleva el total a aproximadamente U$S 12.000 millones, lo que representa la mayor asignación de fondos en la historia de la agencia.
FEMA aprobó un financiamiento adicional de US$ 107,3 millones a principios de este año para modernizar la red después de María, lo que incluye 15 proyectos importantes para reparar y restaurar el sistema.
Shay Bahramirad, vicepresidente senior de Ingeniería, Gestión de Activos y Programas de Capital de LUMA, quien se desempeña como comando de incidentes por el impacto de Fiona, le dijo a CNN que se ha logrado un “progreso significativo” a través de los proyectos que fueron financiados por FEMA.
LUMA realizó mejoras durante el primer año de su contrato, como mejorar la seguridad de sus empleados, reducir los apagones hasta un 30% menos que los de la época de PPREPA, reemplazar más de 3.000 postes de servicios públicos rotos y lograr la conexión de más de 25.000 clientes a energía solar en sus techos, según una actualización de los progreso publicada en junio.
Bahramirad dijo que el diseño deficiente del sistema, junto con la falta de mantenimiento y administración, ha creado “cascadas de interrupciones”.
“Hay un sentido de urgencia. Entiendo completamente la frustración de nuestros clientes. Sin embargo, es igualmente importante hacer esto bien”, dijo Bahramirad, y agregó que es fundamental que el sistema “se construya sobre la base de la ciencia de datos y de ingeniería sólida según los estándares de la industria”.
La red sufre una larga historia de mala gestión
El huracán María generó una “visión general de las necesidades de reformar el sistema energético”, dijo Alejandro Figueroa, director de infraestructura de la Junta de Supervisión y Administración Financiera de Puerto Rico, entidad que se estableció bajo la legislación de supervisión en 2016. Anteriormente se había desempeñado como consejero general de la Oficina de Energía de Puerto Rico, el regulador de energía de la isla.
La junta fue creada para reestructurar la deuda de PREPA, encaminándola hacia la estabilidad fiscal y supervisando los esfuerzos para fortalecer el sistema.
Figuroa señaló dos causas clave en los problemas del sistema: una puerta giratoria de la administración de la entidad pública, que según él “imitaba los ciclos políticos”, ya que los nuevos gobernadores traían nuevos administradores; y las tarifas de PREPA, que se mantuvieron sin cambios durante casi dos decadas.
Explicó que como la inflación y las recesiones aumentaron el costo de los materiales y de la mano de obra, y la población de la isla disminuyó, la empresa no podía mantenerse al día con el mantenimiento, las operaciones de oficina o su deuda, y el sistema estaba listo para el desastre cuando llegó María.
Con la reestructuración, la distribución, la transmisión y el mantenimiento de energía se trasladaron a LUMA, un operador privado, una medida que muchos activistas han criticado, argumentando que solo ha empeorado la confiabilidad en el sistema.
“¿Por qué hay tantos apagones? Principalmente, se debe a la falta de inversión en el sistema”, dijo Figuroa. “Hay fallas frecuentes en el equipo, tiene un programa de mantenimiento que reacciona ante una interrupción y trata de solucionarlo lo más rápido posible en lugar de identificar de manera proactiva un punto débil en el sistema y repararlo adecuadamente para reducir la posibilidad de una interrupción con el tiempo”.
Además, señaló Figuroa, la falta de inversión por parte de PREPA para mantener sus líneas de distribución y transmisión ha hecho que el sistema sea especialmente vulnerable ante el choque con árboles y otros aspectos vinculados al ecosistema de la isla tropical.
“Si tiene un poste de madera en lugar de un poste de aluminio, cuando llega un huracán, es más probable que el poste se caiga y, por lo tanto, provoque apagones más prolongados que si hubiera fortalecido el sistema”, dijo.
Desde que LUMA tomó el control en 2021, los apagones ocurren con menos frecuencia que bajo PREPA, pero son más prolongados en un promedio de 30 minutos, señaló Figuroa, aunque con una advertencia: el regulador de energía de la isla concluyó que la PREPA no informaba correctamente sus números entre 2019 y 2020.
“Muchas personas se sienten frustradas porque perciben que el servicio que se brinda hoy no ha mejorado o, en algunos casos, perciben que está empeorando. Pero mucho de eso tiene que ver con la cantidad de inversión y trabajo que se necesita para arreglar y mejorar uno de los sistemas de energía más grandes y complejos que existen en Estados Unidos”, afirmó Figuroa.
El proceso “inevitablemente tomará tiempo”, agregó, para que los clientes sientan una mejora significativa en la calidad de los servicios que brinda LUMA.
Los activistas piden la transición a la energía solar
Varona, del Centro para la Democracia Popular, dijo que su organización cree que el contrato de LUMA debería cancelarse ya que “no ha sido un administrador efectivo de la red”.
El grupo critió a la Junta de Supervisión y Administración Financiera por usar “su poder para imponer medidas de austeridad devastadoras y negociar planes de reestructuración de deuda insostenibles que enriquecen a Wall Street y perjudican a los puertorriqueños”, según un informe publicado el año pasado.
Debe haber inversiones reales no solo para modernizar la red, sino también para descentralizarla y reemplazarla con un sistema de energía renovable, agregó Varona, extendiendo los llamados de activistas y muchos residentes para usar los fondos de FEMA para una transición a la energía solar.
La coalición Queremos Sol ha propuesto un plan para ser adoptado por el gobierno de Puerto Rico para transformar la red con el objetivo de lograr un 50% de generación de energía renovable para 2035 y un 100% para 2050.
La propuesta proporciona un camino hacia un sistema autosuficiente basado en recursos renovables, principalmente energía solar, “mediante el uso de tecnologías renovables limpias y estructuras y procesos inclusivos destinados a eliminar la interferencia política partidista y la corrupción sistémica”.
“Necesitamos asegurarnos de que los dólares que se asignaron para reconstruir la red eléctrica se muevan más rápido para que podamos reconstruir la red”, dijo Varona. “Y con suerte, cuando lo hagamos, lo reconstruiremos a través de un sistema descentralizado que dependa más de la mayor fuente de energía que tiene Puerto Rico: 365 días de sol”.