(CNN) – El huracán Ian impactó la semana pasada una de las zonas de mayor crecimiento del país, poniendo en peligro a cientos de miles de personas, muchas de las cuales nunca habían experimentado un huracán.
Florida ha sumado casi 3 millones de personas desde 2010. Y la zona de Fort Myers, que fue devastada por la mortal marejada ciclónica de Ian, fue nombrada recientemente la sexta ciudad de más rápido crecimiento del país por la Oficina del Censo de Estados Unidos. La población del área metropolitana de Fort Myers-Cape Coral era de unos 444.000 habitantes en el año 2000, según datos de la Oficina del Censo. En 2021 se había disparado a más de 787.000.
La población del suroeste de Florida “se ha disparado en parte porque es la parte más barata del estado para vivir”, según Jesse Keenan, profesor de bienes raíces sostenibles en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Tulane, quien dijo a CNN que “ha habido un crecimiento enorme en las últimas décadas”.
Florida, que tiene fama de paraíso para los jubilados, ha atraído recientemente a nuevos residentes de partes del país que históricamente no tienen mucha experiencia con los huracanes. En 2019, Florida registró la mayor migración de los estados del noreste, incluyendo Nueva York, Nueva Jersey y Pensilvania, según la Oficina del Censo, además de los estados del Medio Oeste.
La afluencia se produce en un momento en que los científicos advierten que los huracanes son cada vez más destructivos, con mayores marejadas debido al aumento del nivel del mar y una nueva propensión a que las tormentas fuertes se intensifiquen rápidamente.
Estas tendencias, combinadas con el aumento de la población, las viviendas y las infraestructuras de la región, han hecho que la costa sea aún más vulnerable a ciclones fuertes.
Pero se ha hecho poco para disuadir a la gente de trasladarse a la zona de peligro, dijeron los expertos a CNN.
El suroeste de Florida es atractivo en gran parte porque tiene una buena calidad de vida: es soleado, cálido y relativamente barato.
Pero hay algo más en juego: en 2011, la legislatura estatal de Florida, controlada por los republicanos, flexibilizó las regulaciones estatales de hace décadas, destinadas a mantener el desarrollo en las zonas de alto riesgo a un ritmo razonable, o a desalentar a los promotores de la construcción en los humedales de baja altitud, dijo Keenan.
Al mismo tiempo, el exgobernador Rick Scott y los legisladores republicanos aprobaron un presupuesto estatal que eliminó el Departamento de Asuntos Comunitarios, una oficina estatal que regula el crecimiento y el desarrollo.
“Eso abrió la puerta al desarrollo desenfrenado en formas que ponen a la gente en un gran riesgo, en particular los riesgos de inundación”, dijo Keenan.
El debilitamiento de estas normas fue aplaudido por la comunidad empresarial y el sector inmobiliario de Florida, que consideraron que la medida impulsaba el crecimiento económico. Pero ese crecimiento empezó a producirse en zonas más arriesgadas y vulnerables a los ciclones.
“La conclusión es que el Estado se deslindó del asunto y los condados fueron dejados a su suerte sin la supervisión de un adulto”, dijo Keenan. “Se construye donde el terreno es barato, y se venden esas viviendas a un precio comparativamente más bajo. Fue una carrera, y ciclones como este realmente obligan a todo el mundo a hacer un alto en el camino y a reevaluar sus vidas en muchos sentidos”.
Jeremy Porter, investigador principal de la First Street Foundation, una organización sin fines de lucro dedicada a los riesgos climáticos, también señaló que Cape Coral, muy afectado, fue construido en una llanura aluvial.
“Hay una cantidad tremenda de riesgo”, dijo Porter.
Pero ese riesgo no es necesariamente obvio para los recién llegados, y no existe un recurso central para ayudar a los propietarios a entender la amenaza.
Los mapas de inundaciones de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), que se utilizan para determinar las primas de las pólizas de los requisitos de los seguros, no fueron diseñados para servir como herramienta de evaluación general del riesgo para las personas. Además, solo tienen en cuenta el riesgo basado en inundaciones anteriores, en lugar de la creciente amenaza a medida que aumentan los índices de precipitación, sube el nivel del mar y las tormentas se hacen más fuertes.
Un informe reciente de la First Street Foundation reveló que en 2020, alrededor de 8,7 millones de propiedades figuraban en las zonas especiales de peligro de inundación de la FEMA, pero hasta 14,6 millones de propiedades corren realmente el riesgo de sufrir inundaciones importantes.
Y ese riesgo aumenta aún más en las proyecciones futuras del grupo. El análisis de First Street mostró que para 2050, Cape Coral estará entre las ciudades con la mayor proporción de propiedades con riesgo de inundación sustancial.
“Ninguna de las normas actuales incorporadas a los mapas de cara al público, especialmente los mapas federales, tienen en cuenta ese cambio de clima en el futuro”, dijo Porter.
Disuadir el crecimiento
A medida que el suroeste de Florida se centra en la reconstrucción, la cuestión ahora es si los funcionarios estatales y del condado desalentarán el crecimiento en estas zonas vulnerables. Podrían presionar a los residentes para que construyan casas más resistentes, o darles “carta blanca” para que reconstruyan según el statu quo, dijo Larry Larson, director emérito y asesor principal de políticas de la Asociación de Administradores de Llanuras de Inundación del Estado y experto en riesgos de inundación desde hace mucho tiempo.
“El reto para Florida será que hay muchos edificios destruidos, casas y demás”, dijo Larson a CNN. “¿Qué vas a hacer cuando los dejes reconstruir?”.
Hay algunas formas en que algunos gobiernos y el sector privado pueden disuadir a la gente de comprar casas en zonas propensas a las inundaciones. En algunos casos, el gobierno federal o local puede comprar las propiedades que se inundan con frecuencia y reubicar a las familias que viven allí.
Otra forma es mostrar a los compradores de viviendas la información por adelantado. First Street, por ejemplo, se ha asociado con el gigante inmobiliario Redfin para mostrar a los posibles compradores la propensión a las inundaciones de una propiedad. Esas estimaciones tienen en cuenta la crisis climática.
Porter dijo que Redfin y First Street han visto que los compradores de viviendas se alejan de las casas de mayor riesgo en el mercado.
“Estamos viendo que la gente está empezando a interactuar con esos datos”, dijo Porter. “Están mirando explícitamente las puntuaciones de riesgo de inundación”.
Pero no es infalible. Porter señaló que la gente no está diciendo necesariamente que no a los barrios propensos a las inundaciones todavía. En cambio, están buscando casas de menor riesgo en la misma zona.
“No significa que la gente se mueva fuera de su mercado inmobiliario cuando ve ese nivel de riesgo”, dijo Porter.