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Los biólogos capturan una pitón de casi 98 kilos en los Everglades de Florida
01:03 - Fuente: CNN

(CNN) – Decir que uno está “tan hambriento que podría comerse un caballo” podría no ser solo una figura retórica, al menos no para la pitón birmana.

Durante mucho tiempo se pensó que el tamaño de la cabeza y el cuerpo de la pitón eran lo que le permitía devorar presas tan enormes.

Estas enormes serpientes pueden alcanzar unos 5,5 metros de longitud y pesar hasta 90,7 kilos, y testigos presenciales las han visto tragar ciervos, cabras e incluso caimanes.

Pero no es solo el tamaño de la pitón lo que determina su menú, según revela un estudio reciente publicado en la revista científica Integrative Organismal Biology. Lo que más importa es el tamaño del “boqueo” de la pitón, es decir, lo mucho que puede abrir la boca.

Una pitón birmana en los Everglades de Florida se tragó un ciervo de 34 kg. El Servicio de Parques Nacionales realizó una necropsia. Crédito: South Florida Water Management District

“Un malentendido común es que las serpientes dislocan sus mandíbulas para tragar la presa”, dijo Bruce Jayne, profesor de ciencias biológicas en la Universidad de Cincinnati y autor principal del estudio, a CNN este jueves.

“El asunto con las serpientes es que tienen mandíbulas con una gran movilidad, pero no se las dislocan”.

En lugar de dislocar su mandíbula antes de tragar la presa, la pitón devora los animales gracias a una pieza elástica de tejido conectivo que conecta su mandíbula inferior a su cráneo.

La estructura ósea de la parte delantera de la boca también ayuda.

“Los huesos izquierdo y derecho no están fusionados (en la barbilla). Ésa es una profunda diferencia entre nuestras mandíbulas inferiores y las de las serpientes”, explica Jayne.

La piel extremadamente elástica alrededor de la mandíbula permite que la boca de la pitón se estire aún más alrededor de su presa.

Y la boca de una pitón tiene un último truco.

“Tienen huesos adicionales en el paladar, a diferencia de los nuestros, que tienen dientes”, añadió.

Mientras que los humanos tienen una hilera de dientes laterales, las serpientes tienen esta hilera lateral y otra que “va a lo largo”, según Jayne. Estas filas de dientes “se mueven hacia adelante y hacia atrás”, arrastrando a la presa hacia el estómago.

Un caimán y una pitón birmana se enzarzan en una lucha por la supervivencia en el Parque Nacional de los Everglades, en Florida. Crédito: Lori Oberhofer/Servicio de Parques Nacionales

Impacto en la vida silvestre

Los científicos examinaron 43 pitones birmanas eutanasiadas. El equipo midió la abertura de su boca utilizando una serie de objetos de plástico impresos en 3D de tamaños cada vez mayores, midiendo la amplitud máxima que cada serpiente podía alcanzar con su boca.

La sonda más grande tenía un diámetro de 22 centímetros. Solo una serpiente tenía la boca lo suficientemente ancha como para tragarse el objeto: una pitón que medía 4,3 metros y pesaba 63,3 kilogramos.

A diferencia de las cobras, las víboras y las serpientes de cascabel, la pitón birmana no es venenosa. No mata a su presa con su mordedura, sino por asfixia, enroscándose alrededor de la víctima y apretando fuertemente sus músculos para constreñir el flujo sanguíneo antes de tragarla.

Las pitones han demostrado recientemente ser una amenaza para los conservacionistas de la fauna salvaje en Estados Unidos. El Parque Nacional de los Everglades, en el sur de Florida, estaba lleno de ciervos, mapaches, zarigüeyas y zorros. Pero en los últimos años, cada vez se ven menos de estos animales en la zona.

¿La razón? Las pitones birmanas.

Esto hizo que el pasado mes de agosto volviera la iniciativa anual de conservación llamada Florida Python Challenge, que atrajo a cientos de cazadores profesionales de serpientes a los Everglades para cazar y matar a estos reptiles no autóctonos. La Comisión de Conservación de la Pesca y la Vida Silvestre de Florida y el Distrito de Gestión del Agua del Sur de Florida organizaron por primera vez el evento de 10 días en 2020, con el apoyo de socios privados y sin fines de lucro.

“El ecosistema de los Everglades está cambiando en tiempo real en función de una especie, la pitón birmana”, dijo el coautor del estudio Ian Bartoszek en una declaración en un comunicado de prensa. Bartoszek es director de proyectos de ciencias ambientales de Conservancy of Southwest Florida.

Durante más de una década, los funcionarios del Parque Nacional de los Everglades han estado investigando cómo eliminar eficazmente la especie invasora de este frágil ecosistema, según el sitio web del Servicio de Parques Nacionales de Estados Unidos. Un estudio de 2012 al que se hace referencia en el sitio web sugería que el creciente número de pitones birmanas, que probablemente se habían arraigado inicialmente cuando se liberaron serpientes cautivas procedentes del comercio de mascotas, podría estar relacionado con el grave descenso de las poblaciones de mamíferos en el hábitat de los Everglades.

El gobernador de Florida, Ron DeSantis, sostiene una pitón en la edición 2021 del Python Challenge. Crédito: Joe Raedle/Getty Images

Pero el último estudio dirigido por Jayne sugiere que podrían no ser solo los mamíferos más pequeños los que están en riesgo debido a la superpoblación de pitones, sino otros mucho más grandes, incluyendo ciervos y caimanes.

Los investigadores se preguntan si existe un límite máximo para el tamaño de algunas de las pitones más grandes.

“Siempre hay que tener cuidado al extrapolar los datos, pero no me sorprendería que una pitón birmana muy, muy grande pudiera tener un diámetro de boca de unos 30 centímetros”, dijo Jayne.

¿Significa esto que si una gran pitón tuviera tanta hambre sería capaz de comerse un caballo? “Quizás podrían comerse un poni”, dijo Jayne.