Hong Kong (CNN) – El diplomático chino que fue grabado tirando del pelo a un manifestante prodemocrático de Hong Kong, en el recinto de su consulado, en Manchester, Inglaterra, defendió sus acciones, diciendo que era su “deber” mantener la dignidad de China.
“Cualquier diplomático” habría hecho lo mismo, dijo este miércoles el cónsul general de China, Zheng Xiyuan, al ser cuestionado por las imágenes de video en las que se ve a un grupo de hombres agrediendo al manifestante.
El enfrentamiento tuvo lugar el domingo, cuando un grupo de manifestantes prodemocráticos se presentó en el consulado con pancartas con imágenes satíricas del líder de China, Xi Jinping. La manifestación coincidió con el inicio de una reunión clave de una semana de duración de las élites del Partido Comunista Chino, en Beijing, en la que se espera que Xi consiga un inusual tercer mandato.
Las imágenes de video muestran a uno de los manifestantes prodemocráticos, identificado desde entonces como Bob Chan, siendo arrastrado a través de la puerta del recinto del consulado y siendo golpeado por el grupo de hombres. También muestra a la policía de Manchester entrando en el recinto del consulado para romper la violencia.
En una entrevista con Sky News este miércoles, Zheng defendió sus acciones y las de su personal, afirmando que los manifestantes prodemocráticos habían incitado a la violencia con “pancartas groseras”.
“No golpeé a nadie. No dejé que mi gente golpeara a nadie. El hecho es que los llamados manifestantes golpearon a mi gente”, dijo Zheng.
Sin embargo, cuando el entrevistador de Sky News le preguntó por una imagen en la que aparecía tirando del pelo a Chan, Zheng pareció reconocer que había participado, diciendo: “Sí, el hombre abusó de mi país, de mi líder. Creo que es mi deber”.
“¿Tirarle del pelo?”, preguntó el entrevistador, a lo que Zheng respondió: “¡Sí!”.
Añadió que estaba manteniendo la dignidad de China y su pueblo, y que “cualquier diplomático” habría hecho lo mismo en una situación así.
En una carta enviada a la Policía de Manchester este jueves, Zheng insistió en que el consulado había sido “respetuoso con el derecho a la protesta” y afirmó que el recinto consular había sido “asaltado” por los manifestantes.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China salió en defensa de Zheng, describiendo a los manifestantes como “acosadores” que habían entrado ilegalmente en el consulado chino, “poniendo en peligro la seguridad de los locales diplomáticos chinos”.
El incidente amenaza ahora con dañar aún más las relaciones entre el Reino Unido y China, que han desmejorado en los últimos años con los desacuerdos sobre Hong Kong, una antigua colonia británica, como principal punto de discordia.
Este martes, el ministro de Relaciones Exteriores del Reino Unido convocó al segundo diplomático de mayor rango de China en el Reino Unido, el encargado de negocios Yang Xiaoguang, para exigirle una explicación y expresar su profunda preocupación por el incidente.
La Policía de Manchester ha abierto una investigación sobre la agresión, pero dijo este miércoles que no había habido detenciones hasta el momento, calificándola de “investigación compleja y delicada” que llevará tiempo.
“Temo ser silenciado”
En una conferencia de prensa celebrada este miércoles, Bob Chan dijo que temía por su seguridad y la de su familia, sumándose a los temores expresados por otros miembros de la diáspora británica de Hong Kong.
Chan afirmó que había intentado evitar que el personal consular arrancara las pancartas de la protesta cuando empezaron a agredirle.
“Me agarré a la reja donde me dieron patadas y puñetazos. No pude aguantar mucho tiempo y al final me metieron en el recinto del consulado”, dijo Chan.
“Me tiraron del pelo y sentí puñetazos y patadas de varios hombres”, dijo, añadiendo que la agresión no cesó hasta que un agente de policía lo sacó de nuevo por la puerta del consulado.
Mostró fotos de sus lesiones, diciendo que tenía moretones en la cabeza, el cuello, la espalda y alrededor del ojo. “Temo que los poderes me silencien. Temo por la seguridad de mi familia”, continuó. “Estoy conmocionado porque nunca pensé que algo así pudiera ocurrir en el Reino Unido”.
Gran Bretaña acoge a un gran número de ciudadanos de Hong Kong, muchos de los cuales abandonaron la ciudad después de que Beijing introdujera una amplia ley de seguridad nacional, en 2020. En virtud de esta ley, se ha encarcelado a manifestantes y activistas, se han cerrado redacciones, se ha desmantelado la sociedad cívica y se ha eliminado de hecho la oposición política formal.
Los líderes de Hong Kong han afirmado en repetidas ocasiones que las libertades de la ciudad permanecen intactas y que la ley ha restaurado el orden y la estabilidad tras las masivas protestas prodemocráticas de 2019.
Pero la combinación del creciente control de China sobre la ciudad y sus estrictas restricciones con respecto al covid-19 han provocado un éxodo de la ciudad en los últimos años.
En agosto, Hong Kong registró su mayor caída de población desde que comenzaron los registros oficiales, en 1961.