(CNN) – Cuando faltan menos de tres semanas para las elecciones intermedias, la inmigración sigue siendo uno de los temas más importantes para los votantes latinos; aunque las opiniones sobre la inmigración legal e ilegal varían mucho.
“Creo que se han malinterpretado”, dijo Ruy Teixeira, miembro sénior del American Enterprise Institute que ha estudiado durante décadas las preferencias de los votantes latinos.
Si bien muchos votantes latinos apoyan la idea de un “trato más humano” hacia los inmigrantes y la creación de un camino hacia la ciudadanía para los indocumentados, Teixeira dijo que hay muchos en la comunidad que “no están realmente interesados o encantados con la idea de que la gente pueda simplemente cruzar la frontera… También piensan que necesitamos más seguridad fronteriza”.
Si bien las encuestas muestran que la mayoría de los hispanos se alinean con los demócratas en materia de inmigración, el Partido Republicano ha logrado avances significativos en el último tiempo, incluso mientras intensifica su retórica antiinmigrante popularizada por el expresidente Donald Trump.
Alrededor del 55% de los latinos apoyan a los demócratas en el tema de la inmigración legal, según una encuesta reciente del NYT/Siena College, que también indicó que aproximadamente un tercio apoya la existencia de un muro fronterizo a lo largo de la frontera sur de EE.UU.
Con los candidatos compitiendo para capturar hasta el último voto, los latinos, que representan más de 30 millones de los votantes registrados en el país, podrían inclinar la balanza en las principales contiendas en los estados en disputa.
“Hay una vulnerabilidad ahí. Es un punto débil de los demócratas este tema, incluso entre los votantes hispanos”, señaló Teixera.
Miradas sobre la frontera sur
Una política de inmigración más dura es parte de lo que Abraham Enríquez dice que lo atrajo a él y a otros latinos en el Valle del Río Grande de Texas para terminar votando por Trump.
“Creo que a los latinos realmente no nos importa mucho lo que digan, se trata de lo que van a hacer”, dijo Enríquez, que fundó Bienvenido US, una organización que tiene como objetivo movilizar a los votantes hispanos conservadores.
Nieto de inmigrantes mexicanos, Enríquez dice que los demócratas pierden apoyo entre el bloque de votantes de más rápido crecimiento porque su retórica está fuera de lugar: son demasiado críticos con el sistema capitalista y no lo suficientemente críticos de lo que él llama inmigración irrestricta.
“Si Estados Unidos es tan malo, si Estados Unidos es un país tan terrible para vivir, ¿por qué 50 inmigrantes murieron asfixiados en un tráiler en el intento por lograr una vida mejor en este país?”, preguntó.
Trump obtuvo buenos e inesperados resultados en el Valle del Río Grande en 2020 y la región eligió recientemente a su primer representante republicano en más de un siglo, con el triunfo de Mayra Flores en una elección especial a principios de este año.
Mientras que los republicanos siguen de cerca tres contiendas por el Congreso en el sur de Texas como una prueba de su atractivo para la comunidad, el abogado de inmigración Carlos Gómez argumenta que las promesas de campaña a menudo no conducen al cambio. Dice que se necesita urgentemente un enfoque sensato y equilibrado de la reforma, que está ausente del discurso público en torno a la inmigración.
“Ninguna de las partes está abordando bien el problema”, dijo Gómez. “O hablan a la derecha, o hablan a la izquierda, pero no vienen (a la frontera) a hablarnos. No ven lo que estamos haciendo a diario”.
Gómez criticó el transporte de inmigrantes por parte del gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, a las ciudades lideradas por demócratas. Dijo que se trata de una forma “inhumana” de ganar votos, no un esfuerzo genuino para ayudar a los inmigrantes o las ciudades fronterizas.
“El país se mueve gracias a los inmigrantes”
En Florida, otro estado con una gran población hispana, el gobernador republicano Ron DeSantis también tomó la controvertida medida de trasladar en avión a decenas de solicitantes de asilo venezolanos a Martha’s Vineyard en Massachusetts, algo que la defensora de la inmigración Maria Corina Vegas calificó como una “maniobra”
“Puede ser útil para la televisión, para recaudar dinero, para jugar con su base, para alimentar una narrativa de agresiones. Eso es lo que hacen los populistas, efectivamente”, dijo Vegas, subdirectora estatal de la American Business Immigration Coalition, un grupo que promueve una reforma migratoria integral.
Como venezolanaestadounidense que llegó a EE.UU. huyendo del régimen comunista de Hugo Chávez, argumentó que la satanización de los extranjeros entre los políticos puede ayudar a movilizar a algunos de sus simpatizantes, pero es algo que en última instancia dañará al país.
“Nunca pensé que vería eso en este país. Vi eso en mi país, y lo desgarró. No importa si viene de la derecha o de la izquierda. Es antidemocrático”, dijo Vegas.
Para el empresario de origen cubano Julio Cabrera, el tema está indisolublemente ligado a la economía estadounidense: “Este país se mueve gracias a los inmigrantes y los latinos… Hacemos los trabajos sucios que otros no quieren”.
A Cabrera le disgusta la retórica antiinmigrante, dice, porque la gran mayoría de los inmigrantes que ingresan a los EE.UU. son personas decentes que buscan trabajo y construir una vida mejor. Él cree que el sistema de inmigración debería ser más amable con aquellos que han arriesgado sus vidas por un futuro mejor.
Después de huir de la dictadura comunista de Fidel Castro en 2006, Cabrera fue asaltado a punta de pistola mientras viajaba por México antes de llegar a la frontera sur de EE.UU., donde buscó asilo junto a su hija.
Ahora, es un empresario exitoso que dirige Café La Trova en Miami, donde la mayoría del personal es inmigrante.
“Todo el mundo es inmigrante aquí y hemos hecho algo notable por esta comunidad”, asegura.
Los votantes más jóvenes, como Marvin Tapia, un colomboestadounidense que vive en la Pequeña Habana, argumentan que el reciente aumento del sentimiento antiinmigrante está relacionado con el cambio demográfico a nivel nacional, lo que, según él, es un desarrollo positivo que más políticos deberían adoptar.
“Si compartimos un país construido con inmigrantes, deberíamos estar orgullosos de eso. Que evolucionamos y crecemos y cambiamos… Creo que el crecimiento es fundamental para el crecimiento de un país, especialmente para uno como Estados Unidos”, afirmó Tapia. “Deberíamos aprender de él, en lugar de huir de él”.