(CNN) – La relación de Ted Cruz con Donald Trump, es… complicada.
Durante la campaña presidencial de 2016, Trump sugirió sin pruebas que el padre de Cruz tenía algo que ver con el asesinato de John F. Kennedy y que la esposa de Cruz, Heidi, era poco atractiva.
El senador de Texas, a su vez, llamó a Trump “cobarde llorón” y “totalmente amoral”, y se negó notablemente a respaldar a Trump en la Convención Nacional Republicana de 2016.
Entonces, de repente, las cosas cambiaron. Cruz pasó de ser el republicano más destacado en contra de Trump a ser uno de sus más acérrimos defensores. Trump incluso le pidió a Cruz que argumentara una demanda que buscaba anular los resultados de las elecciones de 2020 en varios estados disputados si llegaba a la Corte Suprema.
Este lunes, Cruz explicó lo que pasó entre entonces y ahora.
Durante una presentación en el programa “The View” de la cadena ABC, la copresentadora Ana Navarro sacó a relucir lo que Trump había dicho sobre el padre y la esposa de Cruz, preguntándole sin tapujos por sus críticas pasadas al expresidente: “¿Mentías entonces o mientes ahora?”.
Cruz se rio incómodamente antes de ofrecer su respuesta.
“En 2016, tuvimos unas primarias en las que Donald Trump y yo nos dimos una paliza”, dijo Cruz, asegurando que su mujer se reía de los ataques de Trump. (¿Supongo que eso hace que esté bien?) “Fuimos a por el otro, y al final del día, él ganó. Y yo tenía que tomar una decisión. … Podría haber decidido, mis sentimientos están heridos, voy a tomar la pelota e irme a casa y no hacer mi trabajo”.
En cambio, Cruz argumentó que la única acción disponible para él era encontrar una manera de trabajar con Trump, por el bien de toda la gente de Texas que representaba. “Tenía un trabajo que hacer y tenía una responsabilidad”, explicó.
Esa explicación deja mucho que desear, en unos cuantos puntos.
- El hecho de que sea tu trabajo no lo hace correcto.
- La idea de que Cruz hizo todo esto porque sabía que tenía que dejar de lado la enemistad personal para poder representar mejor a su estado deja de lado un cálculo masivo que impulsó todo esto: Cruz quiere volver a ser candidato a la presidencia y sabía que no tendría ninguna posibilidad si era visto como un antagonista de Trump.
Eso no quiere decir que Cruz no creyera también que encontrar maneras de trabajar con Trump era algo bueno para sus electores. Es muy posible que lo hiciera. Pero, la fuerza impulsora detrás de la decisión de Cruz para arrastrarse de vuelta al lado bueno de Trump fue su propia ambición política.
A su favor, Cruz no ha ocultado su deseo de volver a ser candidato a la presidencia, tal vez en 2024. Y el obstáculo que supondría la posible candidatura de Trump. “No sé lo que va a decidir Trump, nadie lo sabe”, dijo Cruz a principios de este otoño. “Cualquiera que te diga que lo sabe se está inventando cosas. El mundo entero cambiará en función de lo que decida Donald Trump. Eso es cierto para todos los candidatos. Eso es cierto para cada candidato potencial”.
Esa franqueza contrasta directamente con la explicación de Cruz sobre cómo decidió hacer las paces con Donald Trump.