(CNN) – Las elecciones se ganan, en el nivel más simple, formando una coalición más grande que cualquier otro partido. Pero las coaliciones en Estados Unidos están cambiando con los tiempos. Algunos de esos cambios son por elección, pero otros cambios son impulsados por cambios demográficos.
Uno de esos cambios es la marea creciente de votantes hispanos. Es probable que este año desempeñen un papel más importante que nunca para determinar si la coalición del Partido Demócrata o del Partido Republicano es más grande.
Si bien no sabemos cuál será el tamaño exacto del electorado de los votantes hispanos, sí sabemos que los votantes hispanos (11%) representaron más votantes en 2020 que en cualquier elección nacional anterior, según la Oficina del Censo de EE.UU.
También sabemos que los votantes hispanos representaron una mayor parte en las elecciones intermedias de 2018 (9%) que cualquier otra elección intermedia anterior. El examen de las elecciones intermedias de 2018 también fue notable porque los hispanos representaron el mismo porcentaje de votantes que en las elecciones presidenciales anteriores. Si ese es el caso este año, entonces la participación hispana del electorado en 2022 será la más alta para una elección intermedia.
Para una comparación histórica, los hispanos constituían solo el 5% del electorado en los comicios intermedios de 2002 (o aproximadamente la mitad del porcentaje que representaban en 2018).
El alto porcentaje de votantes hispanos en las últimas elecciones intermedias fue impulsado no solo por el hecho de que los hispanos representan una mayor parte de los adultos estadounidenses, sino también por el hecho de que una mayor parte de ellos acudió a votar.
Un récord del 40% de la población hispana elegible para votar se presentó en 2018. Eso fue un aumento de aproximadamente el 50% desde 2014, que fue aproximadamente el doble del aumento observado entre los estadounidenses blancos no hispanos.
Con otros datos que indican que veremos una alta participación a nivel nacional en 2022, se deduce que deberíamos ver otro año de alta participación hispana.
Por supuesto, en realidad no celebramos elecciones nacionales en Estados Unidos. Las elecciones se llevan a cabo estado por estado y distrito por distrito.
Es a nivel estatal donde realmente se puede ver el poder del voto hispano este año. El control del Senado de EE.UU., en este punto, parece que se reducirá a cuatro carreras clave: Arizona, Georgia, Nevada y Pensilvania. Es probable que los demócratas deban ganar tres de estos estados para retener el control del Senado.
La porción hispana de la población en edad de votar de Georgia y Pensilvania es más baja que a nivel nacional. Esto no debería sorprender porque una parte desproporcionada de los hispanos vive en estados densamente poblados (por ejemplo, California y Texas), lo que significa que los hispanos constituyen una parte inferior al promedio de la población en la mayoría de los estados.
En Arizona y Nevada, es un juego de pelota totalmente diferente. Los hispanos constituían el 22% de los votantes en Arizona y el 18% de los votantes en Nevada en 2022.
Esto significa que los votantes hispanos probablemente tendrán una gran influencia sobre qué partido gana el Senado en esta elección. Esto es, en cierto modo, una anomalía estadística. Solo hay nueve estados donde la porción hispana de la población en edad de votar es mayor que a nivel nacional. Da la casualidad de que dos de esos estados son grandes campos de batalla este otoño boreal.
Sin embargo, el poder de voto de los hispanos en la carrera por el control de la Cámara de Representantes de Estados Unidos se diluye.
Eché un vistazo a las 50 contiendas más cerradas en la Cámara (medidas por FiveThirtyEight) y examiné la participación de los hispanos en la población en edad de votar. Solo 12 de los 50 distritos tienen una proporción significativamente mayor de hispanos que la nación en su conjunto. La clara mayoría (64%) tiene una proporción más baja de hispanos que el promedio nacional.
Las reñidas contiendas por la Cámara en las que los hispanos representarán una parte significativamente mayor que la nación en su conjunto no sorprenderán tanto a quienes siguen la política. Están en California (9, 13, 22, 27 y 45), Colorado (8), Nuevo México (2), Nevada (1 y 4) y Texas (15, 28 y 34). En otras palabras, están en su mayoría en el suroeste, al igual que los estados con grandes poblaciones hispanas que tendrán una voz descomunal en la carrera por el Senado.
Una gran pregunta es si alguna de las partes se beneficiará enormemente de la alta participación hispana. Es probable que los demócratas reciban ayuda dado que las encuestas muestran que los hispanos favorecen a los demócratas en la carrera por el Congreso. Esa misma encuesta muestra, sin embargo, que el margen que los demócratas están logrando entre los hispanos no es tan alto como hace cuatro años.
Si eso se mantiene en los resultados reales, y dada la ventaja del Partido Republicano entre los votantes blancos, puede permitir que la coalición general del Partido Republicano sea mayor en número que la del Partido Demócrata.
Por supuesto, no lo sabremos hasta que se emitan y cuenten todos los votos.