(CNN) – Con el mantra no oficial de “trabajar para vivir” en lugar de “vivir para trabajar”, más de 1.700 kilómetros de costa para explorar y deliciosos pastéis de nata por todas partes, echar raíces en Portugal suena bastante atractivo.
Y para cualquiera que sueñe con empacar su vida (o poner su casa en el mercado, junto con todo lo que hay dentro de ella) para ir a las costas más soleadas, salir en jet para vivir en Portugal puede ser más una posibilidad de lo que piensas.
El país es desde hace tiempo una de las opciones más accesibles de Europa a la hora de buscar residencia, gracias a varios programas de visado ofrecidos a los extranjeros que no son ciudadanos de la Unión Europea (y tampoco del Espacio Económico Europeo, llamado EEE, ni de Suiza). Y con un nuevo visado de estancia temporal orientado a los nómadas digitales, los trabajadores a distancia son más bienvenidos que nunca en el país.
Algunos estadounidenses que han dado el salto dicen que buscan una asistencia sanitaria más asequible y un refugio contra la violencia armada, además de las ventajas del estilo de vida del país del sur de Europa, que incluye un ritmo más lento, un clima suave y tentadoras opciones de viaje por toda Europa.
Una forma de entrar: visado D7
Grace Veach, que enseña virtualmente en una universidad de Florida desde su nuevo hogar en las afueras de la ciudad ribereña de Coimbra, en el centro de Portugal, dice que se planteó por primera vez dejar Estados Unidos después de la masacre de Sandy Hook, en 2012.
“Sabía que quería vivir en un lugar donde la violencia armada no fuera una amenaza diaria”, dice Veach, de 59 años.
Pero hacer realidad la mudanza llevó algún tiempo debido a las circunstancias de la vida. Junto con su marido, su hijo, de 27 años, y el perro de la familia, Veach se trasladó a Portugal en 2021.
Nadie de la familia había pisado nunca el país antes de llegar, dice, y los viajes de exploración que habían planeado se cancelaron durante la pandemia.
La familia solicitó el visado D7 de Portugal, dice Veach. Se trata de una opción de visado muy popular entre los jubilados, ya que se pueden utilizar fuentes de ingresos pasivos para cumplir los requisitos: 705 euros al mes (unos US$ 705) para el primer adulto y cantidades menores para los demás miembros de la familia. Los solicitantes también pueden beneficiarse de las mismas prestaciones sanitarias que los residentes y ciudadanos portugueses a través del Servicio Nacional de Salud del país.
El visado D7 exige que los titulares pasen 182 días al año en Portugal y les concede el derecho a trabajar en el país.
También pueden solicitar la nacionalidad portuguesa al cabo de cinco años. El proceso de solicitud del visado D7 suele durar unos seis meses.
Otras formas de vivir en Portugal
El D7 es solo una de las diversas opciones de visado que pueden facilitar el traslado a Portugal en estos momentos.
Desde su lanzamiento en 2012, el programa de visados de inversión de Portugal, el visado de Oro (Golden Visa), ha ofrecido una vía para la residencia portuguesa a través de inversiones en el país que pueden adquirirse mediante la compra de bienes inmuebles de más de 500.000 euros (unos US$ 500.000), entre otras opciones de inversión.
Para las personas que no quieren pasar mucho tiempo en Portugal, el visado de Oro solo requiere que los titulares pasen entre siete y 14 días al año residiendo en Portugal, al tiempo que les ofrece acceso a las prestaciones del Servicio Nacional de Salud y una vía para obtener la ciudadanía después de cinco años. Pero las restricciones que entraron en vigor en 2022 limitaron los lugares de Portugal en los que se puede invertir en propiedades, lo que hizo que la perspectiva fuera menos atractiva para algunos.
Y el último visado de estancia temporal de Portugal, que se implementó el 30 de octubre y que también se denomina visado de “nómada digital”, está facilitando que los trabajadores a distancia se trasladen temporalmente a Portugal. Les concede el derecho a permanecer durante un año/12 meses siempre que puedan demostrar unos ingresos de al menos 2.820 euros (aproximadamente la misma cantidad en dólares ahora mismo) al mes trabajando para una empresa fuera de Portugal.
“Hay una gran expectativa en torno a este visado en la comunidad nómada”, dice Danish Soomro, fundador de Visadb, una base de datos de visados que indexa más de 800 visados de residencia en todo el mundo.
También fundador de una comunidad privada de nómadas digitales en Facebook, con más de 155.000 miembros, Soomro dice que Portugal es uno de los países más populares para los trabajadores remotos (junto con lugares como Grecia, España, Croacia y Chipre) gracias a factores que incluyen “el clima cálido, la buena conexión a Internet y la comunidad”.
“Antes, los nómadas digitales utilizaban otros visados para Portugal como una solución”, dice, ya que el visado D7 estaba dirigido principalmente a pensionistas con fuentes de ingresos pasivos.
El visado D7 también requiere que los solicitantes se registren para obtener un número de identificación fiscal portugués, mientras que el visado para nómadas digitales no.
Los titulares del visado para nómadas digitales, sin embargo, no pueden beneficiarse del sistema sanitario portugués y deben demostrar que tienen su propio seguro como parte del proceso de solicitud. El visado tampoco ofrece una vía de acceso a la ciudadanía portuguesa por sí mismo.
Navegar por el proceso de solicitud
Veach dice que para su solicitud del D7 utilizó sus ahorros para la jubilación, las pensiones y la seguridad social para cumplir los requisitos de ingresos mínimos del visado.
Podría haber hecho el proceso de solicitud por su cuenta, dice, pero contrató a un asistente de inmigración de la empresa Relocate to Portugal, con sede en Oporto, para que le ayudara en el proceso.
Veach también reconoce que el programa de coaching Master Your Move, de Deborah Dahab, y ExpaCity, una comunidad online dedicada a la mudanza a Portugal, le ayudaron a facilitar el proceso de solicitud y la transición a la vida en Portugal.
También se unió a grupos de Facebook como Americans & FriendsPT y a grupos locales de expatriados en Coimbra para recibir consejos. Con casi 35.000 miembros, el grupo privado permite a los miembros compartir sus éxitos y tropiezos en el camino hacia la mudanza a Portugal, así como consejos y sugerencias.
Bill Mauro, de 58 años, y su marido, Marcus Lawrence, de 51, se jubilaron anticipadamente de sus trabajos en el sector de los seguros y la venta de productos sanitarios y dejaron su casa en Jim Thorpe, Pensilvania, para mudarse a Lisboa, en 2019.
La pareja solicitó el visado D7 y completó todo el proceso de solicitud por sí misma, utilizando la documentación del grupo de Facebook Americans & FriendsPT.
“Seguimos la documentación al pie de la letra, y tardamos seis meses desde que tomamos la decisión de mudarnos hasta conseguir el visado y llegar a Portugal en octubre de 2019”, cuenta Mauro. La pareja vendió todo lo que tenía en Estados Unidos y llegó a Portugal con solo seis maletas.
Mauro cita como factores clave de Portugal una sanidad asequible y de calidad, la seguridad, el reconocimiento de su matrimonio y de los derechos del colectivo LGBTQ+ y los más de 300 días de sol anuales del país.
Desde entonces, se han mudado de la mayor ciudad y capital de Portugal a la “casa de sus sueños”, una casa de piedra de pizarra en Salgueiro da Lomba, un pueblo del centro de Portugal situado en lo alto de una montaña. La compraron por 165.000 euros, en 2021, y actualmente la están reformando.
Mauro dice que la pareja vive cómodamente en su nuevo hogar por poco más de US$ 1.800 al mes, que es lo que habrían estado pagando solo por el seguro médico si se hubieran quedado en Estados Unidos.
No podíamos costear un seguro médico
Glen Cook, profesor de música y teatro jubilado, también cita el “astronómico costo de la sanidad en EE.UU.” entre las principales motivaciones para mudarse.
Cook, de 59 años, se trasladó a Portugal con el visado D7, en 2018, con su marido, Todd Doleshall (también jubilado) y su hijo, entonces adolescente.
“Habíamos llegado a un punto en el que teníamos los medios adecuados para jubilarnos, pero al no ser lo suficientemente mayores como para tener derecho a Medicare, no podíamos pagar un seguro médico”, dice Cook.
La pareja consideró Ecuador, México, Costa Rica, Italia e Irlanda entre las opciones para mudarse al extranjero, pero decidió que Portugal era lo que más se ajustaba a lo que buscaban.
Poco después de trasladarse al país, tuvieron la oportunidad de experimentar de primera mano las prestaciones del Servicio Nacional de Salud portugués.
“Experimentamos una situación médica catastrófica que probablemente nos habría llevado a la bancarrota en Estados Unidos”, escribió Cook a CNN Travel en un correo electrónico.
“Aquí, todo estaba completamente cubierto. Todavía no me lo creo que nunca se nos facturó un centavo por ninguno de los cuidados, que incluyeron un mes en la unidad de cuidados intensivos y más de cuatro meses de rehabilitación en el hospital”.
Cook dice que contrató a un asistente de inmigración para que le ayudara con el proceso de solicitud y recomienda a otros que se sientan atascados por todos los detalles que hagan lo mismo.
El negocio de los servicios de asistencia para visados está en auge
Aunque es posible solicitar un visado por cuenta propia, los trámites y la burocracia en Portugal pueden facilitarse con la ayuda de un servicio de solicitud de visados.
Sara Galis, de Welcome To Portugal, una empresa con sede en Lisboa que facilita el proceso de solicitud de visados ayudando en todo, desde el asesoramiento sobre el papeleo necesario en el país de origen hasta la apertura de una cuenta bancaria en Portugal y la actuación como representante fiscal del solicitante, afirma que la demanda de visados por parte de los estadounidenses está en auge.
Galis afirma que el 60% de sus clientes son de Estados Unidos, y la mayoría solicitan el visado D7.
“Para los estadounidenses, nuestras monedas están casi a la par, lo que hace que Europa sea aún más atractiva en este momento”, dice Galis, que lanzó su negocio en 2021.
“Quieren poner un pie aquí y otro allá. Y ven a Portugal como un país muy seguro para vivir”.
Gail Aguiar, de Relocate to Portugal, dice que ha visto un mayor interés por parte de ciudadanos canadienses y británicos que buscan mudarse a Portugal, también.
Aguiar señala que los acontecimientos mundiales, empezando por las elecciones presidenciales de 2016 en EE.UU., así como la recesión económica en Brasil y los escándalos políticos en ese país, están relacionados con los repuntes históricos del interés por los servicios de su empresa.
Afirma que los brasileños representan la mayor parte de la migración a Portugal, por mucho, aunque sus clientes son principalmente estadounidenses. Según el informe de inmigración de 2021 del país, los estadounidenses representaron solo 6.885 personas entre las 698.887 llegadas oficiales de inmigrantes a Portugal ese año. En comparación, llegaron 204.694 brasileños y 22.782 chinos.
Instalarse puede llevar tiempo y paciencia
Incluso cuando se ha conseguido un visado, la adaptación a un nuevo país y a un nuevo estilo de vida puede conllevar sus propios retos.
Mauro dice que aprender portugués ha sido lo más difícil de la mudanza, incluso después de hacer el curso de idiomas de 150 horas patrocinado por el Gobierno que se ofrece a los extranjeros.
“De vez en cuando, echamos de menos la familiaridad de vivir en el país en el que crecimos”, dice. “Conocer las diferencias culturales en lo que respecta a los proyectos de la casa y la asistencia sanitaria puede ser un reto, pero intentamos ver estos desafíos como experiencias de aprendizaje y una oportunidad para crecer”.
Al contrario de lo que se puede ver en algunas redes sociales, dice, “Portugal no es un lugar mágico que resuelve todos tus problemas”.
“Al pensar en cómo gestionar la transición en curso, me vienen a la mente dos palabras importantes”, dice. “Apreciar y asimilar. Apreciamos todo lo que Portugal nos ha ofrecido como inmigrantes al recibirnos con los brazos abiertos en su hermoso país. También hemos intentado asimilarnos aprendiendo el idioma, la cultura y la historia”.
Veach dice que hacer conexiones ha sido fundamental para asentarse en su vida en Portugal, y ha conocido a varias personas a través de los diversos grupos de Facebook y grupos de networking a los que se unió en la vida real.
“Soy introvertida, pero he sido muy intencionada en participar en reuniones de grupo para conocer a algunas personas aquí”, dice. “No sucede de forma orgánica cuando no hablas el idioma de la mayoría de las personas con las que convives”.
Dejando a un lado los retos, Veach dice que le encanta la sensación de seguridad en Portugal y estar alejada del “clima político tóxico de Estados Unidos”, así como tener la oportunidad de viajar tanto por Europa en su tiempo libre.
El ritmo de vida más lento que mucha gente viene a buscar a Portugal tiene sus inconvenientes, dice Cook.
“Una de las primeras palabras que aprendemos es amanha, que se traduce como ‘mañana’”, dice. “Pero en la práctica, no significa mañana. Significa ‘Cuando lo haga’”.
Y la burocracia portuguesa está “fuera de control”.
“Hay más formularios y procesos y permisos y licencias de los que te puedes imaginar”, dice Cook.
En cuanto a las cosas que Cook extraña de Estados Unidos, sin embargo, cada vez son menos y, en general, se ven superadas por las cosas que aprecia de la vida en Portugal, dice.
“Pero mataría por una buena comida mexicana”.