(CNN) –– Mientras varias marcas importantes han anunciado que pausarán su publicidad en Twitter, luego de que Elon Musk adquiriera la compañía, la plataforma ahora puede presumir de una nueva compra de anuncios por parte de una conocida empresa multimillonaria: SpaceX, también de Musk.
Musk confirmó este lunes en Twitter que su empresa SpaceX compró un paquete de publicidad en la red social para su servicio de internet Starlink, aunque le restó importancia al tamaño de la adquisición.
Esta compra de anuncios sería la primera que hace cualquiera de las empresas de Musk, incluida Tesla, que no trabaja con publicidad tradicional.
“SpaceX Starlink compró un pequeño, no grande, paquete de anuncios para probar la eficacia de la publicidad en Twitter en Australia y España”, escribió Musk en una respuesta a un usuario de Twitter. Y añadió que hizo lo mismo en competidores como Facebook, Instagram y Google.
Sus comentarios ocurrieron después de que CNBC reportara este domingo que Musk había pedido “uno de los mayores paquetes publicitarios disponibles en Twitter” para SpaceX, citando fuentes no identificadas que leyeron documentos internos relacionados con el asunto. SpaceX no respondió a la solicitud de comentarios que hizo CNN Business.
En las semanas que han transcurrido desde que Musk completó la adquisición de Twitter, algunos grupos de derechos civiles han llamado a un boicot contra la plataforma por parte de los anunciantes, aludiendo a la preocupación por la dirección bajo el nuevo propietario y a los reportes de que los incidentes de incitación al odio han aumentado en la plataforma.
Algunas marcas importantes como General Mills, The North Face y varias empresas automovilísticas (que compiten con Tesla, de Musk) informaron que suspenderán sus anuncios de publicidad en la red social. A principios de este mes, Musk dijo que el creciente retroceso en el gasto de los anunciantes ha generado una “caída masiva de los ingresos”. El nuevo CEO describió la situación como “un gran lío”.
Musk ha pasado sus primeras semanas al frente de Twitter suplicando a los anunciantes que permanezcan en la plataforma y también trabajando para que la plataforma sea menos dependiente de los dólares de la publicidad, al añadir más opciones de suscripción. Entre ellas, una controvertida opción de pago por verificación. Esta última función provocó una oleada de cuentas que suplantan a marcas destacadas en la plataforma.