(CNN Español) – La futurista ciudad de Doha, capital de Qatar, se encuentra a orillas del golfo Pérsico y se extiende hacia el este de la desértica península, proyectando la imagen de un bosque de altos y modernos rascacielos y tecnología de última generación. Pero no siempre fue así.
Al momento de su independencia, en 1971, en Qatar vivían apenas 120.000 personas, mientras que en la actualidad la cifra asciende a casi tres millones.
Era un Qatar muy distinto, con pequeños poblados en medio del desierto y una capital que apenas empezaba a crecer.
Pero gracias al petróleo y el gas, el país comenzó una verdadera transformación en la segunda mitad del siglo XX que se acentuó en las últimas décadas.
Así pasó Qatar de ser un pequeño y pobre productor de perlas a una potencia energética conocida por su futurista capital.
El crecimiento de la población de Qatar
En Doha viven actualmente 1.186.023 personas, es decir aproximadamente un tercio del total del país, fijado en 2.985.029 personas —en su mayoría trabajadores migrantes—, según estadísticas oficiales.
Pero si se cuentan sus alrededores, que incluye localidades en Al Rayyan, Al Wakra, Al Daayen y Umm Slal, la población asciende a más de 2,5 millones, es decir casi un 85% el total del país concentrado en esta región costera.
El crecimiento demográfico de Qatar estalló en las últimas décadas. Hace diez años la población del país llegaba a 1.836.676 personas, en lugar de los casi tres millones actuales. Y en 2002, hace dos décadas, era de apenas 640.872.
Mientras que en 1971, al momento de su independencia del Reino Unido, había apenas 120.000 personas en Qatar.
La importancia del petróleo y el gas
A principios de siglo XX Qatar era un territorio pobre, dedicado principalmente a la recolección y cultivo de perlas, y su comercio.
Pero los primeros pozos petroleros de Qatar fueron descubiertos en 1939, y su explotación se inició en 1949.
En las décadas siguientes, especialmente a partir de 1950 y 1960, el país comenzó a crecer vertiginosamente de la mano de estos ingresos, y gran parte de su riqueza actual proviene del Yacimiento de gas natural South Pars-North Dome, ubicado en el Golfo Pérsico y compartido con Irán.
Tras la independencia y la nacionalización del petróleo —Qatar Petroleum es la actual empresa estatal—, en la década de 1970, el ingreso por cápita en Qatar pasó a estar entre los más altos del mundo.
Y hoy día el PIB per cápita real de Qatar llega a unos U$S 93.500, según datos del Banco Mundial. Así, se trataría del sexto país más rico del mundo, detrás de Liechtenstein, Monaco, Luxemburgo, Singapur, Irlanda, de acuerdo con el CIA World Factbook.
Doha, ciudad del futuro
La capital de Qatar es el símbolo más notable de este crecimiento exponencial en riqueza y población: en el centro de Doha los rascacielos altos, de diseño moderno y dotados con alta tecnología marcan el paso de la ciudad.
Algunos de los principales arquitectos del mundo –como el chinoestadounidense Ieoh Ming Pei, que diseñó el Museo de Arte Islámico– fueron contratados por empresas qataríes en los últimos años para dar forma a la Doha actual, que incorpora la sustentabilidad en sus diseños.
Msheireb Properties, por ejemplo, estuvo por detrás del desarrollo del nuevo centro de Doha, una inversión valuada en US$ 5.500 millones que buscó reducir la huella de carbono de la ciudad llevando el número de autos al mínimo y utilizando los efectos microclimáticos para mantener el entorno más fresco.
Con una economía basada en la extracción de petróleo y gas, sin embargo, Qatar tiene mucho aún por recorrer en materia de cuidado del medio ambiente: el país tiene una las huellas de carbono per cápita más grandes del mundo.
Bajo tierra, además, circula el metro de Doha: un avanzado sistema de transporte sin conductores que abrió en 2019 pero sigue en construcción en el marco de un ambicioso proyecto regional.
Con información de Eoin McSweeney de CNN