(CNN) – El secretario de Justicia Merrick Garland designó a Jack Smith como fiscal especial este viernes, para que supervise la investigación de Mar-a-Lago y aspectos de la investigación del 6 de enero de 2021.
Ambas investigaciones involucran aspectos de la conducta de Donald Trump, quien el martes anunció su precandidatura presidencial de 2024, lo que lo convierte en un potencial rival del presidente Joe Biden.
“Con base en los acontecimientos recientes, incluido el anuncio del expresidente de que es candidato a la presidencia en las próximas elecciones, y la intención declarada del presidente en funciones de también ser candidato, he llegado a la conclusión de que es de interés público nombrar un abogado especial”, dijo Garland en el Departamento de Justicia el viernes.
Smith es un exfiscal federal interino de Tennessee y también se desempeñó como fiscal en la fiscalía federal con sede en Brooklyn. Anteriormente dirigió la Sección de Integridad Pública del Departamento de Justicia, que se encarga de los delitos electorales y las investigaciones de corrupción pública.
Desde 2018, Smith se desempeñó como fiscal en jefe del tribunal especial de La Haya que investiga crímenes de guerra en Kosovo, después de haber trabajado anteriormente para la Corte Penal Internacional, supervisando investigaciones relativas a crímenes de guerra.
Smith “ha construido la reputación de un fiscal imparcial y decidido”, dijo Garland.
La designación de Smith le otorga autoridad para investigar el manejo de documentos gubernamentales almacenados en Mar-a-Lago y determinar “si alguna persona o entidad violó la ley en relación con cambio de mando tras la certificación del Colegio Electoral de las elecciones presidenciales de 2020” el 6 de enero de 2021.
Trump intentó instalar que las investigaciones han sido producto de motivaciones políticas, incluso en su anuncio presidencial de este martes, donde dijo que fue víctima de una “armado” por parte del sistema de justicia.
En una declaración a CNN el viernes, un portavoz de Trump dijo: “Esto es un truco político totalmente esperable de un Departamento de Justicia de Biden ineficaz, politizado y convertido en un arma”.
La investigación sobre Mar-a-Lago saltó a la luz pública cuando el FBI ejecutó una orden de registro en el complejo de Trump en Florida en agosto. Trump acudió a los tribunales para conseguir una orden que exigía que un tercer abogado revisara el material incautado en el registro. Un tribunal de apelación excluyó los documentos marcados como clasificados de esa revisión, permitiendo su uso en la investigación penal. Los investigadores también han presentado testigos ante un jurado federal que se ha constituido en Washington en el marco de la investigación.
El procesamiento de los agitadores del Capitolio ha sido el aspecto más público de la investigación del Departamento de Justicia sobre el 6 de enero, y seguirá siendo competencia de la oficina del secretario en Washington. Pero entre bastidores, los fiscales han citado a decenas de testigos cercanos al expresidente para que aporten documentos y testimonios en la investigación.
“Tengo la intención de llevar a cabo las investigaciones asignadas, y cualquier procesamiento que pueda resultar de ellas, de forma independiente y según las mejores tradiciones del Departamento de Justicia”, dijo Smith en un comunicado el viernes. “El ritmo de las investigaciones no se detendrá ni decaerá bajo mi supervisión. Ejerceré un juicio independiente y haré avanzar las investigaciones de forma expeditiva y exhaustiva hasta el resultado que dicten los hechos y la ley”.
Hacia dónde se dirigen las investigaciones
Según múltiples fuentes, tanto la investigación de Mar-a-Lago como la del 6 de enero sobre Trump tienen como objetivo recopilar más información y convocar testigos ante un jurado investigador federal en las próximas semanas. Los fiscales enviaron varias citaciones nuevas relacionadas con ambas investigaciones en los últimos días.
Algunos de los testigos en esta ronda no habían hablado antes con los investigadores en estos casos, según algunas de las fuentes.
Muchos en la órbita de Trump habían creído y tenido la esperanza de que la investigación se hubiera enlentecido o detenido, ya que no tuvieron noticias del Departamento de Justicia durante semanas después de que se cumplieran sus plazos para la entrega de documentos, dijeron múltiples fuentes.
Algunas de las citaciones emitidas en el marco de la investigación muestran que se trata de una pesquisa de alcance amplio que toca casi todos los aspectos de los esfuerzos para anular la victoria electoral de Biden. Señalan que los investigadores están interesados en el complot para presentar electores fraudulentos en los estados que ganó Biden, el trabajo que hicieron los aliados de Trump para impulsar las reclamaciones de fraude electoral sin fundamento y cómo fluyó el dinero para apoyar esos diversos esfuerzos.
El equipo de Trump consideró en los últimos días la probabilidad de que el Departamento de Justicia nombrara un fiscal especial, dijeron a CNN varias fuentes familiarizadas con las conversaciones.
Los abogados de Trump temían que ocurriera, preocupados de que eso prolongue la investigación que se viene librando en los tribunales. Y el propio Trump se quejó del asunto, comparando el panorama con el exfiscal especial Robert Mueller, quien supervisó la investigación sobre Rusia.
Los funcionarios del Departamento de Justicia debatieron durante semanas si designar un fiscal especial, algo que CNN informó previamente.