(CNN) – Los cocineros de la Edad de Piedra eran sorprendentemente sofisticados, ya que combinaban toda una serie de ingredientes y utilizaban diferentes técnicas para preparar y dar sabor a sus comidas, según sugiere el análisis de algunos de los primeros restos de alimentos carbonizados.
El material vegetal hallado en la cueva de Shanidar, en el norte de Iraq, famosa por la tumba de un neandertal rodeada de flores, y en la cueva de Franchthi, en Grecia, revela que la cocina prehistórica de los neandertales y de los primeros humanos modernos era compleja, con varios pasos, y que los alimentos utilizados eran diversos, según un nuevo estudio publicado en la revista académica Antiquity.
Las nueces silvestres; los chícharos; la ortiga; una legumbre con vainas comestibles; y las hierbas se combinaban a menudo con legumbres como las alubias o las lentejas, el ingrediente más comúnmente identificado, y a veces con mostaza silvestre. Para hacer las plantas más apetecibles, las legumbres, que tienen un sabor naturalmente amargo, se ponían en remojo, se molían toscamente o se machacaban con piedras para quitarles la cáscara.
En la cueva de Shanidar, los investigadores estudiaron restos vegetales de hace 70.000 años, cuando el espacio estaba habitado por neandertales, una especie humana extinta, y de hace 40.000 años, cuando albergaba a los primeros humanos modernos (Homo sapiens).
Los restos de comida carbonizada de la cueva de Franchthi datan de hace 12.000 años, cuando también estaba ocupada por Homo sapiens cazadores-recolectores.
A pesar de la distancia en el tiempo y en el espacio, se identificaron plantas y técnicas culinarias similares en ambos lugares, lo que podría sugerir una tradición culinaria compartida, dijo la autora principal del estudio, la Dra. Ceren Kabukcu, científico arqueobotánico de la Universidad de Liverpool, en el Reino Unido.
Según los restos de alimentos analizados por los investigadores, los neandertales, los homínidos de cejas gruesas que desaparecieron hace unos 40.000 años, y los Homo sapiens parecían utilizar ingredientes y técnicas similares, añadió, aunque la mostaza silvestre solo se encontró en la cueva de Shanidar cuando estaba ocupada por los Homo sapiens.
Primeros alimentos procesados
En la cueva griega se encontró una sustancia parecida al pan, aunque no estaba claro de qué estaba hecha. Según Kabukcu, la evidencia de que los antiguos humanos machacaban y remojaban legumbres en la cueva de Shanidar hace 70.000 años es la primera prueba directa fuera de África del procesamiento de plantas para la alimentación.
Kabukcu dijo que le sorprendió descubrir que los pueblos prehistóricos combinaban ingredientes vegetales de esta manera, un indicio de que el sabor era claramente importante. Esperaba encontrar solo plantas con almidón, como raíces y tubérculos, que a primera vista parecen más nutritivos y son más fáciles de preparar.
Muchas de las investigaciones sobre las dietas prehistóricas se han centrado en si los primeros seres humanos eran predominantemente consumidores de carne, pero Kabukcu dijo que estaba claro que no se limitaban a masticar filetes de mamut lanudo. Nuestros antiguos ancestros tenían una dieta variada según el lugar donde vivían, y probablemente incluía una amplia gama de plantas.
Antes se pensaba que estas técnicas culinarias creativas solo habían surgido con el cambio del estilo de vida de cazador-recolector a la orientación de los humanos hacia la agricultura, conocida como la transición neolítica, que sucedió hace entre 6.000 y 10.000 años.
Además, la investigación sugiere que la vida en la Edad de Piedra no era solo una brutal lucha por la supervivencia, al menos en estos dos lugares, y que los humanos prehistóricos se alimentaban selectivamente de una variedad de plantas diferentes y comprendían sus distintos perfiles de sabor.
John McNabb, profesor del Centro de Arqueología de los Orígenes Humanos de la Universidad de Southampton, en el Reino Unido, dijo que la comprensión científica de la dieta de los neandertales ha cambiado significativamente “a medida que nos alejamos de la idea de que solo consumían enormes cantidades de carne de caza”.
“Se necesitan más datos de Shanidar, pero si estos resultados se confirman, los neandertales comían legumbres y algunas especies de la familia de las gramíneas que requerían una cuidadosa preparación antes de su consumo. Las sofisticadas técnicas de preparación de alimentos tenían una historia mucho más profunda de lo que se creía”, dijo McNabb, que no participó en la investigación.
“Algo aún más intrigante es la posibilidad de que no extrajeran deliberadamente todas las toxinas desagradables. Algunas se quedaron en la comida, como sugiere la presencia de los revestimientos de las semillas, esa parte de la semilla donde se localiza especialmente el amargor. Un sabor elegido por los neandertales”.
Rastreo de los microbiomas prehistóricos
Otro estudio sobre las dietas prehistóricas que también se publicó este martes analizó el microbioma oral de los antiguos humanos: hongos, bacterias y virus que residen en la boca, mediante el uso de ADN antiguo encontrado en la placa dental.
Los investigadores dirigidos por Andrea Quagliariello, investigadora postdoctoral en Biomedicina Comparativa y Alimentación de la Universidad de Padua, Italia, examinaron los microbiomas orales de 76 individuos que vivieron en la Italia prehistórica durante un periodo de 30.000 años, así como los restos microscópicos de alimentos encontrados en la placa calcificada.
Quagliariello y su equipo pudieron identificar tendencias en la dieta y las técnicas culinarias, como la introducción de la fermentación y la leche, y un cambio hacia una mayor dependencia de los carbohidratos asociada a una dieta basada en la agricultura.
McNabb dijo que era impresionante que los investigadores hubieran podido trazar los cambios durante un periodo tan extenso.
“Lo que el estudio también hace es apoyar la idea creciente de que el Neolítico no fue la llegada repentina de nuevas prácticas de subsistencia y nuevas culturas, como se pensaba. Parece ser una transición más lenta”, dijo McNabb, que no participó en el estudio, por correo electrónico.