(CNN) – En la farmacia Grant’s Pass, en el sur de Oregon, solo quedan unas pocas cajas de paracetamol e ibuprofeno para niños, y la farmacéutica Michele Belcher dice que no puede pedir más.
Belcher dice que encarga estos medicamentos a uno de los “tres grandes” mayoristas: McKesson, Cardinal Health y AmerisourceBergen. Cuando comprobó la disponibilidad de estos medicamentos analgésicos y antifebriles esta semana, de 40 productos de diferentes sabores, tamaños y concentraciones, no había ninguno disponible.
“Hoy no había nada disponible de paracetamol ni de ibuprofeno”, declaró Belcher el miércoles.
En todo el país, el aumento de la influenza y del virus respiratorio sincitial (VRS) en los niños y la continuada pandemia de covid-19 han provocado una gran demanda de medicamentos básicos para reducir la fiebre y controlar el dolor.
Con tantos padres buscando estos medicamentos al mismo tiempo, las estanterías de las tiendas se han vaciado en algunas zonas.
Belcher dirige una farmacia comunitaria independiente, pero las cadenas de tiendas también están sufriendo las consecuencias.
Kroger dice que su inventario es limitado, y está trabajando para gestionar el suministro. Rite Aid dice que está trabajando estrechamente con sus proveedores “para satisfacer la demanda y mitigar la escasez cuando sea posible”.
Walmart y Walgreens afirman que, a pesar del aumento de la demanda, siguen siendo capaces de satisfacer las necesidades de los clientes.
La Consumer Health Products Association, que representa a los fabricantes de medicamentos de venta libre, afirma que el problema no es generalizado y que los fabricantes están haciendo todo lo posible para llevar más productos a los estantes. Sin embargo, reconoce que los padres de algunas zonas pueden tener problemas para encontrar los medicamentos que necesitan.
“Los fabricantes están produciendo a toda capacidad y dirigiendo el inventario de productos hacia donde más se necesita. Sin embargo, entendemos que puede ser frustrante para los padres no poder localizar rápidamente estos productos en su farmacia o minorista habitual debido a la falta intermitente de disponibilidad”.
“Es posible que los padres tengan que hacer algunas paradas para encontrar lo que necesitan y también deberían considerar otras alternativas de autocuidado para ayudar a la comodidad y el alivio bajo la dirección de su proveedor de atención médica”, dijo el grupo en un comunicado.
Qué hacer si no encuentras los medicamentos pediátricos
Los pediatras dicen que hay algunas estrategias que los padres pueden utilizar para ayudar a su hijo a sentirse mejor, incluso si no pueden encontrar el medicamento que están buscando.
En primer lugar, no siempre es necesario bajar la fiebre con medicación, sobre todo si el niño se encuentra bien por lo demás, dice la Dra. Maureen Ahmann, pediatra de la Clínica Cleveland.
“Si un niño está contento, come y bebe y tiene 38,5 °C de fiebre, no hay por qué darle Tylenol o Motrin”, dice.
Para los niños mayores de dos meses, no existe una cifra mágica a partir de la cual haya que tratar la fiebre. Cuando las cifras aumentan, una temperatura de 40 o 40,5 °C puede parecer preocupante, pero los niños suelen estar bien incluso con fiebre tan alta.
Si se trata de un bebé menor de dos meses, la cosa cambia. Cualquier temperatura superior a 38 °C se considera preocupante y significa que el niño debe ser revisado en persona por un médico.
Otros factores que tiene en cuenta al evaluar la fiebre son el estado de vacunación del niño —le preocupan mucho menos los niños que están al día con sus vacunas, incluidas las de covid-19 y la influenza— y cuánto tiempo ha durado la fiebre. La regla general es que una fiebre que dura más de cinco días requiere una evaluación más exhaustiva.
Sin embargo, si tu hijo está tumbado y no tiene buen aspecto, o si le duelen los oídos o los senos paranasales, debes tratarle las molestias, aunque la fiebre no sea muy alta.
Si los medicamentos líquidos, que suelen administrarse a los niños, están agotados, Ahmann recomienda buscar supositorios, que son cápsulas que se introducen en el recto del niño y se disuelven.
También es una buena opción para los niños que no pueden retener alimentos o líquidos.
Otra posibilidad es dividir el ibuprofeno o el paracetamol de los adultos para dárselos a los niños, dosificándolos en función de su peso.
En Canadá, país que lleva meses sufriendo una escasez de medicamentos pediátricos, los farmacéuticos de la Universidad de Toronto y su hospital infantil afiliado, SickKids, crearon una tabla para mostrar a los padres cómo hacerlo de forma segura.
Los comprimidos, no las cápsulas en polvo o gel, pueden triturarse y añadirse a un poco de compota de manzana o jarabe de chocolate para enmascarar el sabor. Sin embargo, es muy importante no dar a los niños demasiados medicamentos, y conviene consultar a un profesional médico antes de administrarles la primera dosis.
“A las personas que no estén familiarizadas con esto, les sugeriría que se aseguraran de consultar a alguien que sí lo esté”, afirma la Dra. Anna Banerji, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas de la Universidad de Toronto.
También puedes buscar a un farmacéutico local especializado en compuestos, que está capacitado para mezclar fármacos a medida para los pacientes. Es posible que puedan fabricar el medicamento que necesitas.
Se puede recurrir también a opciones no farmacológicas para que los niños se sientan cómodos.
Si un niño tiene dolor de oído, puedes aplicar una compresa húmeda y caliente en la parte externa del oído para aliviar las molestias hasta que puedan tratarlo. Mantener al niño erguido también ayuda para reducir la presión sobre los oídos, que aumentará si tiene la cabeza apoyada en una almohada o en la cuna.
Por último, los niños corren más riesgo de deshidratarse cuando tienen fiebre porque pierden más líquidos cuando su temperatura es elevada, explica Ahmann. Además, tienden a no querer beber tanto, “por lo que hay que insistir en que beban líquidos”, explica.
Ahmann recomienda dar una bebida deportiva con electrolitos, pero rebajarla a la mitad con agua. Las bebidas deportivas tienen mucho azúcar, lo que puede provocar diarrea a los niños y empeorar la deshidratación, explica.
También puedes hidratarlos con alimentos a base de agua, como paletas heladas o gelatina de sabores, si no tienen ánimos para beber.
Lo que no hay que hacer
También hay algunas cosas importantes que no debes hacer si no encuentras la medicación que necesitas.
En primer lugar, nunca des aspirinas a menores de 18 años.
Ahmann dice que ha recibido mensajes y llamadas de padres preguntando si pueden dar aspirina a sus hijos en lugar de paracetamol o ibuprofeno. “Se llama aspirina infantil, pero no es para pequeños”, explica.
La aspirina administrada a niños durante una enfermedad vírica se ha asociado a una afección rara pero grave llamada síndrome de Reye, que provoca inflamación del hígado y el cerebro.
Además, los baños tibios están bien, pero no es buena idea meter a un niño con fiebre en un baño frío, dice Ahmann.
En raras ocasiones, la fiebre puede desencadenar convulsiones en los niños. Esto suele ocurrir cuando la temperatura sube rápidamente.
Un baño frío les baja la temperatura corporal, pero no reajusta su termómetro interno, de modo que cuando salen, un baño frío puede desencadenar una subida rápida de la temperatura que aumente la posibilidad de convulsiones, dice.
Una mejor idea es aplicar compresas frías en la frente, la nuca e incluso bajo las axilas para aliviar las molestias.