CNNE 1310844 - ¿cual fue la palabra mas buscada del mundo en google?
¿Cuál fue la palabra más buscada en Google a nivel global en este año y qué significa?
01:02 - Fuente: CNN

(CNN) – Las palabras más soeces del mundo suelen referirse a algo vulgar o tabú.

Pero hay algo más que tienen en común las palabrotas de todas las lenguas del mundo. A todas les faltan los sonidos consonánticos más melódicos que es más probable escuchar en una canción de cuna que en una colorida reacción a un dedo del pie golpeado.

Las palabras malsonantes carecen de los sonidos consonánticos “l”, “r”, “w” y la “y” en varios idiomas, como el chino, el inglés y el español, según un nuevo estudio de investigadores de la Royal Holloway, Universidad de Londres. El equipo se propuso encontrar “patrones fonéticos” en las palabrotas de varias formas de hablar.

“Decir palabrotas -como la religión o la música- es un fenómeno omnipresente en todas las culturas”, declaró a CNN Ryan McKay, coautor del estudio y profesor de Psicología. “Nuestro trabajo sugiere que no es solo el contenido semántico de las palabras lo que les da su potencia, sino que los sonidos de estas palabras también pueden desempeñar un papel”.

Comprender el “simbolismo sonoro” de las palabrotas

Al crecer en Australia Occidental, McKay estuvo expuesto a un “lenguaje bastante colorido”, afirma. Se dio cuenta de que las palabrotas en inglés contienen “una preponderancia de sonidos plosivos” -p, t y k- en los que la boca se cierra completamente tras formar el sonido. (Pruébalo con tu palabrota favorita en inglés y fíjate qué sensación te produce).

McKay dijo que se preguntaba si los sonidos plosivos “permiten una expresión especialmente enfática de la emoción”.

Para ello recurrió a la profesora del departamento de Psicología Shiri Lev-Ari, experta en “simbolismo sonoro”, según el cual las palabras tienen sonidos que se adaptan a sus significados. Pensemos en palabras como “cristal” o “brillar”, cuyos sonidos sugieren algo brillante y suave, con las definiciones correspondientes.

McKay afirma que esperaban encontrar pruebas de los sonidos “plosivos” en todas las lenguas o una “plantilla fonética universal para las palabrotas”, con sonidos que dictaran la evolución de las palabrotas en las distintas lenguas.

Lo que encontraron, sin embargo, fue que en varias lenguas las palabrotas carecen de los sonidos l, r, w y la y. Esos cuatro sonidos consonánticos se conocen como aproximantes, es decir, sonidos que restringen ligeramente el tracto vocal pero que, por lo demás, permiten que el aire fluya libremente cuando se pronuncian.

Las palabrotas son similares en todos los idiomas

Para su primer estudio, reclutaron a hablantes de hebreo, hindi, húngaro, coreano y ruso, y les pidieron que enumeraran las palabras más vulgares y soeces de sus idiomas. Analizaron esas palabras y las compararon con “palabras de control” -es decir, palabras neutras que no se consideran palabrotas en cada idioma- y desglosaron sus sonidos consonánticos.

El único patrón discernible que pudieron encontrar entre las palabrotas fueron los sonidos ausentes en todas ellas: las aproximantes “l”, “r”, “w” y la “y”.

Para su segundo estudio, contaron con hablantes de árabe, chino, finés, francés, alemán y español. A los sujetos se les presentaron dos palabras en un idioma que no hablaban y se les pidió que eligieran la que creían que era la palabrota. (Los investigadores inventaron muchas de las palabras para esta parte del estudio, con base en palabras existentes en distintos idiomas).

Los participantes eran “significativamente menos propensos” a seleccionar las palabras con aproximantes cuando se les pedía que identificaran palabrotas, escribieron McKay y Lev-Ari.

Las palabrotas como “frick” y “darn” utilizan esos sonidos ausentes

Las palabrotas en todos los idiomas suelen carecer de esos sonidos aproximantes y, por tanto, son menos sonoras cuando se pronuncian. Un ejemplo profano es la palabra con “f”, que en inglés termina abruptamente, restringiendo el flujo de aire cuando se emite el sonido “k”.

McKay y Lev-Ari descubrieron que, curiosamente, cuando la gente intenta limpiar su lenguaje o sustituir las palabrotas por otras limpias similares, como “frick” o “darn”, reintroducen esos sonidos consonánticos ausentes.

Estas palabrotas se denominan “juramentos picados”, palabras que suenan de forma parecida a las palabrotas, pero que se diferencian notablemente de ellas.

“Descubrimos que la gente tiende a introducir estos sonidos en las palabrotas cuando quiere suavizarlas para la compañía educada”, explica McKay.

En cuanto a por qué los aproximantes no son adecuados para las palabrotas, McKay solo puede especular. Sin embargo, señaló que los humanos y otros animales emiten “sonidos ásperos y abrasivos cuando están angustiados” y sonidos suaves cuando están seguros y contentos.

“Puede que las personas asocien sonidos como ‘l’, ‘r’, ‘w’ y la ‘y’ con la calma, y por eso los perciban como inadecuados para expresar angustia o frustración”, dijo.

Según Lev-Ari y McKay, las palabrotas son poderosas: se utilizan para enfatizar, para escandalizar e incluso para tolerar el dolor. Resulta lógico que los hablantes de palabrotas eviten los sonidos consonánticos más fluidos, que se prestan mejor a palabras más melódicas que las maldiciones.