Los investigadores descubrieron el naufragio a una profundidad de unos 411 metros, detectándolo con imágenes de sonar. El equipo tiene previsto regresar en 2023 con un vehículo dirigido a control remoto para captar imágenes del lugar. Crédito: Cortesía NTNU/FFI

(CNN) – En el fondo del lago Mjøsa, el más grande de Noruega, descansa un naufragio de hace cientos de años en un estado casi perfecto, congelado en el tiempo.

La embarcación, con sus singulares postes de proa y tablas superpuestas, revela un momento de la historia marítima del lago y se calcula que data de entre los años 1300 y 1800.

Los investigadores descubrieron el naufragio mientras realizaban el proyecto Mission Mjøsa, cuyo objetivo es cartografiar el lecho del lago, de 363 kilómetros cuadrados utilizando tecnología de sonar de alta resolución.

El Norwegian Defence Research Establishment dirigió la misión dos años después de realizar varias inspecciones con vehículos dirigidos a control remoto, o ROV, de zonas del lago donde se habían vertido grandes cantidades de municiones. El lago es fuente de agua potable para unas 100.000 personas en Noruega, según la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, por lo que las municiones suponían un riesgo para la salud. El naufragio se descubrió durante la exploración del lago.

El proyecto Mission Mjøsa utiliza un sonar para cartografiar el lecho del lago y localizar municiones peligrosas. Crédito: Cortesía NTNU/FFI

“Esperaba que también se descubrieran naufragios mientras cartografiábamos los vertidos de munición, y así fue”, explica Øyvind Ødegård, investigador principal de Arqueología Marina de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología e investigador principal de la misión. “Simplemente se consideró que la probabilidad estadística de encontrar naufragios bien conservados era bastante alta”.

Posible buque medieval

El naufragio descubierto recientemente se encuentra a una profundidad de unos 411 metros y fue captado en imágenes de sonar, un sistema que utiliza pulsos de sonido para detectar y medir el área bajo la superficie del agua. Las imágenes revelaron que el barco medía 10 metros de eslora.

El entorno de agua dulce y la falta de actividad de las olas a esa profundidad mantuvieron el barco en perfectas condiciones, salvo por la corrosión de unos pocos clavos de hierro en cada extremo del barco. Para Ødegård, el desgaste del metal es un claro indicio de que el naufragio ha descansado en el lecho del lago durante bastante tiempo, ya que la corrosión tardaría cientos de años en producirse. Con el tiempo, el barco podría perder su estructura cuando todos los clavos se desintegren, dijo.

En la sección de popa de la embarcación hay indicios de que existe un timón central, elemento utilizado para el gobierno, que no suele aparecer antes de finales del siglo XIII. Combinando estas dos características, los arqueólogos calcularon que el barco no era anterior a 1300 ni posterior a 1850.

El barco parece haber sido construido con una técnica nórdica, en la que los tablones del cuerpo se superponen unos a otros. Este método se utilizó en la época vikinga para hacer el barco más ligero y resistente, y se conoce como “construcción clinker”.

Como el barco naufragado se encontró en medio del lago, Ødegård creía que se había hundido por el mal tiempo. Lo más probable es que el barco utilizara velas de forma cuadrada, añadió, que resultaban difíciles de navegar para los marinos atrapados en condiciones de viento extremo.

Historia de Noruega

La embarcación más antigua descubierta en aguas noruegas hasta la fecha es el barco de remos Sørum, hallado en las barreras de Bingen, en el río Glomma, y datado en el año 170 a.C. El naufragio, de casi 2.200 años de antigüedad, estaba relativamente bien conservado para tener miles de años.

“Los naufragios de madera pueden conservarse muy bien en agua dulce, ya que carecen de los organismos que suelen comerse la madera que se encuentran, por ejemplo, en el océano”, explica Ødegård. “Supongo que si vamos a encontrar vehículos intactos de la Edad de Hierro o medievales en Noruega, entonces (el lago Mjøsa) sería el lugar donde buscar, ya que es lo suficientemente grande como para haber tenido su propia historia marítima diferenciada con mucha navegación y comercio”.

Durante la época vikinga, el lago sirvió de gran ruta comercial, si bien no se saben todavía algunos datos de antes y durante estos tiempos, según Ødegård. “Sea cual sea la época, cualquier hallazgo nos ayudará a comprender mejor cómo fue el desarrollo de la tradición de construcción naval en un lago interior, en comparación con los países nórdicos”.

Más por explorar

Para cartografiar el fondo del lago, el equipo de investigación utilizó un vehículo submarino autónomo de última generación llamado Hugin, de la empresa tecnológica noruega Kongsberg Maritime. Según Ødegård, es la primera vez que se utiliza un equipo de este tipo en un entorno de agua dulce, y no se ha empleado mucho en la arqueología. Calificó el uso de Hugin en esta ocasión como un “lujo inusual”.

El vehículo submarino autónomo llamado Hugin (en la foto) se utiliza por primera vez en un entorno de agua dulce para estudiar el lecho del lago de Mjøsa, en Noruega. Cortesía NTNU/FFI

El último día de la exploración, los investigadores habían enviado un ROV para intentar captar imágenes del naufragio, pero tuvieron que abortar la misión debido al mal tiempo. Ødegård tiene previsto volver el año que viene para intentarlo de nuevo.

Mientras tanto, los investigadores siguen cartografiando el fondo del lago. Hasta la fecha, solo han cartografiado 39 kilómetros cuadrados y aún les queda mucho por hacer. Ødegård dijo que preve que se descubrirán más naufragios.

“Podríamos encontrar embarcaciones desde el inicio de la actividad humana en la zona. Podrían estar presentes y en buen estado”, dijo Ødegård. “No se puede descartar nada”.