(CNN) – Drew Griffin, galardonado corresponsal de investigación de CNN, conocido por conseguir que incluso los entrevistados más reticentes participaran en una historia, falleció el sábado tras una larga batalla contra el cáncer, según informó su familia. Tenía 60 años.
Dotado para contar historias, Griffin tenía una bien ganada reputación por pedir cuentas a personas e instituciones poderosas.
“La muerte de Drew es una pérdida devastadora para CNN y para toda nuestra profesión”, dijo el director ejecutivo de CNN, Chris Licht, en una nota al personal. “Periodista de investigación muy aclamado, el trabajo de Drew tuvo un impacto increíble y encarnó la misión de esta organización en todos los sentidos”.
Griffin trabajó en cientos de reportajes y múltiples documentales a lo largo de casi dos décadas en el equipo de investigación de CNN. Sus reportajes habían sido galardonados con algunos de los premios más prestigiosos del periodismo: Emmys, Peabodys y Murrows, entre otros.
“Pero a Drew le importaban más las personas que los premios”, dijo Licht.
Griffin tenía una ética de trabajo increíblemente fuerte, dijeron sus colegas. Mantuvo su enfermedad en secreto de la mayoría de sus compañeros de trabajo y había estado informando hasta el día de su fallecimiento.
Michael Bass, vicepresidente ejecutivo de programación de CNN, también compartió su admiración por Griffin en una nota dirigida al equipo de investigación este domingo.
“Intrépido y artero al mismo tiempo, sabía cómo llevar una historia hasta sus límites, pero también contarla de forma que todo el mundo la entendiera”, dijo Bass. “¿Cuántas veces ha perseguido a un entrevistado poco dispuesto? ¿Cuántas veces ha dicho la verdad al poder? ¿Cuántas veces marcó la diferencia en algo importante? Fue un honor ser su colega y ser testigo de su trabajo y de cómo cambió el mundo”.
Los reportajes de Griffin tuvieron un impacto significativo e impulsaron el cambio.
Dirigió una investigación de un año que reveló retrasos en la atención médica que contribuyeron a la muerte de pacientes en hospitales del Departamento de Asuntos de Veteranos de todo el país. Los reportajes del equipo condujeron a la dimisión del secretario del VA, a la que siguió la aprobación de legislación federal y un cambio fundamental en la forma de gestionar las citas de los veteranos.
En medio de su reportaje sobre el elevado número de denuncias de agresiones sexuales contra conductores de Uber, la empresa modificó su proceso de comprobación de antecedentes e introdujo nuevas funciones de seguridad en su aplicación. Tras la investigación de CNN, Uber anunció que eliminaría una política que anteriormente obligaba a las personas con denuncias de agresión sexual a someterse a arbitraje y les hacía firmar acuerdos de confidencialidad.
Patricia DiCarlo, productora ejecutiva de la unidad de investigación de CNN que trabajó junto a Griffin durante casi una década, dijo que era un escritor excepcional que elaboraba piezas en “convincentes, historias de televisión que hay que ver”.
“Cuando empieza una historia de Drew Griffin, sabes que va a ser genial”, dijo. “Su habilidad con las palabras le distinguía”.
El tenaz enfoque de Griffin hacia las historias más difíciles y su habilidad para conseguir que algunas de las figuras públicas más reacias se abrieran y dieran su versión de la historia subrayaban su sentido de la imparcialidad. Sin embargo, nunca perdía la oportunidad de interrogarles con preguntas difíciles.
La incisiva investigación de Griffin, galardonada con un Emmy, sobre las demandas por fraude contra la Universidad Trump en 2016 sacó a la luz las cuestionables tácticas, financieramente agotadoras, de una serie de seminarios inmobiliarios que dieron lugar a demandas colectivas por parte de los participantes. En una entrevista exclusiva, Griffin presionó a un antiguo instructor de la Universidad Trump sobre su papel en la estafa: no enseñaba estrategias inmobiliarias, sino que atraía a los participantes para que pagaran más seminarios: “Nosotros traíamos el dinero”, le dijo a Griffin.
Cuando persistió el negacionismo electoral, Griffin trabajó para disipar los mitos del fraude electoral generalizado, enfrentándose a uno de los mayores nombres de la desinformación: Mike Lindell, director general de MyPillow. Tras revisar las supuestas pruebas, Griffin se sentó con Lindell en una larga entrevista para evaluar sus afirmaciones y, en última instancia, expuso la verdad: Lindell no tenía “pruebas de nada”.
Hubo ocasiones, sin embargo, en las que Griffin, como todos los reporteros, no consiguió que sus entrevistados hablaran de inmediato, lo que dio lugar a memorables enfrentamientos ante las cámaras con funcionarios del gobierno, en particular.
Cuando Griffin se enteró del fraude rampante en el programa estatal de rehabilitación de drogas de California en 2013, presionó a los funcionarios a cargo para obtener respuestas. Finalmente localizó al director de la Agencia de Salud y Servicios Humanos de California, que intentó esquivar las preguntas de Griffin corriendo a un baño, que estaba cerrado con llave. La investigación de Griffin dio lugar a una investigación legislativa y a una disculpa pública del director del programa.
Más recientemente, el trabajo de Griffin tras el ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021 puso de manifiesto los peligros de los negacionistas electorales y fue citado en documentos judiciales por el Departamento de Justicia y la comisión selecta de la Cámara de Representantes que investigó la insurrección.
Aunque el periodismo de investigación era la base del trabajo de Griffin, a menudo saltaba a la cobertura de noticias de última hora, desde tiroteos masivos a huracanes devastadores. Uno de sus momentos más memorables en directo fue durante el huracán Harvey en 2017, cuando rescató a un hombre sacándolo de una camioneta que se hundía.
La seguridad en sí mismo, el trabajo duro y la tenacidad de Griffin hablaban por sí solos ante la cámara, pero era su amabilidad y compasión lo que le definía entre bastidores. Pocos de los presentes sabían que, tras esas duras entrevistas, Griffin solía escribir a mano notas de agradecimiento a quienes aparecían en un reportaje. Y, aunque muy reservado, Griffin se esmeraba en cerrar las grandes historias -algunas de las cuales le llevaron por todo el mundo- para poder volver a casa y pasar tiempo con su familia.
Sus colegas recuerdan al veterano periodista como un profesional amable y consumado que se tomaba el tiempo necesario para orientar a los reporteros más jóvenes, se preocupaba profundamente por su equipo y siempre estaba dispuesto a echar una mano.
DiCarlo comparó su tiempo de trabajo con Griffin con “ganar la lotería de la carrera”.
“Hay tanta gente que trabajaba con él y le quería. Es una pérdida devastadora”, dijo DiCarlo, reflexionando sobre el equipo de productores que trabajó estrechamente con Griffin en sus reportajes. “No había nadie como él. Éramos el equipo Drew”.
Natural de Chicago, Griffin comenzó su carrera periodística como reportero/camarógrafo de WICD-TV en Champaign, Illinois. Pasó temporadas trabajando para cadenas de televisión de Florida, Carolina del Sur, Carolina del Norte y Washington. Se convirtió en reportero de investigación cuando se incorporó a KIRO-TV en Seattle. Se incorporó a CBS 2 News en Los Ángeles en enero de 1994, donde trabajó como reportero y presentador y ayudó a crear el equipo de reportajes de investigación de la cadena y ganó varios premios locales.
Cuando no estaba buscando su próxima primicia, a su familia le gustaba viajar con su esposa Margot, tocar la trompeta o jugar al golf con los amigos. También adoraba a sus tres hijos, cuyos nombres estaban inspirados en los grandes del jazz: su hija Ele Gast, sus hijos Louis y Miles Griffin, y sus dos nietos.