(CNN) – Este viernes comenzó una reunión en línea entre los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y de China Xi Jinping.
En los comentarios de apertura transmitidos por la televisión rusa, Putin invitó a Xi a Moscú en la primavera de 2023.
Putin dijo que en el contexto de las crecientes tensiones geopolíticas, está creciendo la importancia de la asociación entre Rusia y China como factor estabilizador.
Dijo que las relaciones entre la Federación Rusa y China eran “las mejores de la historia y resistieron todas las pruebas”.
“Compartimos los mismos puntos de vista sobre las causas, el curso y la lógica de la transformación en curso del panorama geopolítico global”.
“Frente a presiones y provocaciones sin precedentes de Occidente, defendemos nuestras posiciones de principios y defendemos no solo nuestros propios intereses, sino también a todos aquellos que defienden un sistema verdaderamente democrático y el derecho de los países a determinar libremente su propio destino”, dijo Putin.
El líder ruso también señaló un crecimiento récord en el comercio, a pesar de las “condiciones de mercado desfavorables”, y dijo que alcanzarían la meta de aumentar la facturación comercial a US$ 200.000 millones antes de lo previsto.
Putin también dijo que Rusia y China fortalecerían la cooperación entre las fuerzas armadas.
“Tenemos la intención de fortalecer la cooperación militar y técnico-militar con China”, dijo Putin.
El estado de las relaciones entre Rusia y China
Moscú y Beijing se han acercado más en los últimos años, con Xi y Putin declarando que los dos países tenían una asociación “sin límites” semanas antes de que Rusia invadiera Ucrania en febrero.
Desde entonces, China se ha negado a condenar la agresión y, en cambio, ha culpado repetidamente del conflicto a la OTAN y a Estados Unidos, y sigue siendo uno de los principales partidarios restantes de Rusia a medida que se aísla cada vez más en el escenario mundial.
Pero más de 10 meses después de la guerra, el mundo se ve muy diferente, y la dinámica entre ambos socios ha cambiado en consecuencia, dicen los expertos.
En lugar de una rápida victoria anticipada, la invasión de Putin se ha tambaleado con numerosos reveses en el campo de batalla, incluida la falta de equipo básico. La moral en partes de Rusia es baja, y muchos civiles enfrentan dificultades económicas durante el crudo invierno.
El jueves, Rusia lanzó lo que los funcionarios ucranianos describieron como uno de los mayores bombardeos de misiles desde que comenzó la guerra en febrero, con explosiones que sacudieron pueblos y ciudades de Ucrania, dañaron la infraestructura civil y mataron al menos a tres personas.
Los funcionarios ucranianos han estado advirtiendo durante días que Rusia se está preparando para lanzar un asalto total a la red eléctrica para cerrar el 2022, hundiendo al país en la oscuridad mientras los ucranianos intentan recibir el Año Nuevo y celebrar las vacaciones de Navidad, que para el cristianos ortodoxos del país cae el 7 de enero.
“China está ansiosa por que (la guerra) termine”, dijo Yun Sun, director del Programa de China en el centro de estudios Stimson Center, con sede en Washington.
“Xi intentará enfatizar la importancia de la paz para Putin”, agregó. “A medida que Rusia se impacienta con la falta de progreso en el campo de batalla, a los ojos de China está madurando el momento para las conversaciones de paz”.
China también está cada vez más aislada en su postura hacia Rusia, dijo Alfred Wu, profesor asociado de la Escuela de Políticas Públicas Lee Kuan Yew de la Universidad Nacional de Singapur.
Wu señaló al primer ministro indio, Narendra Modi, como un ejemplo de actitudes más duras hacia la guerra de Rusia.
Si bien India no ha condenado la invasión de Moscú de manera rotunda, Modi le dijo a Putin en septiembre que ahora no era el momento de la guerra y lo instó a avanzar hacia la paz.
Ese cambio significa que China ahora está más sola en su relación con Rusia, otra razón por la que Xi podría estar ansioso por ver una resolución rápida, dijo Wu.
Xi ya había mostrado indicios de impaciencia cuando se reunió por última vez con Putin en septiembre en una cumbre regional en Uzbekistán. En ese momento, Putin admitió que Beijing tenía “preguntas y preocupaciones” sobre la invasión, en lo que parecía ser una admisión velada de sus puntos de vista divergentes.
Pero, dicen los expertos, la situación interna de China también ha cambiado significativamente en los meses posteriores, lo que podría requerir un enfoque diferente de Putin esta vez.
Actualmente, el país está luchando contra su peor brote de covid después de abandonar finalmente su estricta política de cero covid, con restricciones relajadas y fronteras parcialmente reabiertas. El cambio de sentido se produjo después de una ola de protestas sin precedentes en todo el país en oposición al covid cero, que en algunos casos se expandió para incluir quejas más amplias contra Xi y el gobernante Partido Comunista.