(CNN) – Partes de California, asoladas por años por sequías, se enfrentan a una amenaza de poderosas tormentas en el comienzo del nuevo año, que traen lluvias torrenciales e incluso flujos de lodo y escombros al estado.
Se espera que la última de la serie de tormentas llegue a la costa este miércoles por la mañana, y aunque todo el estado sufrirá los impactos para el final de este jueves, es probable que el norte de California y el área de la Bahía de San Francisco experimenten lo peor del fenómeno.
La “bomba ciclónica” que se encuentra sobre el océano Pacífico —llamada así por la rapidez con la que se intensifica en un corto período de tiempo—, provoca una serie de frentes tormentosos en la costa oeste. Estos frentes están siendo alimentados con humedad tropical proveniente de un potente río atmosférico que se extiende hacia el oeste hasta Hawai.
Si bien las condiciones húmedas prolongadas proporcionarán cierto alivio a las condiciones de sequía, la lluvia ha resultado ser mucha en un periodo corto de tiempo.
Según el Servicio Meteorológico Nacional, la tormenta podría causar inundaciones más generalizadas, derrumbe de carreteras, derrumbe de laderas, árboles caídos, cortes de energía importantes, “interrupción inmediata del comercio y, lo peor de todo, la probable pérdida de vidas humanas”.
“Es realmente brutal lo que estamos viendo y debe tomarse en serio”, agregó la oficina del Área de la Bahía de NWS.
Las tormentas son llamadas “ríos atmosféricos” porque funcionan esencialmente como una cinta transportadora de humedad concentrada en la atmósfera que emerge de las cálidas aguas del océano Pacífico. Una tormenta de ese tipo desató lluvias, inundaciones mortales, flujos de escombros y vientos huracanados, particularmente en el norte de California, incluida el Área de la Bahía, durante el fin de semana.
Todo está sucediendo en el contexto de una megasequía causada por el cambio climático que lleva años y que drenó los embalses del estado y provocó la escasez de agua. En ese contexto, las tormentas actuales marcan la llegada de la lluvia y la nieve que tanto se necesitan en el estado. Pero Daniel Swain, científico climático de la Universidad de California en Los Ángeles, dijo que no serán suficiente para borrar el déficit de décadas que ha provocado la sequía implacable.
“Esto realmente ayudará mucho con la sequía a corto plazo del norte de California, tal vez incluso a borrar esas condiciones de sequía a corto plazo, pero se necesitará mucho más para superar por completo los impactos de la sequía a largo plazo y de varios años”. dijo Swain, enfatizando que el evento atmosférico del miércoles será una “tormenta de alto impacto”.
Estos cambio drásticos entre los períodos de sequía y de altas precipitaciones, o los latigazos del clima, pueden ocurrir con más frecuencia y volverse más intensos en un clima cuya temperatura sube rápidamente. Los científicos dicen que las posibilidades de que ocurran estas transiciones repentinas en California serán mucho mayores mientras los humanos continúen bombeando gases que calientan el planeta.
“Las dos caras de la misma moneda”
Los investigadores del clima afirman que la sequía de oeste del país se ha trasladado a un territorio histórico debido a una mezcla entre la falta de precipitaciones, las temperaturas más altas y un aumento en la demanda de evaporación, también conocida como la “sed de la atmósfera”.
A medida que los pozos se secan y los embalses se vacían, Julie Kalansky, climatóloga del Instituto Scripps de Oceanografía en San Diego, dijo que estas tormentas son dramáticamente más necesarias que nunca para aliviar la sequía, a pesar de los peligros que traen en algunas áreas.
“Son las dos caras de la misma moneda: pueden ser extremadamente beneficiosos porque aportan gran parte del suministro de agua de California o incluso pueden acabar con la sequía”, dijo Kalansky a CNN. “Pero cuando se extienden en el tiempo, se vuelven demasiado fuertes y el paisaje no tiene la oportunidad de absorber toda la lluvia, pueden causar estas inundaciones”.
Este invierno ya está dando algunas señales de respiro para un estado que todavía se encuentra casi en su totalidad en condiciones de sequía. Grandes embalses en el norte de California, incluidos los lagos Shasta y Oroville, se están reponiendo lentamente. Mientras tanto, embalses más pequeños como la presa Folsom vieron un aumento de aproximadamente más de 12 metros de agua en tres días.
Swain dijo que las tormentas habrán mejorado en gran medida las condiciones de sequía del norte de California a corto plazo. Pero a largo plazo, dijo que el cambio climático ya está dejando su huella y que se necesitaría mucho más que un año excepcionalmente húmedo: se necesitarán varios años húmedos consecutivos y condiciones más frías para acabar con esta sequía.
“En un clima más cálido, la gravedad de las sequías en lugares como el suroeste y California está siendo impulsada por la creciente demanda de evaporación”, dijo. “Esencialmente, la atmósfera requiere más agua a medida que aumentan las temperaturas, por lo que en realidad necesitaría más precipitaciones de las que solía tener para equilibrar esa situación, y en este momento no estamos experimentando más precipitaciones de las que solía haber en el pasado”.
Sequía persistente con periodos de lluvias excesivas
Un río atmosférico promedio transporta más de 20 veces el agua que transporta el río Mississippi, pero en forma de vapor. California es propensa a las inundaciones por estas tormentas a medida que llegan al océano Pacífico, y ya han habido grandes inundaciones debido a esto. Sin embargo, el cambio climático está complicando el escenario aumentando el territorio y la cantidad de personas —millones— que se podrían ver afectadas.
Las precipitaciones en partes de California excedieron los 20 centímetros durante el fin de semana, cuando la última tormenta atravesó el estado. Oakland tuvo su día más lluvioso el 31 de diciembre cuando cayeron 12 cm de lluvia, y San Francisco marcó su segundo día más lluvioso con 14 cm, casi la mitad de su lluvia promedio del mes de diciembre.
Un estudio de 2022 escrito por Swain encontró que el cambio climático ya duplicó las posibilidades de que ocurra una megainundación desastrosa en California en las próximas cuatro décadas, una tormenta diferente a cualquier cosa que alguien vivo haya experimentado.
Y aunque la reciente serie de tormentas aún no son todo lo grande que podría ser, el estudio pinta una imagen de lo que el estado podría enfrentar como consecuencia del calentamiento del planeta.
“No hemos visto megainundaciones, pero definitivamente sí hay indicios de precipitaciones cada vez más extremas incluso en medio de un período caracterizado por una sequía bastante severa y persistente”, dijo Swain.
Sin embargo, y a pesar de este comienzo de año húmedo, vale la pena señalar que el año pasado fue en términos relativos mucho más húmedo en esta época, y aún así el estado estuvo sumido en una sequía durante el resto de 2022.
“Las formas de las sequías está cambiando”, dijo Swain. “Es cada vez más fácil entrar en una sequía, incluso después de un invierno muy húmedo, con apenas esa creciente demanda de evaporación y veranos más calurosos”.
“Las sequías de varios años se verán diferentes de lo que solían ser”, dijo.
Brandon Miller de CNN contribuyó a este informe.