CNNE 1122820 - ¿redes sociales en la edad de piedra?
En la edad de piedra los humanos se comunicaban con collares, según experta
00:44 - Fuente: CNN

(CNN) –  Unos arqueólogos alemanes descubrieron algunas de las pruebas más antiguas del uso de prendas de vestir: unas marcas de corte recién descubiertas en la pata de un oso de las cavernas sugieren que estos animales prehistóricos fueron despellejados por su piel hace unos 300.000 años.

Detalle de las precisas y finas marcas de corte en el hueso de la pata del oso de las cavernas. Crédito: Volker Minkus

El descubrimiento de Schöningen, en el norte de Alemania, es interesante porque, a pesar de las representaciones de hombres y mujeres de las cavernas cubiertos de pieles en la cultura popular, se sabe muy poco sobre cómo vestían los primeros humanos y cómo sobrevivían a los duros inviernos.

La piel, el cuero y otros materiales orgánicos no suelen conservarse más de 100.000 años, lo que significa que las pruebas directas de la vestimenta prehistórica son escasas.

Los osos de las cavernas podían llegar a medir más de tres metros. Crédito: Benoît Clarys

“El estudio es significativo porque sabemos relativamente poco sobre cómo se protegían de los elementos los humanos en el pasado profundo. De este período tan temprano, solo quedan un puñado de sitios arqueológicos que muestren evidencias del desollado de osos, siendo Schöningen el que ofrece la imagen más completa”, explica Ivo Verheijen, autor del estudio y estudiante de doctorado en la Universidad de Tubinga, Alemania.

Los osos de las cavernas eran animales grandes, del tamaño de un oso polar, que se extinguieron hace unos 25.000 años. El pelaje del oso de las cavernas, que tiene pelos largos exteriores que forman una capa protectora aireada y pelos cortos y densos que proporcionan un buen aislamiento, era adecuado para confeccionar prendas de vestir sencillas o ropa de cama, según el estudio publicado en la revista académica Journal Of Human Evolution el 23 de diciembre.

La ropa probablemente consistía en pieles que se envolvían alrededor del cuerpo sin una confección elaborada. Las agujas con ojo necesarias para coser diseños más intrincados no aparecieron en el registro arqueológico hasta hace unos 45.000 años.

Impresión artística de seres humanos de la Edad de Piedra vistiendo pieles de oso de las cavernas para protegerse del frío. Crédito: Benoît Clarys

“Encontramos las marcas de corte en elementos de las manos/pies donde hay muy poca carne o grasa en los huesos, lo que descarta que las marcas de corte procedan del descuartizamiento del animal”, explicó Verheijen por correo electrónico.

“Por el contrario, en estos lugares, la piel está mucho más cerca de los huesos, lo que hace inevitable marcar el hueso al desollar un animal”.

El sitio de Schöningen, en Alemania, es famoso sobre todo por el descubrimiento de las armas de madera más antiguas que se conocen: nueve arpones, una lanza y dos palos, que se utilizaban para matar presas hace 300.000 años.

Resulta difícil determinar con exactitud cuándo empezó a utilizarse la vestimenta.

El hueso de la pata de oso de las cavernas presentaba detalladas marcas de corte. Crédito: Volker Minkus

Los estudios genéticos en piojos indican que los piojos de la ropa divergieron de sus antepasados que se encuentran en el cuero cabelludo humano hace al menos 83.000 años y posiblemente hace 170.000 años, lo que sugiere que los humanos vestían ropa antes de las grandes migraciones fuera de África.

Las herramientas óseas halladas en lo que hoy es Marruecos sugieren que los humanos procesaban pieles de animales hace entre 90.000 y 120.000 años.

“Hemos descubierto numerosos restos de otros animales con marcas de corte en Schöningen, como caballos y uros, con marcas de corte relacionadas con el desollado. Sin embargo, las propiedades altamente aislantes de las pieles de oso, junto con el hecho de que las pieles son más flexibles cuando se tratan adecuadamente, hace que las pieles de oso sean mucho más adecuadas para la ropa que las de otros grandes herbívoros”, dijo Verheijen.

El clima en el sitio hace 300.000 años era “más o menos similar al actual”, con temperaturas medias entre 2 grados más cálidas y 2 grados más frías que hoy, añadió Verheijen.