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(CNN Español) – Luego de arrasar en su país con el género urbano, el cantante español Omar Montes regresa a sus orígenes flamencos.

Fue una movida que cuestionaron algunos e impresionó hasta a los más puristas del género.

“Muchos de ellos [los puristas] me han dicho que es el mejor disco que se ha hecho hasta la fecha y otros me han dicho que es que no se lo pueden creer que de mi venga esa obra de arte y que va a revolucionar el flamenco”, cuenta Omar Montes a Zona Pop CNN sobre su segundo álbum de estudio, “Quejíos de un maleante” (Sony Music Latin).

Para él estaba clara la dirección que quería tomar. Esos 15 “quejíos” de los que Montes canta en la producción es su vida, es su historia, desde las sombras en las que creció hasta llegar a ser uno de los cantantes más reconocidos actualmente en España.

Y para mostrar sus entrañas y hablar de su vida tenía que explorar el sonido que lleva en su sangre gitana.

“Yo vengo del flamenco más jondo”, cuenta Montes. “En mi familia siempre se ha cantado flamenco en las fiestas y es como un ritual para nosotros”, recuerda el cantante.

Montes quiso aprovechar lo que él llama es el altavoz que consiguió a través del reguetón para poder llevar sus orígenes a una audiencia global.

“Después de haber pegado tantos reguetones en mi país, hasta ser el número uno del streaming anual, pues dije: bueno, si yo consigo mi objetivo con reguetones, quizás si yo aporto parte de mi cultura también, puedo intentar… Como ahora tengo un gran altavoz y el flamenco de momento se está quedando solo en España, ¿por qué no utilizar mi altavoz para que se escuche en los demás países?”, dice.

Omar Montes llevó sus “quejíos” hasta Atlanta

Si algo tenía claro Omar Montes es que para llevar los palos que conforman la producción (rumbas, bulerías, fandangos, sevillanas y tangos) a una audiencia más global, debía sacar esos sonidos de España.

Y el lugar de aterrizaje para toda esa música tan pasional fue uno muy inesperado. Llevó el flamenco a Atlanta, con productores estadounidenses, en cuyo verbo musical no existían estos ritmos, sino el trap propio de la ciudad.

“Al principio alucinaron, se les iba la olla, me decían ¿cómo quieres que [nos] metamos [allí]?”, recuerda Montes la reacción de sus productores en Atlanta.

La propuesta del español fue unir los sonidos del trap con los del flamenco y de esta forma llegar a un público que quizás no está tan familiarizado con el género.

“Mi propuesta era meter sonidos de trap al cante muy jondo gitano, al flamenco más jondo. A ellos les volaba la cabeza porque escuchaban eso, incluso al compás no sabían llegarle bien, porque las bulerías es un tres por cuatro y no va por reguetón”, cuenta Montes a Zona Pop CNN.

“No quería el flamenco fino, tan artístico”, explica Montes. “Yo quería llevarlo al máximo exponente y quería que sonara como una canción producida a lo mejor por Metro Boomin, o de repente por un americano que suenan los temas súper gordos con esos bombos y esos bajos que meten ellos, súper agresivo”, agrega.

Inevitablemente hubo un choque cultural entre los estadounidenses y el español, uno que los llevó a expandir sonidos de lado y lado.

“Yo les tuve que enseñar la métrica, decirle que va al golpe. Al final es una cosa que la gente que estudia lo entiende, pero para el que solo lo hace de oído le resulta muy complicado el flamenco. Y hasta que pudieron llegarle al proyecto y tal pasaron, pasaron meses”, explica Montes.

En concreto fueron aproximadamente seis meses que le tomó a Omar Montes y sus productores llegar al sonido que él quería.

“Nos han enseñado otra forma de ver el flamenco, como intentar llevarlo un punto más allá y comercializarlo para lugares también americanos. Que no solo se quede en España”, dice el cantante.

La influencia de Atlanta en el disco

Quienes no hayan visitado Atlanta quizás no se imaginan la identidad sonora de la ciudad. De ese lugar han salido artistas como Ludacris, Gucci Mane, Migos, OutKast, Lil Jon, Usher, Ciara, TLC, entre muchos otros.

Se trata de un lugar muy musical. En sus calles se escucha el beat propio del trap, del hip hop, y esas influencias, en específico los bajos del trap, logran colarse a la perfección en “Quejíos de un maleante”.

“El bajo que hacemos en el flamenco es con un bajo tocado orgánico, pero el bajo que yo le metí algunos temas de flamenco es un 808 de trap que sacamos de Atlanta, de unos productores potentes de allí”, dice Omar Montes.

Y decantarse por Atlanta fue una dulce coincidencia. Su llegada a la ciudad fue gracias a la dueña de una compañía chocolatera.

“La dueña de Ferrero Rocher tenía una casa allí y tenía buenas conexiones con productores de allí que son una eminencia y me dijo que podía ponerme en contacto con ellos, que ellos me podrían ayudar mucho para los nuevos sonidos que yo quería buscar para mi disco”, explica.

“Quejíos de un maleante” está disponible en las principales plataformas de streaming.