Stockton, California (CNN) – Su cuerpo está plagado de cicatrices de balazos y metralla. Justo debajo de la piel de su cintura y pecho hay dos trozos alojados de munición. Sin embargo, Natasha LaTour sigue viva: se cree que es la única sobreviviente de un presunto asesino en serie.
Entre 2021 y 2022, siete hombres murieron baleados en varios lugares de Oakland y Stockton, California, en ataques nocturnos que dejaron a los residentes en vilo. El hombre acusado de asesinar a estos hombres, Wesley Brownlee, también habría atacado a LaTour.
Se espera que Brownlee, acusado de siete cargos de asesinato y uno de intento de asesinato, entre otros cargos, comparezca ante el tribunal para declarar el 17 de enero. Su abogado no respondió inmediatamente a la solicitud de comentarios hecha por CNN.
En una entrevista con CNN, una efervescente LaTour, que hablaba a mil por hora, regresó al lugar donde escapó por poco de la muerte para relatar los detalles de su tiroteo, la posterior respuesta de la policía y hablar de sus planes para seguir adelante.
Mientras vivía en Stockton, en abril de 2021, LaTour era adicta a la metanfetamina, vivía en la calle y recogía latas de refresco para ganar el dinero suficiente para sobrevivir, dijo.
Alrededor de las 3 de la madrugada de la noche del 16 de abril, mientras se encontraba oculta entre arbustos crecidos cerca de las vías del tren y de una calle de un solo sentido, el crujido de unos pasos sobre grava rocosa detrás de ella rompió el silencio previo al amanecer.
Sobresaltada, LaTour se dio la vuelta y vio una figura oscura con una pistola apuntándole directamente.
“Creo que me eligió a mí porque estaba sola”, dijo sobre el atacante, al que describió como vestido con ropa oscura y con la cara oculta por una máscara. Aunque no recuerda haber oído ningún disparo, LaTour recuerda claramente haber visto el fogonazo de la pistola y haberse dado cuenta de que le habían disparado.
“Fue como si alguien te estuviera tirando canicas o algo así… con pequeños golpes”, dijo. “Luego viene el ‘Oh, Dios mío, ya está’. Hay una quemadura abrasadora, y luego viene el dolor”.
LaTour dijo que no sabe exactamente cuántas veces le dispararon, dadas las cicatrices de las balas y la metralla, pero cree que entre ocho y diez.
Con heridas desde la clavícula y el hombro hasta la cadera, LaTour luchaba por respirar mientras caía al suelo.
Tumbada en el frío aire de la noche, sintiendo la sangre brotar de su abdomen, LaTour recordó que en ese momento vio la luz. “Solo había una voz que me escuchaba: Jesús”, dijo. “Nunca lo vi, pero lo sentí”.
LaTour consiguió desplazarse lentamente sobre su espalda más de 18 metros por el suelo rocoso hasta que por fin llegó a la calle. Subió una pequeña pendiente con la esperanza de que la viera algún auto, pero dijo que tenía miedo de mover los brazos porque, con cada movimiento, “sentía que salía más sangre”.
Finalmente, alguien la vio y pidió ayuda.
Cinco minutos después, llegaron agentes de la Policía de Stockton, según muestra un informe del incidente, seguidos poco después por una ambulancia. LaTour recuerda que la ambulancia tuvo que esperar a que pasara un tren para que pudieran subirla y llevarla al centro de traumatología más cercano. Dice que entonces perdió el conocimiento y se despertó cuatro días después en el hospital. LaTour dijo que seguía sintiendo la presencia de Jesús a su lado.
Después de otra semana en el hospital, y meses de recuperación de las graves lesiones en la clavícula, hombro, pulmón, hígado, e incluso daños en los nervios, LaTour dice que su “sobriedad forzada” rápidamente se convirtió en “sobriedad sin esfuerzo”.
También encontró el perdón para su presunto agresor.
“Perdono plenamente a Wesley Brownlee”, dijo LaTour, pero “no digo que debas confiar en dejarme en una habitación con él”, añadió. “He intentado odiarlo. Dios no me lo permite”.
Pero LaTour admite que le cuesta más perdonar a los agentes que, según ella, no investigaron adecuadamente su caso. La mujer afirmó a CNN que se sintió ignorada por la Policía tras el tiroteo, diciendo que “la única declaración que me tomaron fue cuando estaba muriendo a mitad de la calle”.
Un año y medio después del tiroteo a LaTour, la Policía de Stockton había relacionado seis homicidios y buscaba activamente a un sospechoso. El jefe Stanley McFadden pidió pistas al público y ofreció una cuantiosa recompensa para identificar al responsable de los asesinatos que tuvieron en vilo a la región y acapararon la atención nacional.
Entonces, el Departamento de Policía difundió una oscura imagen de vigilancia de una persona de interés que LaTour reconoció. “Parecía que le colgaba la ropa. También tenía ese aspecto la noche del tiroteo”, dijo. LaTour dijo a la Policía que la imagen se parecía a su atacante, dijo.
Aproximadamente dos semanas después, Brownlee estaba siendo vigilado por la policía a altas horas de la noche, dijo la Policía de Stockton. Brownlee parecía estar “cazando” y “en una misión para matar”, dijo McFadden a mediados de octubre, después de que Brownlee fuera puesto bajo custodia. “Estamos seguros de que detuvimos otra matanza”, dijo el jefe de Policía al anunciar la detención.
Poco después, Brownlee fue acusado de tres cargos de asesinato. Dos meses después, la Fiscalía del Condado de San Joaquín añadió otros cinco cargos: cuatro más de asesinato y, por el tiroteo contra LaTour, de intento de asesinato.
La balística demostró ser un hilo conductor en varios de los asesinatos, según la Asociación de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de California, que dijo en octubre que las autoridades tenían “un alto grado de confianza en que se utilizó la misma arma de fuego en tres de los homicidios recientes”.
Según los documentos de acusación, Brownlee está acusado de matar a un hombre el 10 de abril de 2021 y a otro el 16 de abril, la misma noche en que dispararon a LaTour.
Los agentes no realizaron ningún seguimiento con ella durante su estancia de 12 días en el hospital, dijo LaTour. Cuando LaTour buscó al agente investigador en las semanas posteriores al tiroteo, este le indicó que el arma utilizada en el tiroteo estaba relacionada con un homicidio ocurrido en abril de 2021.
Dada su comunicación con el agente y su creencia de que solo era un objetivo de oportunidad, LaTour sospecha que la Policía sabía desde el principio que un asesino en serie andaba suelto. También cree que la Policía sabía que su tiroteo estaba relacionado con al menos otro y que si hubieran investigado adecuadamente, se podrían haber salvado otras vidas.
De los siete hombres que Brownlee está acusado de asesinar, cinco de ellos murieron después de que LaTour fuera baleada, según los documentos de acusación. “Todos los que murieron después de mí no tenían por qué hacerlo”, dijo LaTour.
Joe Silva, funcionaria de Información Pública del Departamento de Policía de Stockton, se negó a comentar directamente sobre las acusaciones de LaTour, citando el caso criminal pendiente contra Brownlee. Silva y el jefe de la Policía de Stockton, McFadden, ofrecieron a LaTour una disculpa privada en relación con la investigación de su caso.
“El jefe y yo nos disculpamos con ella y la razón de ello fue porque ella es una víctima de un crimen violento y le ofrecimos una disculpa a causa de un seguimiento que no se llevó a cabo durante su investigación”, dijo Silva.
LaTour dijo que la disculpa de McFadden y Silva se produjo durante una vigilia en honor de las víctimas. Según Silva, el agente que investigó su caso salió del departamento para trasladarse a otro organismo.
Todavía atormentada por las pesadillas sobre el incidente, LaTour está interesada en dedicarse a la defensa de las víctimas, con la esperanza de poder ayudar a encontrar formas de facilitar la recuperación de otras víctimas de delitos. LaTour está especialmente interesada en garantizar que a las víctimas se les ofrezcan comunicaciones oportunas sobre sus casos y, especialmente a las que no tienen seguro médico, se les ayude con la atención sanitaria oportuna, incluida la fisioterapia y el tratamiento de salud mental.
“No estoy enojada por el tiroteo, estoy enojada por lo que tengo que pasar”, dijo. Por encima de todo, LaTour dice estar agradecida por no haber perdido la vida, por haber encontrado a Dios y por la oportunidad de ayudar a los demás.
“La mejor forma de mostrar gratitud es estar sobria”, añade. Veinte meses después del tiroteo, sigue limpia.
“Nunca volveré [a consumir]”, prometió. “Jamás. Jamás. Nunca”, insistió, firme en sus creencias. “Me siento honrada de que Dios me utilice para lo que sea su voluntad. Dios es genial. En serio, es el mejor”, dijo.