(CNN Español) – Autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y un grupo de comerciantes, guías de turistas y ejidatarios de localidades aledañas a la zona arqueológica de Chichén Itzá, en la península de Yucatán, en el sureste de México, acordaron este miércoles reabrir los accesos de ese importante sitio tras diez días de bloqueos para denunciar irregularidades en la gestión del encargado del lugar, así como violaciones de sus derechos como descendientes de la tribu maya.
“Atendiendo a la vinculación con las comunidades en el entorno, pudimos llegar a acuerdos para que se levantaran algunos bloqueos que estaban impidiendo la llegada de turistas a la zona arqueológica, la más visitada de México”, informó este jueves Diego Prieto, director del INAH, durante la conferencia de prensa del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Este miércoles, el INAH dijo en un comunicado que “luego de establecer una mesa de diálogo con manifestantes y artesanos de las localidades de Pisté y Xcalacoop, se lograron compromisos necesarios para la pronta liberación de los accesos a la zona arqueológica”.
El documento precisó que el convenio se logró con la coordinación del INAH con la Secretaría de Gobernación, la Secretaría del Bienestar, la Secretaría de Cultura y el Fondo Nacional del Fomento al Turismo.
Los bloqueos a la zona arqueológica de Chichén Itzá comenzaron el 2 de enero, cuando un grupo interrumpió dos carreteras que conducen al sitio prehispánico, que con unos 7.000 turistas diarios y unos 2,6 millones al año es considerado el más visitado del país, según datos del INAH.
Los manifestantes denunciaban irregularidades en la administración del director de la zona arqueológica, Marco Antonio Santos, quien presuntamente atenta contra los usos y costumbres de esa comunidad indígena, y que entre otras acciones, les prohibía la venta de artesanías afuera del sitio.
“La gente tenía el permiso de ir a Chichén y vendía, incluso había gente que vivía dentro de Chichén, toda esa gente fue removida y nos han ido alejando de la zona arqueológica para ir agarrando terreno”, dijo a CNN la activista Elda Castañeda.
Por su parte, Santos se refirió a las críticas en su contra y dijo que “la inconformidad de estos días no es de la comunidad en su totalidad, son pequeños grupos de intereses muy particulares y, en el fondo, tiene que ver con temas económicos, pero también políticos”.
El INAH dijo en el comunicado del 2 de enero que “las protestas impugnan el ordenamiento emprendido hace más de una década para el buen funcionamiento de la zona” y apuntó que, respecto al comercio informal que ha invadido el área, buscan que los artesanos ejerzan sus funciones, pero sin afectar la experiencia del visitante.
La ciudad prehispánica de Chichén Itzá fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1988 por la Unesco y Maravilla del Mundo en 2007.