Familia de la Edad del Bronce cosechando grano, representada por el artista Nikola Nevenov.

(CNN) — Si querías aferrarte a tu tierra en la Edad del Bronce en Grecia, casarte con un primo o prima no era nada grave.

Un equipo de investigadores internacionales, que se dedica a analizar genomas de restos humanos antiguos , descubrió que a diferencia de otras sociedades europeas de la época los primos hermanos de la Creta minoica y la Grecia micénica se casaban con frecuencia entre sí.

Expertos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania, junto a un equipo internacional de socios, analizaron más de 100 genomas de personas de la Edad del Bronce en el Egeo.

El equipo detrás del estudio, que se publicó este lunes en la revista científica Nature Ecology & Evolution, dice que sus hallazgos proporcionan “percepciones interesantes” sobre el orden social de la Edad del Bronce en el Egeo.

Al analizar el ADN de personas enterradas en una tumba bajo el patio de una casa en una aldea micénica, en la parte continental de Grecia, los investigadores lograron reconstruir el árbol genealógico de sus habitantes desde el siglo XVI a.C.

El arqueólogo Philipp Stockhammer, uno de los autores principales del estudio, le dijo a CNN: “Queríamos ver cómo las personas enterradas juntas estaban relacionadas genéticamente y qué se podía aprender sobre la relevancia de la relación genética para la estructura de la sociedad”.

“Conseguimos construir el primer pedigrí familiar del Mediterráneo. Podemos observar quiénes vivían juntos en esta casa al mirar quién estaba enterrado afuera en el patio.

“Pudimos ver, por ejemplo, que los tres hijos vivían como adultos en esta casa. Uno de los cónyuges trajo a su hermana y un niño. Es un grupo muy complejo de personas que viven juntas”, añadió.

Aún más sorprendente fue el descubrimiento de que alrededor de la mitad de los que vivían en las islas se casaron con sus primos, mientras que la proporción en la parte continental era de alrededor de un tercio.

“No es 100%, pero no todos tienen un primo”, dijo Stockhammer.

“Las personas han estudiado miles de genomas ancestrales y apenas existe evidencia del matrimonio entre primos en sociedades del pasado. Desde una perspectiva histórica, esto es realmente sobresaliente”, agregó.

Stockhammer y sus colegas creen que tales uniones se debían a la economía, para evitar la división las tierras familiares.

Explicó: “Todo el motor es unir la tierra dentro de la familia. Si observas lo que la gente estaba cultivando, eran uvas y también aceitunas para el aceite de oliva, pero es posible que tanto las uvas como las aceitunas deban estar en un lugar determinado durante décadas”.

“Si te casas dentro de tu misma familia significa que te enfocas en permanecer en la misma área”.

También señaló que, por el contrario, en otras partes de la Europa de la Edad del Bronce, las mujeres con frecuencia viajaban cientos de kilómetros para casarse. Los recursos en esas áreas habrían sido más abundantes, explicó.

“En Grecia, no hay mucho espacio para cultivar cosas y las cosas que plantas necesitan décadas para crecer”, destacó.

“Podemos ver completamente el matrimonio entre primos a partir de la evidencia genómica. Hay demasiadas personas haciéndolo para decir que es pura casualidad, pero no es 100%. Yo diría que fue una práctica bastante estricta”, añadió.

“Es una regla no escrita porque todo el mundo lo ha hecho”.

Stockhammer explicó la importancia del descubrimiento. En ese sentido dijo: “Con este conocimiento, básicamente nos vemos obligados a repensar las organizaciones sociales en este período y las sociedades que estaban detrás de estas increíbles obras de arte y arquitectura.

“Es una sociedad en la que tenemos registros escritos sobre las administraciones del palacio, pero ahora podemos decir algo sobre la gente normal”.