(CNN) – Los residentes más ricos del mundo se han vuelto mucho más ricos, mucho más rápido que todos los demás durante los últimos dos años.
El 1% más rico capturó casi el doble de riqueza nueva que el resto del mundo durante ese período, según el informe anual sobre desigualdad de Oxfam, publicado este domingo. Su fortuna se disparó en US$ 26 billones, mientras que el 99% restante solo vio aumentar su patrimonio neto en US$ 16 billones.
Y la acumulación de riqueza de los superricos se aceleró durante la pandemia. Mirando la última década, obtuvieron solo la mitad de toda la nueva riqueza creada, en comparación con dos tercios durante los últimos años.
El informe, que se basa en datos recopilados por Forbes, está programado para coincidir con el inicio de la reunión anual del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, una cumbre de élite de algunas de las personas más ricas y líderes mundiales.
Mientras tanto, muchos de los menos afortunados batallan todos los días. Unos 1.700 millones de trabajadores viven en países donde la inflación supera los salarios. Y la reducción de la pobreza probablemente se estancó el año pasado después de que la cantidad de pobres en el mundo se disparó en 2020.
“Mientras que la gente común hace sacrificios diarios en lo esencial como la comida, los superricos han superado incluso sus sueños más salvajes”, dijo Gabriela Bucher, directora ejecutiva de Oxfam Internacional. “Apenas dos años después, esta década se perfila como la mejor hasta ahora para los multimillonarios: un gran auge de los años 20 para los más ricos del mundo”.
Las fortunas de los multimillonarios
Aunque sus riquezas han disminuido un poco durante el año pasado, los multimillonarios alrededor del mundo siguen siendo mucho más ricos que al comienzo de la pandemia.
Su patrimonio neto asciende a US$ 11.900 billones, según Oxfam. Si bien eso es casi US$ 2 billones menos que a finales de 2021, todavía está muy por encima de los US$ 8.600 billones que tenían los multimillonarios en marzo de 2020.
Los ricos se están beneficiando de tres tendencias, dijo Nabil Ahmed, director de justicia económica de Oxfam América.
Al comienzo de la pandemia, los gobiernos mundiales, en particular los países más ricos, invirtieron billones de dólares en sus economías para evitar un colapso. Eso hizo que las acciones y otros activos aumentaran su valor.
“Gran parte de ese efectivo fresco terminó con los ultrarricos, que pudieron aprovechar este aumento del mercado de valores, este auge de los activos”, dijo Ahmed. “Y las barandillas de impuestos justos no estaban en su lugar”.
Además, a muchas corporaciones les ha ido bien en los últimos años. Unas 95 empresas de alimentos y energía han más que duplicado sus ganancias en 2022, dijo Oxfam, a medida que la inflación disparaba los precios. Gran parte de este dinero se pagó a los accionistas.
Además, las tendencias a más largo plazo del desmantelamiento de los derechos de los trabajadores y una mayor concentración del mercado están aumentando la desigualdad.
En contraste, la pobreza global aumentó considerablemente al comienzo de la pandemia. Aunque se ha logrado cierto progreso en la reducción de la pobreza desde entonces, se espera que esto se haya estancado en 2022, en parte debido a la guerra en Ucrania, que exacerbó los altos precios de los alimentos y la energía, según datos del Banco Mundial citados por Oxfam.
Es la primera vez que la riqueza extrema y la pobreza extrema aumentan simultáneamente en 25 años, dijo Oxfam.
Gravar a los ricos
Para contrarrestar esta creciente desigualdad, Oxfam está pidiendo a los gobiernos que aumenten los impuestos a sus residentes más ricos.
Propone introducir un impuesto único sobre el patrimonio e impuestos extraordinarios para acabar con la especulación de las crisis mundiales, así como aumentar de forma permanente los impuestos sobre el 1% más rico de los residentes hasta al menos el 60% de sus ingresos del trabajo y el capital.
Oxfam cree que las tasas en el 1% superior deberían ser lo suficientemente altas como para reducir significativamente su número y riqueza. Luego, los fondos deben redistribuirse.
“Enfrentamos una crisis extrema de concentración de la riqueza”, dijo Ahmed. “Y es importante ante todo, creo, reconocer que no es inevitable. Una condición previa estratégica para controlar la desigualdad extrema es gravar a los ultrarricos”.
El grupo, sin embargo, enfrenta una batalla cuesta arriba. Unos 11 países redujeron los impuestos a los ricos durante la pandemia. Y los esfuerzos para aumentar los impuestos a los ricos fracasaron en el Congreso de EE.UU. en 2021, a pesar de que los demócratas controlaban ambas cámaras y la Casa Blanca.