(CNN Español) – “Quiero pedir disculpas, no tuve intención de matar”.
Estas fueron las palabras, durante el juicio, de Máximo Thomsen, uno de los acusados del asesinato de Fernando Báez Sosa, un joven de 18 años que murió en la madrugada del 18 de enero de 2020 tras una brutal golpiza por un grupo de hombres de entre 21 y 23 años que hoy responden ante la justicia argentina por el crimen ocurrido en Villa Gessell, a 380 kilómetros de Buenos Aires.
Las palabras de Thomsen llegaron esta semana, en el día 11 del juicio, durante una audiencia cargada de testimonios y revelaciones en la que los padres de Báez Sosa no pudieron estar debido a la gran cantidad de detalles sobre la noche final de su hijo.
El caso, que llegó a juicio oral este 2 de enero, estremeció y conmovió a la opinión pública por el dolor de los padres de Báez Sosa, que perdieron a su único hijo, pero también por la brutalidad y la frialdad del ataque y el silencio de los acusados durante y luego del asesinato.
“Estamos cerca de la justicia y las pruebas son contundentes”, dijo Graciela Sosa a medios locales el pasado 10 de enero. “Todo coinciden y creo que todos están implicados. Espero que les den la pena máxima, que es perpetua, porque Fernando está en un lugar del que nunca va a regresar”.
Los sindicados podrían enfrentar cadena perpetua.
Estas son las claves del juicio hasta este momento.
Los hechos
La madrugada del 18 de enero de 2020, Fernando Báez Sosa estaba de vacaciones en Villa Gessell, y había salido a bailar a la discoteca Le Brique, donde tuvo un altercado con un grupo de rugbiers que lo esperó a la salida y lo terminó asesinando a golpes.
El altercado comenzó luego de que uno de los amigos de Báez Sosa rozara a uno de los rugbiers y él intentara defenderlo, relató un testigo. Finalmente la seguridad del lugar los echó a todos.
Mientras esperaba que el resto de su grupo de amigos saliera, Báez Sosa fue visto por dos de los rugbiers que avisaron al resto de sus compañeros y a los pocos minutos todos fueron a atacarlo por la espalda.
Thomsen está señalado por la justicia como quien le dio la patada mortal en la cabeza a Fernando cuando estaba “de rodillas sobre el suelo” y quien dijo a viva voz: “Me lo voy a llevar de trofeo”.
Los acusados
A los 8 rugbiers detenidos se les acusa de “homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas” en un juicio oral ante el Tribunal en lo Criminal 1 de Dolores.
Aunque inicialmente fueron once los detenidos por el ataque, al final fueron solo ocho los acusados. Los otros tres fueron luego sobreseídos durante la instrucción de la causa.
Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Blas Cinalli, Ayrton Viollaz y Luciano, Ciro y Lucas Pertossi son los acusados del crimen de Báez Sosa. Todos ellos eran amigos que se encontraban de vacaciones en Villa Gessell para el momento del crimen.
Todos permanecen detenidos desde 2020 y desde el día del ataque ninguno de los ocho acusados había hablado públicamente. El abogado de los acusados dijo a medios locales en 2020 que les corresponde el principio de inocencia.
Algunos hechos para resaltar del juicio.
Día tercero — “Lo atacaron con odio y brutalidad”
En la tercera audiencia del juicio el 4 de enero, uno de los amigos de Fernando dijo que vio cuando Máximo Thomsen, atacó a Báez con “odio, brutalidad e intención de matar”.
Día siete — La Fiscalía reconstruye el ataque
El fiscal del caso Javier Laborde reconstruyó a través de chats y videos grabados en los celulares de los ocho detenidos la escena del crimen. Según Laborde, el ataque duró menos de 60 segundos; los hombres lo atacaron por delante, por detrás y por un costado e incluso, ya en el suelo, lo seguían golpeando hasta causarle la muerte.
Esta audiencia tuvo información judicial de alto impacto cuando un perito confirmó la marca de la zapatilla de uno de los acusados, Máximo Thomsen, sobre el maxilar izquierdo de Báez Sosa. Ese día ni los acusados ni sus abogados realizaron comentarios sobre la inocencia o culpabilidad. Pero, el 16 de enero, una semana después, Thomsen declararía que no tuvo intención de matar.
Día ocho — “Caducó”: la crueldad de los audios de los acusados
Durante esta jornada del juicio se presentaron audios y chats que los acusados intercambiaron el día del crimen, que dan una idea de cómo fue la horrorosa secuencia de hechos que terminó con la vida de Báez Sosa.
Día nueve — Habla uno de los acusados
Este fue el primer día en que se escuchó a uno de los imputados hablar en el juicio. Se trata de Luciano Pertossi, quien interrumpió el análisis que se estaba desarrollando de las imágenes del ataque para aclarar que él no estaba en el lugar de los hechos.
“Quiero aclarar algo: yo no estuve ahí”, dijo Pertossi, pero cuando le preguntaron dónde se encontraba en ese momento, el acusado dijo “No te voy a responder”.
Según el expediente, de los ocho detenidos, cinco golpearon a Báez Sosa.
Día once — “No tuve intención de matar”
En una declaración que se extendió por 50 minutos, Máximo Thomsen, uno de los ocho acusados en el juicio, pidió disculpas pues dijo “jamás en la vida se me hubiese ocurrido tener intenciones de matar a alguien”. El joven agregó que pegó una o dos patadas, pero que no recuerda ni cómo ni a quién.
Thomnsen aceptó ser el dueño de la zapatilla que dejó marcada su huella en el maxilar inferior de Báez Sosa, una marca de 6 cm de largo por 2 cm de ancho que reposa como una de las pruebas que tiene la fiscalía en el caso.
Este día hubo un giro en el juicio cuando Thomsen declaró por primera vez que antes de atacar recibió un golpe en la cara. El testimonio dejó en evidencia la estrategia de la defensa de dejar en claro que los acusados no tuvieron la intención de matar, por lo que la imputación no debería ser de homicidio agravado por alevosía y concurso premeditado por dos o más personas, que tiene una pena de hasta cadena perpetua, sino que el caso debería ser homicidio en riña, cuya pena es de máximo seis años de prisión.
Pero los abogados de la víctima alegan que el testimonio de Thomsen estuvo armado y que fue mentiroso porque en ningún momento se registró el golpe en la cara. La defensa sigue sosteniendo que los atacantes sí tuvieron la intención de matar.
Día doce — “Cuando veo que estaba en el piso, me frené”
Esta vez la declaración fue de Ciro Pertossi, el tercero en romper el silencio. Según los peritos que revisaron los videos de seguridad y las grabaciones del día, Pertossi fue uno de los cinco atacantes de Báez Sosa. Es señalado por los demandantes como el que primero golpeó a la víctima y el que lo noqueó.
Según Pertossi, cuando vio a “este chico en el piso” (dijo sin mencionar a Fernando) frenó la patada, una declaración que, de acuerdo con sus abogados, sirvió para atenuar los agravantes de la imputación.
Para la defensa de la víctima, el testimonio de Pertossi, más allá de ayudarlo, lo perjudicó pues así demostró que estuvo en la escena del crimen.
Durante los días de juicio, la defensa de los acusados no discuten que hubo un homicidio y que parte de los acusados participaron del crimen. Lo que intentan es atenuar los agravantes y negar que hubo alevosía y un concurso premeditado para matar a Báez Sosa, lo que puede, al final, cambiar la sentencia de los jóvenes al posiblemente pasar de una prisión perpetua a algunos años en prisión.
– Con información de Ignacio Grimaldi e Iván Pérez Sarmenti de CNN en Buenos Aires.