Hong Kong (CNN) – China puede estar un paso más cerca de perder su puesto como país más poblado del mundo en favor de India, después de que su población se redujera por primera vez desde la década de 1960.
La población del país se redujo en 2022 a 1.411 millones de habitantes, unos 850.000 menos que el año anterior, según anunció este martes la Oficina Nacional de Estadística de China (NBS, por sus siglas en inglés) durante una sesión informativa sobre los datos anuales.
La última vez que la población china disminuyó fue en 1961, durante una hambruna que mató a decenas de millones de personas en todo el país.
En esta ocasión, el descenso se debe a una combinación de factores: las consecuencias de largo alcance de la política del hijo único que China introdujo en la década de 1980 (pero que ha abandonado desde entonces); el cambio de actitud hacia el matrimonio y la familia entre los jóvenes chinos; la arraigada desigualdad de género y los retos de criar a los hijos en las costosas ciudades chinas.
Los expertos advierten que, de mantenerse, esta tendencia podría suponer un problema para el resto del mundo, ya que China, como segunda economía mundial, desempeña un papel clave en el crecimiento mundial.
Es probable que el descenso de la población agrave los problemas de China con el envejecimiento de la población activa y lastre su crecimiento, agravando sus males mientras lucha por recuperarse de la pandemia.
¿Por qué ocurre esto?
El descenso de la población se debe en parte a la política china del hijo único, que durante más de 35 años limitó a las parejas a tener un solo hijo. Las mujeres a las que se sorprendía incumpliendo esta política eran a menudo objeto de abortos forzados, fuertes multas y desalojos.
El gobierno eliminó la norma, alarmado por el descenso de la natalidad en los últimos años. En 2015 permitió a las parejas tener dos hijos, y en 2021 aumentó a tres. Pero el cambio de política y otros esfuerzos del gobierno, como ofrecer incentivos financieros, han tenido poco efecto, por varias razones.
El elevado costo de la vida y de la educación y la subida vertiginosa de los precios de la vivienda son factores importantes. Muchas personas, sobre todo en las ciudades, se enfrentan a salarios estancados, menos oportunidades laborales y horarios de trabajo extenuantes que hacen difícil y caro criar a un hijo, por no hablar de tres.
Estos problemas se ven agravados por los arraigados roles de género, que con frecuencia hacen recaer la mayor parte de las tareas domésticas y el cuidado de los hijos en las mujeres, quienes, más formadas e independientes económicamente que nunca, están cada vez menos dispuestas a soportar esta carga desigual. Las mujeres también han denunciado sufrir discriminación en el trabajo por su estado civil o su maternidad, y los empresarios suelen ser reacios a pagarles la licencia por maternidad.
Algunas ciudades y provincias han empezado a introducir medidas como el permiso de maternidad y la ampliación de los servicios de guardería. Pero muchas activistas y mujeres dicen que no es suficiente.
Y las frustraciones no hicieron más que aumentar durante la pandemia, con una generación joven desencantada cuyos medios de vida y bienestar se vieron desbaratados por la inflexible política china de “cero covid”.
Lo que esto significa para China
Es probable que el descenso de la población agrave los problemas demográficos a los que ya se enfrenta China. La población del país ya está envejeciendo y su mano de obra disminuyendo, lo que ejerce una enorme presión sobre la generación más joven.
Los ancianos de China representan ya casi una quinta parte de su población, según informaron las autoridades este martes. Algunos expertos advierten que el país podría encaminarse por un camino similar al de Japón, que entró en tres décadas de estancamiento económico a principios de la década de 1990 que coincidieron con el envejecimiento de su población.
“La economía china está entrando en una fase de transición crítica, ya no puede depender de una mano de obra abundante y competitiva en costos para impulsar la industrialización y el crecimiento”, dijo el economista jefe para Asia de HSBC, Frederic Neumann.
“A medida que la oferta de trabajadores empiece a reducirse, el crecimiento de la productividad tendrá que repuntar para mantener el vertiginoso ritmo de expansión de la economía”.
La economía china ya está en apuros, con una expansión de solo el 3% en 2022, uno de los peores resultados en casi medio siglo, gracias a meses de paros a causa del covid y a una caída histórica del mercado inmobiliario.
La contracción de la mano de obra podría dificultar aún más la recuperación a medida que China reanuda los viajes al extranjero y abandona muchas de las estrictas restricciones que ha mantenido durante los últimos años.
También hay implicaciones sociales. Es probable que el sistema de seguridad social de China se vea sometido a tensiones, ya que habrá menos trabajadores para financiar aspectos como las pensiones y la atención sanitaria, a medida que aumente la demanda de estos servicios debido al envejecimiento de la población.
También habrá menos personas que cuiden de los ancianos, ya que muchos jóvenes ya trabajan para mantener a sus padres y a dos pares de abuelos.
¿Qué significa esto para el mundo?
Dado su papel como motor de la economía mundial, los problemas de China podrían tener implicaciones para el resto del mundo.
La pandemia ha ilustrado cómo los problemas internos de China pueden afectar al flujo del comercio y la inversión, con sus confinamientos y controles fronterizos que interrumpen las cadenas de suministro.
La desaceleración de la economía china no solo lastraría el crecimiento mundial, sino que podría amenazar las ambiciones de China de superar a Estados Unidos como la mayor economía del mundo.
“La limitada capacidad de China para reaccionar ante este cambio demográfico provocará probablemente un crecimiento más lento en los próximos veinte o treinta años y afectará a su capacidad para competir en la escena mundial con Estados Unidos”, afirmaba el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, con sede en Estados Unidos, en un artículo publicado en su sitio web el pasado mes de agosto.
También parece probable que China pierda este año su puesto como nación más poblada del mundo en favor de India, cuya población y economía están en auge.
“India es el mayor ganador”, tuiteó Yi Fuxian, que estudia la demografía china en la Universidad de Wisconsin-Madison.
Sin embargo, aunque Yi afirmó que la economía india podría superar algún día a la estadounidense, aún le queda camino por recorrer. India es la quinta mayor economía del mundo, tras haber superado al Reino Unido el año pasado, y algunos expertos han expresado su preocupación por que el país no esté creando suficientes oportunidades de empleo para mantener el ritmo de crecimiento de su población activa.
No obstante, algunos investigadores afirman que las noticias de China podrían tener un lado positivo.
“Tanto para el cambio climático como para el medio ambiente, una población más pequeña es un beneficio, no una maldición”, tuiteó Mary Gallagher, directora del Instituto Internacional de la Universidad de Michigan.
Peter Kalmus, científico del clima de la NASA, argumentó que el descenso de la población no debería verse “como algo terrible”, señalando en su lugar “la aceleración exponencial del calentamiento global y la pérdida de biodiversidad”.
Qué está haciendo el gobierno
Las autoridades chinas han redoblado sus esfuerzos para fomentar las familias numerosas, por ejemplo mediante un plan interinstitucional publicado el año pasado para reforzar la licencia por maternidad y ofrecer deducciones fiscales y otras ventajas a las familias.
El líder de China, Xi Jinping, prometió en octubre “mejorar la estrategia de desarrollo demográfico” y aliviar la presión económica sobre las familias.
“Estableceremos un sistema de políticas para impulsar la natalidad y reducir los costos del embarazo y el parto, la crianza de los hijos y la escolarización”, declaró Xi. “Perseguiremos una estrategia nacional proactiva en respuesta al envejecimiento de la población, desarrollaremos programas y servicios de atención a la tercera edad y ofreceremos mejores servicios a los ancianos que viven solos”.
Algunos lugares ofrecen incluso incentivos en efectivo para fomentar más nacimientos. Un pueblo del sur de la provincia de Guangdong anunció en 2021 que pagaría a los residentes permanentes con bebés menores de dos años y medio hasta US$ 510 al mes, lo que podría sumar más de US$ 15.000 en total por niño. Otros lugares han ofrecido subsidios inmobiliarios a parejas con varios hijos.
Pero esos esfuerzos aún no han dado resultados, y muchos expertos y residentes afirman que se necesitan reformas nacionales mucho más radicales. Tras conocerse la noticia de este martes, un hashtag se hizo viral en Weibo, la plataforma china similar a Twitter: “Para fomentar la natalidad, primero hay que resolver las preocupaciones de los jóvenes”.
“Nuestros sueldos son tan bajos, mientras que el alquiler es tan alto y la presión financiera tan fuerte. Mi futuro marido hará horas extras hasta las 3 de la madrugada todos los días hasta final de año”, escribió una usuaria de Weibo. “Mi supervivencia y mi salud ya son problemas, por no hablar de tener hijos”.