(CNN Español) – En México, la opinión pública sigue con mucho interés el juicio iniciado en Estados Unidos contra Genaro García Luna. El exsecretario de Seguridad Pública es acusado de corrupción y narcotráfico. Hay expectativa ante las posibles revelaciones de información que surjan durante el proceso y cuyos alcances e implicaciones aún se desconocen.
La seguridad y el narcotráfico han sido históricamente dos de los principales retos en la agenda bilateral entre México y Estados Unidos… temas que ahora parecen estar bajo la lupa debido al juicio en EE.UU. al exsecretario García Luna.
El exprocurador general de México Ignacio Morales Lechuga no cree que el proceso contra el exfuncionario ponga en duda la cooperación entre los dos países en materia de seguridad.
“Ahora, las conclusiones o repercusiones frente a un gobierno muy politizado como es el de México pues seguramente va a aprovechar el momento para establecer responsabilidades adicionales a las administraciones anteriores”, afirma.
Otros, por su parte, consideran que el juicio tiene una gran relevancia política para el país.
“Yo creo que no nada más va a ser relevante la sentencia, sino los documentos y los testimonios que aparezcan por el trayecto de este juicio, y que podrían no solamente implicar a Genaro García Luna, sino también pudieran implicar a algunos otros funcionarios que estuvieron al mismo nivel o quizás que fueron sus superiores en el gobierno cuando el ejerció estas funciones”, afirma José Antonio Ortega del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal.
García Luna se desempeñó como secretario de Seguridad Pública de México durante la presidencia de Felipe Calderón, entre 2006 y 2012.
Siete años después de dejar su cargo, en 2019, fue detenido en Dallas, Texas, y acusado de aceptar sobornos millonarios del cartel de Sinaloa, la organización criminal que fundó el narcotraficante Joaquín, “El Chapo” Guzmán, también preso en EE.UU.
García Luna siempre se ha declarado inocente de todos los cargos.
Guillermo Valdés fue —durante la gestión de García Luna— director del extinto Centro de Investigación y Seguridad Nacional, el Cisen, un órgano de inteligencia civil del gobierno mexicano:
“Teníamos contrainteligencia, por ejemplo, para el caso de la corrupción en la Secretaria de Seguridad Pública. Se hizo investigación, se encontraron algunos temas de corrupción de funcionarios de seguridad, pero nunca se pudo vincular a Genaro con esos actos de corrupción en la Secretaria de Seguridad Pública. No hubo, y eso sí lo digo y lo reconozco, una investigación precisa para decir está o no vinculado este señor al ‘Chapo’”.
Algunos expertos consideran que el caso de García Luna ha puesto en evidencia las fisuras que tiene la política de seguridad mexicana y por donde sigue penetrando el flagelo de la corrupción.
“Aquí uno de los temas claves es justamente que se tiene que establecer diferentes formas de generar, de implementar, una política de seguridad, que en el país no hemos logrado construir esquemas estratégicos y operativos que permitan diversificar la implementación de esta política y que en esa medida también se reduzcan los riesgos de cooptación y corrupción, así como de infiltración en las estructuras de seguridad”, afirma Armando Rodríguez, especialista en temas de Seguridad Nacional.
Pero más allá de las repercusiones que podría tener para México el juicio de García Luna, lo cierto es que todavía resulta difícil entender cómo uno de los policías más poderosos que ha tenido el país y quien fuera el encargado, en su momento, de combatir a los carteles de la droga, esté siendo juzgado en Estados Unidos por narcotráfico.
Un exfuncionario que, de ser encontrado culpable, podría pasar muchos años en prisión o enfrentar cadena perpetua.