(CNN) – El resultado fue familiar, la facilidad con la que se logró tal vez sí tuvo algo de sorpresa. Las implicaciones históricas de este partido ciertamente no encadenaron a Novak Djokovic, ya que el serbio venció a Stefanos Tsitsipas en sets consecutivos para ganar un décimo título del Abierto de Australia y un récord de 22 Grand Slam.
Después de asegurar la victoria por 6-3, 7-6 (7-4), 7-6 (7-5), Djokovic fue al palco de jugadores y lloró desconsoladamente, abrumado por el significado y la emoción de su logro. Incluso cuando regresó a su asiento en la cancha, Djokovic ocultó su rostro en una toalla, las cámaras de televisión captaron el sonido de su llanto continuo.
El año pasado, Djokovic no pudo defender su título luego de ser deportado del país por su estado de vacunación contra el covid-19. Este año, en Melbourne Park, sufrió una lesión en el tendón de la corva y tuvo que lidiar con las consecuencias de que su padre, Srdjan, fue grabado con un grupo de seguidores rusos en el Abierto de Australia.
Durante la ceremonia de presentación, Djokovic describió esta victoria como “la mayor victoria de mi vida”.
“Este ha sido uno de los torneos más desafiantes que he jugado en mi vida, considerando las circunstancias”, dijo.
“No jugué el año pasado, volví este año. Quiero agradecer a todas las personas que me hicieron sentir bienvenido, me hicieron sentir cómodo. Solo el equipo y la familia saben por lo que hemos pasado estas últimas cuatro o cinco semanas y esta es la mayor victoria de mi vida considerando esas circunstancias”.
Las estadísticas son asombrosas, la calidad y la consistencia de su tenis aún más. Djokovic perdió por última vez en el Abierto de Australia en 2018, una racha ganadora que abarca 28 partidos. En este torneo, solo perdió un set.
Tanto Djokovic como Rafael Nadal ahora comparten el récord masculino de “grandes”, mientras que Djokovic se convierte en el segundo hombre en ganar más de 10 títulos en un solo torneo de Grand Slam. El otro es, sí, Nadal, que ha ganado 14 veces el Abierto de Francia.
Sin duda, los dos hombres son figuras históricas no solo en su deporte sino en cualquier deporte. ¿Cuál es el más grande? Esa batalla y debate continúan, y el tenis es el favorecido.
La victoria sobre Tsitsipas en Melbourne, que tomó poco menos de tres horas, también devolvió a Djokovic a la cima de la clasificación mundial masculina, un lugar que ocupará por una semana 374 que extiende el récord.
Tsitsipas, jugando en su segunda final de Grand Slam, la primera de las cuales, en el Abierto de Francia, también terminó en una derrota ante Djokovic, puede alegrarse de que no sea el primer jugador en ser superado por el serbio de 35 años en una final.
El saque del griego estuvo bajo presión desde el primer momento. Cayó 15-40 en el segundo juego, pero logró empatar el primer set en 1-1, sin embargo, una vez que Djokovic rompió en el cuarto juego, no solo se sintió que el set llegaría a una conclusión inevitable, sino también el partido.
Tsitsipas opuso una mayor resistencia en el segundo set, se redujeron los errores no forzados, el servicio se volvió más potente y ganó un punto de set, pero fue Djokovic quien se impuso en el rally de 15 golpes que siguió. Y entonces, la oportunidad se fue. Los errores de derecha arruinarían las posibilidades de Tsitsipas en el desempate que decidió el set.
Un quiebre de servicio inmediato de Tsitsipas en el tercer set sugirió que el partido estaba listo para cambiar, pero Djokovic se recuperó de inmediato. Una vez más, se necesitaba un tieberak, con Djokovic supremo esta vez, ganando 5-0 antes de reclamar tres puntos de campeonato.
Cuando Tsitsipas conectó una devolución larga, se aseguró el título para Djokovic. El serbio miró hacia su equipo y los miembros de su familia -su padre Srdjan no parecía estar presente- y se señaló la cabeza y el corazón. Luego vinieron las lágrimas.
En última instancia, los 42 errores no forzados de Tsitsipas resultaron costosos, ya que solo pudo asegurar uno de los tres puntos de quiebre, oportunidades que tuvo que aprovechar si realmente quería poner a prueba al serbio.
Por ahora, el hombre que apunta a ser uno de los jugadores que sucederán a los dos grandes del tenis masculino permanece en las sombras.