(CNN Español) – Los ministros de la primera sala de la Suprema Corte de Justicia de México aprobaron este miércoles, por unanimidad, una resolución que, de acuerdo con varios especialistas, abriría la puerta para habilitar las redes sociales como un nuevo espacio para que el ciudadano ejerza su derecho de petición a la autoridad.
Un ciudadano de Guadalajara, la capital de Jalisco (en el oeste del país), solicitó un amparo al máximo tribunal de la nación para obligar a las autoridades municipales a responder tres peticiones que les formuló en febrero de 2021 a través de Twitter y que, según él, fueron ignoradas.
La resolución da la razón al ciudadano, y al aprobarse por unanimidad por los ministros que integran la primera sala de la Corte se concede el amparo solicitado.
El ministro ponente, Jorge Mario Pardo Rebolledo, explica en su proyecto que una vez que una autoridad habilita las redes sociales “nada, en principio, debería impedirle atender aquellas peticiones que fueren de su conocimiento por esa vía”.
CNN pidió comentarios al ciudadano solicitante del amparo, pero hasta ahora no ha respondido.
El Ayuntamiento de Guadalajara dijo a CNN que iba a emitir una postura sobre el caso cuando la Corte resolviera, pero hasta la tarde de este miércoles no se había pronunciado.
Sin embargo, informaron que en promedio registran unas 3.000 interacciones semanales en Twitter, Facebook e Instagram. De ellas, las dos terceras partes ocurren en Facebook y el resto, mayoritariamente, en Twitter.
La abogada Surya Palacios explicó a CNN que, de acuerdo con la jurisprudencia mexicana, el amparo concedido al ciudadano será válido sólo para quien realizó la queja, aunque el precedente ayudará con ciudadanos que en un futuro interpongan juicios similares.
El caso puede sentar un precedente, según expertos
Varios expertos consultados por CNN opinan que el caso puede sentar un precedente en torno al derecho ciudadano de petición a la autoridad, consagrado en el artículo octavo de la Constitución de México, que indica que esta debe formularse por escrito, aunque no especifica el medio.
Carlos Páez, estratega en redes sociales y otros medios tecnológicos, advierte sobre posibles riesgos al emplear las redes sociales con estos fines, como el uso de la inteligencia artificial o de datos de los usuarios para intereses ajenos al servicio ciudadano.
“Anticipo que, en muy poco tiempo, veremos mecanismo y automatismo que, vía inteligencia artificial, podrán fastidiar sistemáticamente a instituciones públicas y saturarlas de demandas de información probablemente ficticias. Esto implica que muchas cuentas falsas estén detrás de peticiones”, detalla. Sugiere que tanto autoridades como ciudadanos se rijan solo a través de cuentas certificadas.
Páez agrega que se debe considerar el papel de la georreferencia, análisis de datos sobre la experiencia de los usuarios y preferencias políticas, las cuales permiten elaborar informes de inteligencia sobre la opinión pública.
Por su parte, el coordinador del Observatorio Legislativo del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), Alberto Bayardo, resalta que estas plataformas posibilitan la interacción, más allá de solo hacer anuncios.
“Lo que nos ofrecen estas nuevas tecnologías de información y comunicación es la doble vía, ya no estamos simplemente como espectadores esperando a ver qué nos llega, qué se nos presenta, sino que tenemos la posibilidad en entrar en una comunicación, en un diálogo a veces rudo, a veces ríspido, pero finalmente en comunicación sobre todos quienes ejercen la función pública”, opina.
Gustavo López, profesor en la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tec de Monterrey, enfatiza que esto representaría un reto para la autoridad.
“De alguna manera, obliga y va a obligar a la autoridad a plantear lineamientos formales a partir de los cuales los ciudadanos y ciudadanas, pero también la autoridad, se ajusten para poder brindar servicios a través de redes sociales”, dice.
Para Francisco Santamaría, consultor y conferencista especializado en estrategias de comunicación, relaciones públicas y mercadotecnia, muchos ciudadanos siguen siendo unos “románticos analógicos”, pero agrega que para la generación nacida después del año 2000 —conocida como centenial— las redes sociales son, en muchos sentidos, la manera en la que se relacionan, incluso con la autoridad.
“Prácticamente, de las 24 horas, quizá 18 estamos en contacto con algún dispositivo electrónico, digital, en internet. Poco a poco, nuestro organismo se está volviendo en una vida digital, en una identidad digital. Entonces, la opinión pública ya también está basada en elementos digitales”, detalla Santamaría.