(CNN) – La movilización masiva de Rusia, su inminente ofensiva y el terror de los misiles contra la población civil están provocando que Ucrania realice nuevas peticiones de una ayuda letal aún mayor a Occidente, días después de que los líderes firmaran su último paquete que incluía la entrega de los primeros tanques.
El creciente debate público sobre el envío de aviones de combate F-16 hace resurgir un dilema subyacente a toda la respuesta de la OTAN: ¿es el objetivo de Estados Unidos y sus aliados simplemente permitir que Ucrania garantice su supervivencia o ayudarle a expulsar a Rusia de todo su territorio y garantizar la derrota del presidente de Rusia, Vladimir Putin?
La probable escalada de la guerra, cerca de su primer aniversario, se produce mientras el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, advierte que Moscú está reuniendo sus fuerzas para un ataque de “venganza” contra el mundo libre. El director de la CIA, William Burns, subrayó este jueves la sensación de que se acerca otro punto de inflexión.
“La clave va a estar en el campo de batalla en los próximos seis meses, nos parece”, dijo Burns en la Universidad de Georgetown. Esto implica “golpear la arrogancia de Putin, dejando claro que no solo no va a ser capaz de avanzar más en Ucrania, sino que a medida que pasan los meses, corre un riesgo cada vez mayor de perder el territorio del que se ha apoderado ilegalmente hasta ahora”, dijo el jefe de la CIA.
Washington está escuchando las peticiones de Ucrania de una ayuda aún más multimillonaria. Está a punto de anunciar un nuevo desembolso de US$ 2.200 millones que incluye por primera vez misiles de mayor alcance, según varios funcionarios estadounidenses. Kevin Liptak y Oren Liebermann, de CNN, informaron que se incluirá en el paquete un misil guiado con un alcance de 145 km llamado “Ground-Launched Small Diameter Bomb”. Sin embargo, el arma podría tardar semanas o meses en llegar, ya que Estados Unidos contratará a fabricantes de armas estadounidenses para que se la suministren.
Con todo, la última oferta estadounidense consolida una de las consecuencias más importantes e irónicas de la guerra. Uno de los objetivos percibidos de la invasión de Putin era cortar para siempre las esperanzas de Ucrania, que una vez formó parte de la Unión Soviética, de unirse a la OTAN. Puede que no sea miembro de la alianza, pero Ucrania está librando ahora una respuesta más contundente de lo esperado contra Moscú utilizando algunos de los equipos militares más avanzados de Occidente.
Ucrania quiere más
A juzgar por los comentarios de altos cargos del gobierno ucraniano en los últimos días, el gobierno de Kyiv todavía no cree tener la capacidad militar para lograr el tipo de cambio en la mentalidad de Putin que describe Burns.
Y ello a pesar de la decisión adoptada el mes pasado por los dirigentes de la OTAN de enviar más de 300 tanques de combate a la guerra, entre ellos Challengers británicos, Leopard de fabricación alemana y, en última instancia, el avanzado M1 Abrams estadounidense. Por ejemplo, el ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Reznikov, declaró esta semana a NPR que se sentía optimista de que EE.UU. y sus aliados acabaran suministrando a su país aviones de combate, incluidos los F-16, que el presidente Joe Biden ha dicho sistemáticamente que no va a enviar. “Lo que hoy es imposible, mañana es absolutamente posible”, añadió Reznikov.
La cuestión de ofrecer o no aviones a Ucrania es complicada. Requiere una evaluación de si existe una necesidad militar de los aviones y un papel que puedan desempeñar adecuadamente. Los líderes estadounidenses y aliados deben sopesar el impacto que podrían tener los aviones con el riesgo de agravar aún más el tenso enfrentamiento entre Occidente y Putin. Los líderes también podrían necesitar garantías por parte de Ucrania de que los aviones solo se utilizarían para operaciones dentro de Ucrania, con el fin de evitar la ampliación de la guerra a Rusia. Por preocupaciones similares, el nuevo paquete no incluirá el misil ATACMS que Ucrania quiere, el cual, con un alcance de más de 320 km, podría ser utilizado para apuntar a suelo ruso, informó CNN.
No hay señales de que Ucrania vaya a recibir F-16 pronto. “No”, dijo Biden cuando se le preguntó esta semana si EE.UU. ofrecería los jets a Ucrania. El ministro de Defensa del Reino Unido, Ben Wallace, dijo que, al menos por ahora, no era el momento adecuado para enviar los aviones. “Lo que necesitan ahora mismo son blindados y tanques”, dijo Wallace, aunque dejó en Kyiv cierta esperanza al afirmar: “Nunca asumas nada y nunca descartes nada”.
La cuestión de la utilidad militar de los F-16 choca con la preocupación de que puedan resultar vulnerables a las todavía eficaces defensas aéreas y aeronaves rusas. Mick Krever, de CNN, informó esta semana que para que los F-16 cambien las reglas del juego, Ucrania tendría primero que destruir las defensas aéreas rusas y establecer la superioridad aérea sobre el campo de batalla. Los jets podrían ser más útiles como arma defensiva para el Ejército y ser mejores para derribar misiles rusos, por ejemplo, que para misiones de apoyo aéreo cercano cerca de las líneas del frente, escribió Krever.
Sin embargo, Evelyn Farkas, ex vicesecretaria adjunta de Defensa de Estados Unidos, declaró este miércoles a CNN que tenía esperanzas de que la reticencia de Estados Unidos a permitir la entrada de aviones de combate en Ucrania, reflejada en la anterior negativa de Biden a permitir que Polonia transfiriera MiG de la era soviética en los primeros momentos de la guerra, remitiera y que se pudieran enviar F-16.
“Los rusos tienen poder aéreo o tienen esencialmente poder que pueden emplear a través del aire. Y creo que esto es lo que les falta a los ucranianos”, dijo Farkas.
“Creo que tenemos que proporcionar a los ucranianos aviones para que puedan dar cobertura a sus tropas sobre el terreno”.
La OTAN unida, por ahora
Una de las razones para no enviar los aviones es que requerirían un entrenamiento nuevo e intensivo para los pilotos que aprendieron en antiguos aviones de la era soviética. Algunos expertos occidentales descartan la afirmación de Ucrania de que los aviones podrían ser utilizados por sus pilotos con un mínimo de entrenamiento y argumentan que si la guerra se acerca a un plazo crítico de seis meses, los aviones podrían llegar demasiado tarde de todos modos.
Aun así, la idea de que las sofisticadas armas occidentales son demasiado complejas para las fuerzas armadas ucranianas, o que llevaría demasiado tiempo entrenar a los soldados para utilizarlas, no es nada nueva. Ha habido un patrón de reticencia inicial por parte de Estados Unidos a ofrecer a Ucrania sistemas como Howitzers, antimisiles Patriot y tanques Abrams, que ha sido superado por la presión de los acontecimientos en la guerra.
Y Zelensky, que ha llevado a cabo una eficaz campaña de relaciones públicas en Occidente desde la invasión rusa hace casi un año, descarta la idea de que sus fuerzas, que han resistido heroicamente al poderío ruso, no puedan ponerse rápidamente al día en armamento. “Les aseguro que los soldados ucranianos pueden manejar perfectamente por sí mismos tanques y aviones estadounidenses”, declaró durante su intervención en una reunión conjunta del Congreso en diciembre.
Varios líderes europeos, entre ellos el primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, no han descartado la posibilidad de enviar cazas, y el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, dijo en una entrevista con el diario alemán Bild que si toda la OTAN estuviera de acuerdo, él estaría a favor de enviar cazas. Pero no hay indicios de que este paso sea inminente. La transferencia de aviones de fabricación estadounidense requeriría la aprobación de Biden.
Y todos los líderes de la OTAN parecen decididos a mostrar unidad en torno a los cazas, después de que Biden disimulara el mes pasado una desavenencia con Alemania, cuando aceptó transferir los tanques a Ucrania.
Mientras tanto, Putin está reaccionando al nuevo impulso en el envío de armas a Ucrania con una táctica familiar: amenazas veladas a las potencias occidentales de que podría utilizar armas nucleares tácticas de pequeño rendimiento en la guerra.
“No vamos a enviar nuestros tanques a sus fronteras, pero tenemos con qué responder. Y no terminará con el uso de vehículos blindados”, dijo el líder ruso durante una visita a Volgogrado para conmemorar el 80 aniversario de la victoria soviética en la batalla de Stalingrado.
Las amenazas de Putin no han disuadido antes a los países occidentales, que se ven cada vez más inmersos en lo que es, de hecho, una guerra por poderes con Rusia en Ucrania. Pero sus comentarios alimentarán de nuevo los temores de que el uso de armas en la guerra no hará sino intensificarla y poner en riesgo su propagación.
Burns argumentó, sin embargo, que Putin hizo una mala apuesta al pensar que puede machacar a Ucrania mientras la fatiga política se apodera de Europa y Estados Unidos.
El jefe de la CIA afirmó que en noviembre le dijo a uno de sus homólogos rusos, Sergey Naryshkin, que “ese cálculo ruso es tan profundamente erróneo como lo fue la decisión original de ir a la guerra el pasado 24 de febrero”.