(CNN) – Dos sospechosos fueron detenidos, uno después de un tiroteo, en relación con una ejecución “estilo cártel” que dejó seis muertos el mes pasado en una pequeña comunidad del centro de California, incluida una joven madre y su hijo de 10 meses, anunciaron las autoridades este viernes.
Los sospechosos, identificados en los documentos de acusación como Angel Uriarte, de 35 años, y Noah Beard, de 25, son miembros conocidos de la pandilla Norteño, dijo el jefe de policía del condado de Tulare, Mike Boudreaux, durante una conferencia de prensa. Dijo que el tiroteo del 16 de enero fue probablemente el resultado de un conflicto con miembros de los Sureños, una pandilla rival.
“Los sospechosos y las víctimas tienen un largo historial de violencia armada, muy activos en armas, violencia de pandillas, violencia armada y tráfico de narcóticos”, dijo Boudreaux, y agregó que “el motivo no está exactamente claro en este momento”.
Las autoridades dijeron que Uriarte resultó herido en un tiroteo con agentes de la ATF antes de ser detenido. Está hospitalizado y en condición estable, según el agente especial interino a cargo de la ATF, Joshua Jackson. Beard fue detenido sin incidentes.
Beard está acusado de matar a Alissa Parraz, de 16 años, y a su hijo Nycholas, de 10 meses, cuando huían del tiroteo nocturno en una casa en Goshen, una pequeña comunidad agrícola a unos 48 kilómetros (30 millas) al sureste de Fresno. Las autoridades mostraron un video de vigilancia el viernes que muestra a la joven madre levantando a su hijo sobre una cerca y escalando. Ambos fueron encontrados muertos en la calle frente a la casa.
Junto a la madre y su hijo, las otras cuatro víctimas fueron identificadas como Marcos Parraz, de 19 años; Eladio Parraz, de 52; la abuela de Alissa, Rosa Parraz, de 72 años; y Jennifer Analla, de 49 años.
Boudreaux dijo que todas las víctimas murieron por heridas de bala, la mayoría recibió disparos en la cabeza, incluido el niño de 10 meses.
“Esto claramente no fue un acto de violencia al azar. Esta familia fue atacada por asesinos a sangre fría”, dijo Boudreaux.
Los arrestos fueron parte de un esfuerzo de varias agencias denominado Operation Nightmare, que incluyó registros en varias prisiones de California y vigilancia de los sospechosos las 24 horas del día, los 7 días de la semana durante los últimos 10 días. Al ADN que quedó en la escena se le atribuyó el haber llevado rápidamente a la policía a concentrarse en la pareja de sospechosos.
Uriarte y Beard enfrentan cada uno seis cargos de asesinato, según el fiscal de distrito del condado de Tulare, Tim Ward, junto con cargos por mejoras relacionadas con el uso de un arma de fuego, y que los actos se cometieron con la participación de una pandilla callejera criminal. Los sospechosos pueden eventualmente enfrentar la pena de muerte si son declarados culpables.
CNN está tratando de determinar si ambos sospechosos tienen representación legal.
La masacre se produjo antes de una serie de tiroteos masivos consecutivos en California a fines del mes pasado, incluido un ataque durante una celebración del Año Nuevo Lunar en los suburbios de Monterey Park, al oeste de Los Ángeles. Ese tiroteo que ocurrió el 21 de enero dejó 11 muertos.
Otro ataque que ocurrió el 23 de enero dejó cuatro muertos en una granja de hongos de California en Half Moon Bay. Esa noche, otro tiroteo, esta vez en Oakland, dejó un muerto y siete heridos.