(CNN) – Dos niños atrapados entre el concreto en los restos de su casa en el norte de Siria fueron rescatados más de 36 horas después de que el terremoto de este lunes dejara atrapara a su familia mientras dormía.
“Sáquenme de aquí, haré cualquier cosa por ustedes”, susurra la niña mayor a los rescatistas en un video en el que se le ve entre los escombros del hogar de niños en Besnaya-Bseineh, un pequeño pueblo en Haram, Siria.
“Seré su sirvienta”, agrega, mientras uno de los rescatistas responde: “No, no”.
El nombre de la niña es Mariam, y acaricia suavemente el cabello de la cabeza de su hermano menor mientras yacen apretados en lo que podrían ser los restos de su cama. La niña es capaz de mover su brazo lo suficiente como para cubrir la cara de su hermano, proporcionando cierta protección contra el polvo en medio de los escombros.
El nombre del niño más pequeño es Ilaaf, según su padre, un nombre islámico que significa protección.
Mustafa Zuhir Al-Sayed dice que su esposa y sus tres hijos dormían a primera hora del lunes cuando la tierra tembló con un sismo de 7,8 grados de magnitud, el mayor que ha azotado la región en más de un siglo de registros.
“Sentimos que el suelo temblaba… y empezaron a caer escombros sobre nuestra cabeza, y estuvimos dos días bajo los escombros”, dijo. “Pasamos por un sentimiento, un sentimiento que espero que nadie tenga que sentir”.
Atrapado bajo los escombros, Al-Sayed dijo que su familia recitó el Corán y oró en voz alta para que alguien los encontrara.
“La gente nos escuchó y fuimos rescatados: yo, mi esposa y los niños. Gracias a Dios estamos todos vivos y agradecemos a quienes nos rescataron”, dijo.
El video muestra a los lugareños vitoreando mientras sacan a Mariam e Ilaaf de entre los escombros envueltos en mantas. Los niños fueron llevados al hospital, donde están recibiendo atención médica.
Con cada hora, la esperanza de encontrar otras familias se desvanece en las temperaturas bajo cero que han hecho que la supervivencia sea más difícil incluso para aquellos que lograron escapar de los edificios derrumbados.
La casa de Al-Sayed está en la gobernación de Idlib, un área controlada por los rebeldes en el norte de Siria, donde al menos 1.220 personas han muerto, según la Defensa Civil Siria, un grupo de ayuda humanitaria más conocido como los “Cascos Blancos”.
El grupo dijo el martes que se espera que el número de muertos y heridos “aumente significativamente debido a la presencia de cientos de familias bajo los escombros”.
Al menos 1.280 muertes han sido confirmadas en partes controladas por el gobierno de Siria, informó la agencia de noticias estatal SANA, lo que lleva el número total de muertos sirios a más de 2.500.
El número total de muertos por el terremoto en la frontera entre Turquía y Siria es ahora más de 9.500, un número que las agencias de ayuda han advertido que es probable que aumente significativamente con el paso de las horas.
La ayuda está llegando lentamente a quienes la necesitan, pero incluso antes del terremoto, las Naciones Unidas dijeron que el 70% de la población de Siria necesitaba asistencia humanitaria.
“Esta tragedia tendrá un impacto devastador en muchas familias vulnerables que luchan diariamente para mantener a sus seres queridos”, dijo el coordinador residente y coordinador humanitario interino de las Naciones Unidas para Siria y el coordinador regional humanitario para la Crisis de Siria en una declaración conjunta el martes.
La ONU y los socios humanitarios dicen que actualmente se están enfocando en las necesidades inmediatas, que incluyen alimentos, refugio, artículos no alimentarios y medicamentos.
– Ruba Alhenawi de CNN contribuyó a este informe.