(CNN Español) – La justicia de Nicaragua condenó este viernes a monseñor Rolando Jose Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, Nicaragua, a más de 26 años de prisión por delitos como el menoscabo en perjuicio del Estado de la República y la sociedad nicaragüense y por ser presuntamente ser autor de propagación de noticias falsas. Al carecer de defensa, el obispo no se defendió de las acusaciones.
El magistrado Octavio Rothschuh, presidente de la Sala Uno del Tribunal de Apelaciones de Managua, leyó la sentencia para el prelado, quien está detenido desde agosto pasado. El presidente Daniel Ortega informó este jueves en cadena nacional que Álvarez se negó ese día a subir en el avión con los 222 presos que fueron expulsados de Nicaragua rumbo a Estados Unidos, y donde el gobierno de ese país anunció posteriormente que les otorgaría un permiso humanitario.
La sentencia más severa contra Álvarez fue por 15 años de prisión con inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos en nombre o servicio del Estado de Nicaragua o cargos de elección popular y pérdida de sus derechos ciudadanos. El magistrado explicó que esta pena se corresponde con el delito de menoscabo en perjuicio del Estado de la República y la sociedad nicaragüense.
Asimismo, al prelado —como a los 222 presos que fueron expulsados este jueves— se le ha despojado de la nacionalidad nicaragüense. Según los testimonios de los excarcelados que llegaron a Estados Unidos, a todos se les negó el derecho a tener un abogado.
Adicionalmente, de acuerdo con la sentencia leída, se le suma otra condena de cinco años prisión y una multa equivalente a US$ 1.551 por la supuesta propagación de noticias falsas.
En la audiencia llevada a cabo en el Complejo Judicial Managua, con Álvarez sentado solo en la sala, se agregó otra sentencia de cinco años y cuatro meses de prisión de obstrucción de funciones en perjuicio del Estado de Nicaragua. Por último, otro año de prisión de ser autor de desacato a la autoridad.
De acuerdo con el tribunal, Álvarez deberá cumplir las penas en forma sucesiva, para sumar una condena de 26 años de prisión y cuatro meses de efectiva prisión.
El 19 de agosto pasado, Álvarez fue sacado a la fuerza por la Policía de Nicaragua de la sede episcopal, donde había pasado 16 días sitiado junto a algunos de sus compañeros, tras lo cual fue llevado a Managua.