(CNN Español) – La ministra de la Corte de Apelaciones de Santiago de Chile, Paola Plaza, dijo este miércoles a los medios de comunicación que recibió por parte del grupo de peritos internacionales el informe de las investigaciones acerca de la muerte del poeta Pablo Neruda. Las conclusiones de esta investigación no se dieron a conocer ni se dijo una fecha aproximada de cuándo se podrán saber los resultados de las investigaciones.
El informe de los peritos internacionales busca dilucidar cuál fue la verdadera causa de muerte del premio Nobel de Literatura de 1971, Pablo Neruda.
Hasta ahora, se pensaba que el poeta chileno y militante comunista había fallecido a causa de un cáncer de próstata el 23 de septiembre de 1973, en la Clínica Santa María de Santiago, doce días después del golpe de Estado de Augusto Pinochet. Sin embargo, la historia dio un giro en 2011, cuando el Partido Comunista de Chile presentó una denuncia para investigar los hechos luego de que el chofer de Neruda, Manuel Araya, afirmara que fue asesinado.
Según la versión de Araya, Neruda llegó a la Clínica Santa María el 19 de septiembre de 1973 previo a un viaje que tenía programado a México. “Neruda tenía un cáncer controlado, para 10 u 8 años más de vida. No estaba enfermo para morir. Él sufría de una pierna, tenía flebitis, entonces de repente cojeaba”, explicó el exasistente del escritor en una entrevista con el canal “La Red” en 2013.
La clave: el hallazgo de una bacteria
En 2013, 40 años después de su muerte, el cuerpo de Pablo Neruda fue exhumado de su jardín en Isla Negra para llevar a cabo la investigación, pero las primeras pericias revelaron la ausencia de “agentes químicos relevantes”.
Sin embargo, en 2017, un nuevo panel de expertos internacionales determinó que el poeta no falleció producto del cáncer de próstata y que se había encontrado la presencia de la bacteria “clostridium botulinum” en un molar, un bacilo que se encuentra en la tierra y es responsable del botulismo, según reportó la afiliada CNN Chile.
“Uno no coge una bacteria que se cultiva en laboratorios con finalidad de arma biológica andando por la calle”, dijo en 2017 uno de los expertos que llevaba la investigación, Aurelio Luna, en una rueda de prensa.
Los peritajes continuaron bajo esta nueva arista a cargo de científicos de Canadá, Dinamarca, Chile y Estados Unidos, quienes buscaron resolver cómo llegó la toxina botulínica al cuerpo del autor de “Confieso que he vivido”.