(CNN) – Más del 20% de los niños y adolescentes en todo el mundo presenta signos de comportamientos de alimentación disfuncionales, también conocidos como “alimentación desordenada”, según un nuevo estudio. Una cifra que se traduce en 1 de cada 5 menores con síntomas de esta condición.
El estudio pone de relieve un problema grave de salud pública que no suele reportarse ni reconocerse lo suficiente, de acuerdo al metaanálisis publicado este lunes en la revista JAMA Pediatrics.
Los investigadores revisaron y analizaron 32 estudios de 16 países y descubrieron que el 22% de los niños y adolescentes tenían conductas de alimentación desordenada. Según el estudio, estas cifras eran más elevadas entre las niñas, los adolescentes de mayor edad y los que tenían un índice de masa corporal (IMC) más alto.
La alimentación desordenada o disfuncional tiene un comportamiento similar al de un trastorno alimenticio: puede incluir normas alimentarias estrictas sobre cuánto come una persona, qué come y cuánto ejercicio hace en relación con la comida, explicó la terapeuta Jennifer Rollin, fundadora del Centro de Trastornos Alimenticios de Rockville, Maryland.
Para que alguien reciba el diagnóstico de algún trastorno alimenticio, debe presentar síntomas similares junto a un mayor nivel de rigidez, angustia y deterioro de las funciones vitales, añadió. Los comportamientos de alimentación disfuncionales o de alimentación desordenada pueden evolucionar hasta que a una persona se le diagnostica un trastorno alimentario.
“Sin embargo, es importante señalar que tanto la alimentación desordenada como los trastornos alimentarios son graves, y necesitan tratamiento y ayuda profesional”, afirmó Rollin por correo electrónico.
Según el estudio, los comportamientos de alimentación desordenada pueden no recibir un tratamiento adecuado porque los menores ocultan sus síntomas o evitan buscar ayuda debido al estigma.
Del mismo modo, el estudio pudo estar limitado en su capacidad para retratar la magnitud completa de la condición, ya que se basó en datos que los niños y adolescentes reportaron por sí mismos acerca de su comportamiento, indicó el autor del estudio, el Dr. José Francisco López-Gil, investigador postdoctoral en el Centro de Investigación de Salud y Social de la Universidad de Castilla-La Mancha, en España.
“La prevalencia de la alimentación desordenada podría ser aún mayor si se preguntara a los niños por los atracones o los síntomas relacionados con el ejercicio, y si se incluyeran estudios durante la pandemia”, señaló el Dr. Jason Nagata, profesor adjunto de Pediatría de la Universidad de California en San Francisco. Nagata no participó en la investigación.
Según López-Gil, los investigadores deben profundizar en las causas de los comportamientos de alimentación disfuncional. Pero, mientras tanto, los expertos esperan que las instituciones y las familias se enfoquen en identificar y ayudar a los niños que muestran signos de trastornos alimentarios.
Nagata insistió en este tipo de comportamientos son peligrosos y pueden provocar complicaciones médicas graves en órganos como el corazón, el cerebro, el hígado y los riñones.
“La alimentación desordenada es un problema importante entre los niños y adolescentes. Y la detección e intervención tempranas son cruciales para prevenir consecuencias a la salud a largo plazo”, dijo López-Gil en un correo electrónico.
“Los hallazgos pueden ayudar a los profesionales de la salud, educadores y padres a comprender la magnitud del problema y desarrollar estrategias de prevención e intervención”, completó.
Los síntomas de la alimentación desordenada
Los adultos deben ser conscientes de los síntomas de una alimentación desordenada tanto en ellos mismos como en sus hijos, dijo López-Gil.
Estos comportamientos pueden incluir una obsesión por el peso o la figura corporal, una imagen propia distorsionada, reglas dietéticas rígidas, atracones y purgas, añadió.
Hacer ejercicio de una manera que empeora la calidad de vida de una persona también puede ser una señal de advertencia, indicó Nagata por correo electrónico.
“Otras señales de alarma son el ayuno, la restricción calórica significativa, los vómitos o el uso de laxantes o pastillas para adelgazar”, dijo.
La alimentación desordenada también puede consistir en limitar los grupos de alimentos que una persona está dispuesta a consumir, sentir ansiedad o vergüenza si se rompen las normas alimentarias, que el número en la báscula afecte a su estado de ánimo o a sus conductas alimentarias, limitar las interacciones sociales o llevar a eventos y lugares alimentos que siguen sus normas para controlar su alimentación, añadió Rollin.
Ese tipo de comportamientos puede motivar a alguien a alejarse de sus actividades habituales, que es otra señal de advertencia a tener en cuenta, explicó Nagata.
Aunque las cifras resultaron más elevadas entre las adolescentes y las personas con un IMC mayor, los trastornos de la alimentación afectan a todas las personas de cualquier sexo, raza, etnia, orientación sexual y talla, subrayó Nagata.
Y estos trastornos pueden infradiagnosticarse en varones, personas LGBTQ, personas de color y personas con cuerpos más grandes, añadió.
“No se puede saber si una persona padece un trastorno de la alimentación solo por su aspecto”, afirmó Nagata.
Cómo obtener ayuda para enfrentar la alimentación desordenada
Si observas signos de alimentación desordenada o disfuncional en tu hijo, solicita ayuda a un profesional de salud o a un especialista en salud mental, explicó López-Gil.
La intervención temprana es importante para que la alimentación desordenada no se convierta en un trastorno alimentario diagnosticado cabalmente, afirma Rollin.
Las familias pueden ofrecer apoyo a sus hijos partiendo de una actitud positiva y sin prejuicios, añadió López-Gil.
Y los adolescentes que están preocupados por su propio comportamiento pueden hablar con un médico, consejero escolar, miembro de la familia o maestro, dijo Nagata.
La mejor manera de tratar una alimentacion desordenada o trastornos de la alimentación a menudo incluye a muchas personas, tales como proveedores de salud mental, atención médica y nutrición, dijo.
Un proveedor médico a menudo puede proporcionar las referencias para obtener los otros profesionales involucrados, Nagata añadió.
“Los padres también pueden llamar a la línea de ayuda de la Asociación Nacional de Trastornos de la Alimentación (800-931-2237) para obtener orientación”, dijo.
“Tanto los trastornos alimentarios como la alimentación desordenada pueden quitar y limitar la calidad de vida de alguien, ya que ambos llenan tu cerebro de pensamientos sobre la comida y tu cuerpo”, dijo Rollin, añadiendo que los comportamientos a menudo te alejan de otras cosas que valoras en tu vida. “La libertad es posible y mereces vivir una vida plena, no una que se consuma con la comida, el ejercicio y el peso”.